Su corazón se detuvo unos segundos, contuvo su respiración y sus lágrimas pararon. Minho estaba ahí, justo al otro lado de la puerta. Y estaba preocupado por el.
— ¿Felix, estás bien?— la voz del mayor se volvió a escuchar haciendo que los vellos de la piel del pelinaranja se erizarán.
— E-estoy bien— tartamudeo poniéndose de pie.
Hubo silencio por unos minutos. Pero no era uno incómodo, pareciera como si ambos estuvieran pensando que decir.
— ¿Puedo pasar?— preguntó con cierta inquietud el mayor.
El de pecas dudo unos segundos, pero luego de pensarlo detenidamente abrió la puerta ocultándose tras esta, dejando ver la mitad de su rostro para el mayor. Minho quien nunca imaginó ver los ojos del de pecas tan apagados, se sintió un poco culpable al notar el poco brillo en estos.
Entró y cerró la puerta tras él, el baño era estrecho pero tenía en suficiente espacio para ambos.
Los cuerpos de ambos chicos rozaban haciendo un poco de fricción de vez en cuando provocando escalofríos sobre Felix, y un grave problema entre las piernas para Minho.
— ¿Quieres hablar?— el Lee mayor se golpeó mentalmente al no encontrar nada mejor de que decir. El de pecas se removió incómodo.
— No creo que pueda— susurró en un hilo de voz.
El mayor suspiro, extendió sus brazos desviando su mirada hacia otro lado. Felix lo miró confundido.
— Se supone que debes abrazarme, luego debes sentirte mejor— susurró con sus mejillas teñidas de un rosa pálido. Puesto que, ni con su novio había hecho tan cosa.
El de pecas sonrió alegremente, elevó sus brazos y pasando los por la cintura de su hyung, pegó ambos cuerpos.
— Gracias, Minho hyung.
[...]
Nunca pensó en ir a un club nocturno a decir verdad, pero la situación lo ameritaba, y es que se sentía un poco decepcionado de sus expectativas sobre SeungMin. Pero, vamos, está no sería la primera vez que JeongIn resultaba lastimado a causa del amor.
De hecho sería la tercera vez que un chico le rompe su tierno corazón. Aún así el dolor se sentía como si fuera la primera vez. Tan fuerte y desgarrador que sentía su pecho explotar.
Sintió a alguien tomar asiento a su lado, Jisung sonrió para el menor mostrando su hilera de blancos dientes.
— ¿Qué haces aquí hyung?— preguntó el menor con confusión.
Han se encogió de hombros y mirando hacia la barra le indico al mesero su pedido. Volviendo su vista a JeongIn, suspiro.
— Solo quería dejar a Minho levantarle los ánimos a Felix.
[...]
Sus labios se movían al compás del tiempo. Lenta y lujuriosamente, con desespero se buscaban el uno al otro, sus cuerpos desnudos hacían fricción provocando sonidos húmedos en toda aquella habitación.
— Minho— jadeo Felix con voz ronca. El mencionado sonrió abandonando los labios del menor ganándose un quejido por parte de este. Cargo al de pecas hasta la bañera donde lo acomodo —. ¿Qué haces hyung?
— Quiero hacerlo aquí— Lee respondió sonriendo traviesamente, el menor sintió su cuerpo temblar ante los toques que Minho comenzó a dar sobre su miembro erecto.
— Espera hyung— con su mano libre, el Lee mayor había abierto la llave haciendo que la bañera se iniciará a llenar de agua. Cumpliendo así una de sus tantas fantasías sexuales.
Pero no la cumplió con Jisung, no, no.
El quería que todas sus fantasías fueran cumplidas por Felix, puesto que su mente pensaba que el era el indicado para eso. No podía ser nadie más que el de pecas.
Nadie más que el pelinaranja, quería que su cuerpo le perteneciera, marcarlo como suyo. No iba a permitir que alguien más aparte de él lo tuviera.
Sin embargo, el estaba conciente de que no amaba a Felix. Simplemente estaba enamorado de su cuerpo y el placer que este le daba.
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