Debemos entender que esa persona que esta metida en tu corazón, no es de tu propiedad, que en cualquier momento se puede marchar, sé que puede llegar a ser difícil para ti, pero si en verdad la amas tanto entonces déjala ir, no le prohibas que se realice sus sueños, por qué sé que si esa persona estuviera en tu lugar haría exactamente lo mismo, con tal de verte feliz.Era una tarde cálida en aquella ciudad parisina, Marinette se arreglaba para la cita que tendría con el joven rubio, parecía que por primera vez la suerte estaba a su favor, ya que el chico la había invitado a tomar un café, lo cual había despertado cierta intriga en la chica, estaba ansiosa quería saber a qué se debía tal invitación, no obstante, se había hecho a la idea de que era por un asunto serio, ya que Adrien le pidió que no le dijera a nadie que se vería con él.
Así la joven bajo las escaleras, se despidió de sus padres y emprendió camino hacía la cafetería, que se encontraba frente al parque, donde Adrien realizaba sus sesiones fotográficas de vez en cuando.
Se asomó por el vidrio antes de entrar para ver dónde se encontraba el rubio, miraba cada rincón, parecía que no había llegado, buscaba y buscaba sin encantar rastros de él, hasta que de repente sintió como alguien por detrás le había tapado los ojo.
—¿Quién soy?—dijo una voz tan dulce como el caramelo.
—Creo que un chico, que al parecer que lo conozco y cuyas manos están frías como el hielo por cierto—dijo haciendo sus manos a un lado.
—Vaya que inteligente es usted señorita Dupain—la saludo dándole un beso en la mano de la joven.
Adrien le abrió la puerta para entrar a la cafetería.
—Y usted un caballero—río mientras cruzaba la puerta para entraba al lugar.
—Ahora sí Adrien dime, ¿Para que me citaste en este lugar?—preguntó con curiosidad.
—Quería hablar contigo de un tema muy importante
La chica por dentro sentía que iba a morir, quizás la carta que le había mandado por equivocación le había llegado, estaba muerta de pánico mil reacciones pasaron por su cabeza, ¿Que haría?, ¿Cómo podría justificar su cursilería por el?, sabía que tendría que decirle que siempre le ha gustado.
—Si claro dime—tragó saliva.
El chico sujeto sus manos, las cuales por cierto estaban temblando, tenía miedo, ansiedad, curiosidad pero todo deseaba que no le dijera que había leído la carta,
—Marinette eres la persona en quien más confió, quiero que seas la primera en saber esta noticia—le dio un delicado beso en sus manos.
—Dime por favor, me estás asustando—dijo con algo de temblor en sus palabras.
—Me aceptaron, Marinette si me aceptaron—el chico se paro de la silla para cargar a la chica y abrazarla.
La azabache no entendía que pasaba, a que se debía la felicidad del rubio, pero lo único que sabía era que le gustaba estar entre sus brazos.
—Adrien bájame, la gente se nos queda mirando—mencionó tratando de soltarse, aunque la verdad queria permanecer entre sus brazos siempre.
—Oh lo siento, es solo que no puedo dejar de estar emocionado.
—Explícate mejor, ¿A qué te refieres cuando dices que te aceptaron?—cuestionó la chica mientras daba un sorbo a su taza de café.
—Verás hace unos meses salió una convocatoria para realizar una modalidad de intercambio por parte de la escuela, es decir poder ir a otro país a estudiar durante un semestre—explicó el joven entusiasmado.
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Perdonarías a este gato . [MLB]
FanficDicen que cuando la confianza se resquebraja es muy difícil de remediar. Que las mentiras jamás serán tus amigas. Ocultar quien eres en realidad puede llegar a ser el peor error que se puede cometer y por consecuencia llegar a lastimar a la persona...