El frío recorre cada centímetro de mi cuerpo. Mis ojos son incapaces de ver mas alla de la oscuridad que me rodea. No encuentro palabras para expresarme, para expresar todos los sentimientos que habitan en mí ahora mismo...
Lo único que veo es oscuridad.
De repente, siento la necesidad de recordar.
Recordar...
--------------------------------
- Casie.
Abrí los ojos.
Casie - una aguda voz me sacó de mi sueño, devolviéndome a la realidad - despierta, llegas tarde al instituto.
Me desperté cansada, molida, dolorida del partido de balonmano de ayer. Hoy iba a ser un día muy largo...
- Buenos días dormilona, ¿qué tal el partido de ayer?
¿Sabéis? Mi hermana tiene el gran don de hacer las preguntas erróneas en los momentos erróneos.
- Perdimos, 5-7 - sin ganas de seguir hablando de ello (ni de nada; no me malinterpretéis, pero a veces es bastante pesada. En fin... La relación con mi hermana nunca fue precisamente una fantasía.), me vestí con la primera camiseta que cogí y los pantalones de ayer y me fui al colegio, a pasar seis largas horas de aburrimiento.
Bajé las escaleras. Nada más abandonar el patio que rodea mi casa , vi mi bicicleta en la acera de enfrente. La verdad es que no me imaginaba la vida sin ella. Solamente notar el tacto de sus manillares ya me resultaba reconfortante. Me traía tantos recuerdos...
De acera en acera, de calle en calle, llegue a mi instituto, el sitio donde los sueños nunca se hacen realidad.
Nunca.
- ¡CASIE! - Gritó alguien desde las escaleras.
Era Jordan, unos de mis mejores amigos desde que tengo uso de conciencia.
Bajó las escaleras tan rápido que casi se cae. Cuando estuvo abajo, se paró a mi lado, mientras que encadenaba mi bici al mismo árbol de siempre.
Me quede mirando fijamente la cicatriz del árbol, esa enigmatica marca de la que tan pocos saben su origen.
- Hola, Jordan - saludé con la poca energía que tenía.
- Hola ¿qué tal? - sus ojos castaños me lanzaron una mirada un tanto suspicaz - Me han dicho que este finde estuviste con Sam, ¿Es cierto?
Le miré a los ojos. Una sonrisa divertida estaba dibujada en su rostro.
- Si...- suspiré. - Chico, te enteras de todo ¿eh? - y le dediqué una sonrisa pícara.
No sé como lo hacía, pero Jordan siempre conseguía ponerme de buen humor cuando mas lo necesitaba.
Entramos por la puerta principal y fuí a mi taquilla: la taquilla número dieciocho. Cogí los libros de las asignaturas.
Iba camino a clase cuando vi a Sam. Intenté escabullirme, pero fue demasiado tarde, ya que él ya tenía su mano sobre mi hombro. Su sonrisa era cálida, pero su mano sobre mi piel era tan fría como el mármol. Menos mal que, mientras hablaba con un amigo suyo que acababa de pasar a nuestro lado se distrajo un instante: lo suficiente para agacharme y quitar su mano de mi hombro. Aprovechando que él no me prestaba atención, retomé rápidamente mi rumbo hacia la clase de filosofía cuando otra persona se interpuso en el camino: mi profesor de biología y tecnología.
- Casie, tus padres ya están aquí. - Al ver mi reacción (una mezcla de sorpresa y miedo, MUCHO miedo), aclaró: - Han citado una tutoría contigo presente. Vamos a mi despacho.
ESTÁS LEYENDO
THE LOST MIND - العقل المفقود ©
Teen FictionCasie es una chica que esta a punto de cumplir los dieciocho. Su vida se empieza a venir abajo en muy poco tiempo a causa de los múltiples problemas y la inestabilidad de todo lo que la rodea . Todo empieza a torcerse cuando Jace, el hermano de Casi...