Ashes on Emeralds (Peter Parker x Loki Laufeyson)

CAPITULO 04: SUPERHEROES

 Peter caminó por toda la habitación, llevaba así... ¿Unos quince minutos? Loki solo lo observaba desde la cama. El Dios llevaba una semana en su cuarto. Una puta semana.

 May no se había enterado que el hombre estaba ahí. Loki era demasiado rápido, cuando la puerta se habría, se volvía invisible y sus cosas estaban debajo de su cama. May jamás se daría  cuenta que el hombre estaba ahí. Pero a Peter ya le daba remordimiento mentirle a May.

 Debía decirle que tenía a un Dios resucitado en su pieza.

 Y no sabía cómo hacerlo.

—¿Y si te calmas? -preguntó Loki-. Dudo mucho que tu tía se tome mal el hecho de que yo esté aquí.

 Peter lo observó como si le hubieran salido dos cabezas. Había dejado de caminar.

—Casi destruiste Nueva York. Y May sabe de eso.

 Loki frunció la boca.

—¿Y si le digo yo?

 Peter se paró frente a él.

—Pues ve y díselo -levantó los brazos exasperado.

 Loki se levantó de la cama y le sonrió dulcemente. Pero aquella sonrisa estaba cargada de sarcasmo. Peter solo observó, reaccionó cuando el Dios había cerrado la puerta de su habitación.

 Abrió y cerró la boca varias veces, como un pez fuera del agua.

 No dudó mucho más tiempo y simplemente salió de su habitación para perseguir al príncipe. Estaba frito. No se dio cuenta cuando ya estaban en la cocina, May tenía una mirada de extrañeza y un poco de terror adornando su rostro.

—Hola, May -canturreó Peter- ¿Cómo estás?

—Peter Benjamin Parker -gruñó la dama-. ¿Por qué demonios tienes a este tipejo en la casa? Y no me digas que no estaba aquí, porque lo acabo de ver caminando hacia acá por el pasillo que lleva a tu cuarto, jovencito.

—¿No que iba a saber quién soy? -susurró el Dios en el oído derecho del adolescente. Se irguió orgulloso en su posición, sonriéndole a la mujer.

—Permítame presentarme -dijo Loki-. Soy Loki Laufeyson, príncipe de Asgard...

—Es un amigo que se está quedando en mi cuarto -le cortó Peter-. Desde hace una semana -añadió.

 May levantó ambas cejas, su boca se convirtió en una fina línea apretada. La mirada acusatoria se posó en Loki para luego pasar a Peter.

—No me interesa quién eres -apuntó al hombre, luego observó a Peter-. Retiro lo dicho, realmente me interesa saber quién demonios eres tú. Y tú, jovencito -el dedo ahora apuntaba al pecho de Peter-. ¿Un hombre de como treinta años ha estado durmiendo en tu cuarto, durante una semana?

 Peter se encogió de hombros.

—Realmente no sé qué pasa ni en mi propia casa -May se masajeó las sienes-. ¿Dices que eres de Asgard? ¿Un príncipe? -la mujer dejó de masajear los costados de su cráneo.

—Así es -respondió el hombre.

 May analizó la situación durante unos momentos. Sus ojos abriéndose de sorpresa al igual que la boca. Su rostro que había estado gacho desde que comenzó a masajear los costados de su cabeza, se volteó para poder observar al hombre.

—¡Eres el chiflado que quiso destruir Nueva York! -chilló histérica-. ¡Metiste a un loco en mi casa! ¡Peter! -le gritó.

 Peter agachó la cabeza.