Ashes on Emeralds (Peter Parker x Loki Laufeyson)

CAPITULO 05: CERDOS (2/3)

Canción: Pigs, de Pink Floyd

 Peter caminaba directo a la Torre Stark, en sus bolsillos llevaba los objetos que Kaysa le había dado. No sabía para que servían ni por qué su guardián prácticamente le había ordenado dárselo a Stark.

Caminó durante unos minutos hasta que se encontraba en las afueras de la Torre. Lanzó una telaraña y comenzó a trepar la Torre hasta llegar al ventanal que siempre se mantenía abierto.

—¿Señor Stark? -preguntó al momento de ingresar al lugar.

El ascensor se abrió y dejó a la vista a su mentor.

—Niño, ¿qué haces aquí?

Tony salió del ascensor y se acercó al muchacho. Palmeó su hombro a modo de saludo.

Peter le dedicó una sonrisa y metió una de sus manos al bolsillo derecho de su sudadera.

—Una amiga me dijo que le entregue esto -abrió la mano y se podía apreciar una pieza de un color brillante y dos microchips-. También que buscara la forma más pura de unirlo a la armadura. Uno de los microchips debe de estar en su armadura, y el otro en su cuerpo.

Tony levantó una ceja.

—A ver, dame -extendió una de sus manos-. La piedra tiene el mismo brillo que el Reactor -murmuró.

Tony comenzó a caminar hacia su taller, Peter le siguió los talones.

Stark se dirigió a una de las mesas que adornaban su taller y dejó los objetos encima de esta.

—¿Dices que debo insertar esto -levantó un microchip- en mi cuerpo? ¿Y esto -tomó la piedra- en mi armadura?

Peter asintió.

—Dios, Señor Stark. No sé qué tiene que ver esto, solo me dijo que eso le ayudaría en nuestra próxima misión.

—¿Y Loki? -preguntó de la nada Stark.

Peter se ruborizó levemente.

—En casa -murmuró.

—¿Se ha comportado? -preguntó curioso.

Peter asintió.

Stark dejó todo en su lugar y se dio vuelta para observar a Peter. Lo analizó durante unos minutos y luego se dignó a formular una pregunta que le sacaba la boca con solo pensarla.

—¿Te gusta?

Peter se mordió el labio inferior. Agachó la cabeza y sus mejillas estaban rojas.

—Sí -murmuró-. Eso creo.

—Ay dios -exclamó-. Pobre de ti, niño. ¿No piensas que está un poco viejo? Además, es un loco.

Peter levantó la cabeza, el rubor había desaparecido y lo observaba con los ojos entrecerrados.

—El capitán no es tan joven -dijo el adolescente.

Stark sonrió.

—La edad es solo un número. Bien, niño. Confiaré en ti y veré la forma de conectar esto a mi armadura.

Anthony comenzó a juguetear con lo que Peter le había llevado, la armadura estaba frente a él y buscaba la forma de conectar la piedra a la armadura. Realmente no podía. Peter lo observaba divertido.

—¿Le ayudo, Señor Stark?

El hombre asintió.

—¿Y si primera conectamos uno de los microchips a la armadura? -preguntó el joven.