XXVIII

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Al siguiente día, JungKook aún seguía amarrado en aquel poste, pero ya no había nada de él, había llorado toda la noche y todo lo que quedaba del trágico ayer, los hombres de negro y su líder se habían marchado después de asesinar a TaeHyung, empacaron sus alas en una bolsa como un trofeo y desaparecieron, en momentos así JungKook lamentaba ser tan débil, tenía que restringirse a sólo poder ver de lejos ya que no era capaz de librarse de las cuerdas.

Bajó sus cansados e hinchados ojos residían nuevas ojeras, su rostro estaba sucio haciendo mucho más evidente el rastro de sus lágrimas, su mirada lucía perdida mirando sin rumbo. Escuchó pasos aproximándose y cerró los párpados pensando en que si iban a matarlo preferiría no ver.

—¿JungKook? —pero la voz era conocida—, ¿JungKook, estás bien? ¡dime que no estás muerto! —el nombrado abrió los ojos encontrándose con HoSeok que le brindo una sonrisa que él no podía devolverle, sin más HoSeok sacó un cuchillo cortando las cuerdas y liberando al menor pero se sintió preocupado al ver que seguía en la misma posición—. ¿...JungKook? —y entonces el azabache volvió a llorar.

Por primera vez en años abrazó a HoSeok susurrando un afónico «hyung, dime que no murió...», el mayor rodeó al contrario en sus brazos sin estar muy informado de a quién se refería, es decir, todos habían muerto hasta donde él sabía. Levantó del suelo a JungKook intentando mantenerlo en pie, convencido de que tenían que irse de ahí sin embargo al apenas avanzar este cayó al suelo al toparse con el cadáver de TaeHyung.

Ahora que lo veía de cerca la escena era peor, los ojos de su novio aún seguían abiertos, había perdido demasiada sangre y su espalda estaba hecha un desastre con dos profundos agujeros que te permitían ver su interior, JungKook tomó una de sus manos abrazándola con fuerza contra su pecho que aún sostenía el collar con aquella pluma mientras sentía su llanto que creía seco, cerró los ojos de TaeHyung con el dolor del mundo mientras susurraba un «te amo» y un «perdón» mientras seguía llorando sintiéndose culpable.

Con mucho esfuerzo HoSeok apartó a JungKook del cuerpo sin vida, por mucho que el menor no quisiera dejar a TaeHyung, el mayor sabía que era tiempo de irse.

Y ahí quedó lo que alguna vez fue un circo que juntaba a los rechazados en presentaciones que lo hacían sentir algo más importantes, en un ambiente que los unió en una familia. Destruido, lleno de cadáveres y sangre, abusado y profanado violentamente por personas que creían tener el derecho a hacerlo. Fue el último acto del show de fenómenos.

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Días después la policía estuvo al tanto de la masacre abriendo un caso de investigación después de encontrar tanto al dueño como a los circenses muertos.

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En medio de la carretera HoSeok detuvo la caravana que conducía para verificar el estado de JungKook, habían pasado cinco días desde que huyeron y el menor había dejado de comer, con suerte tomaba agua, sabía que no dormía porque en las noches podía escuchar su llanto por lo que jamás le preguntaba porque sus ojeras se veían cada vez más oscuras. Al llegar frente a él vio como el plato de comida que dejó hace tres horas seguía intacto, «igual que los demás...» pensó, el menor reposaba en posición fetal mirando a la nada, a pesar de que intentó hablar con él durante un rato no tuvo respuesta, suspiró y regresó a conducir.

JungKook sabía que estaba mal, no lograba dormir ya que siempre que cerraba sus ojos lograba ver la escena de una lluvia negra en sus ojos, incluso despierto lo recordaba provocándole llantos constantes que no se detenían, a veces se preguntaba por qué él no simplemente pudo morir como todos los demás, quería morir y encontrarse con TaeHyung en dónde sea que estuviera ahora, su mano en un puño sostenía la misma pluma que alguna vez tuvo en un collar sintiéndose incapaz de soltarla.

Pocos deseos se hacen realidad, una semana después HoSeok descubrió que JungKook había muerto durante la noche, nunca entendió cómo pasó pero el menor había dejado de dar señales de vida. Ese día en la tarde detuvo la caravana, en medio de un extenso campo dejó el cuerpo de JungKook reposado en hierbas excesivamente largas, lo tapó con una manta y con las flores que encontró las puso a su alrededor. Retuvo sus propias lágrimas sólo susurrando un «perdón» y se marchó de ese lugar.

La pluma en las manos de JungKook jamás abandonó su lugar y el menor en algún lugar se encontraría de nuevo con ese fenómeno que le hizo sentir especial en el mejor de los sentidos, el rubio lo abrazaría y besaría sus labios, el azabache no tendría miedo a roces excesivos y jamás lo soltaría, tendrían su propio show, no serían nunca burlados, sólo amados.




F i n.

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[N/A]

Debo decir que desde que empecé la historia sabía que terminaría así, así que, ta-da.(?)

SIN EMBARGO
también existe un FINAL ALTERNATIVO, el cual consta de 5 capítulos y parte desde un capítulo anterior, ¿adivinan cuál es?

Read you soon.

Show de fenómenos (taegguk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora