VIII

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JungKook abrió la puerta de su caravana, encontrándola vacía a primera vista pero luego de echar un ojo por todos lados encontró a TaeHyung abrazado a sus rodillas en la cama de arriba.

—¿Hyung? —preguntó suavemente—, ¿Hyung, estás bien?

—Lo siento —la voz se escuchaba rota y ahogada—, no quería arruinarlo.

JungKook avanzó unos pasos hasta apoyarse en el borde de la cama, mirando hacía arriba le dijo:—Hyung, no arruinaste nada —TaeHyung levantó la vista exponiendo sus ojos rojos al pelinegro que sonrió en lástima—. ¿Quieres hablar de ello? Sí es así, ¿podrías bajar? Creo que sería más cómodo para ambos.

TaeHyung dudó pero la amigable sonrisa de JungKook fue suficiente para convencerlo, se limpió las lágrimas como pudo, sorbió su nariz para luego bajar y quedar frente al menor.

—Te ves horrible considerando que llegaste siendo un niño bonito —dijo intentando aligerar el ambiente, sin conseguirlo—. Ah, ¿quieres sentarte? —le invitó mientras el mismo se había sentado en su cama palmeando a un lado de él.

—Pensé que no podía estar en tu cama —susurró ronco.

—Aprovecha la oportunidad —entonces TaeHyung se sentó al lado del pelinegro, tomando algo de distancia—. Y dime, ¿tienes algún problema con tu rareza? —dijo directamente abrazando sus suaves sábanas, el contrario no contestó a lo que el menor comprendió con un gran "Sí"—. Bien, deberías entender que no es una rareza como tal, es lo que nos hace diferentes de los demás y eso es bueno, es decir, ¿quién quiere ser alguien común? —intentó decir introduciendo al tema—. Soy el chico de porcelana, sé que suena bonito aunque realmente no lo es pero creo estar bien con eso, es mi vida y puedo llevarla —miró a TaeHyung que ahora había parado su llanto y se mantenía mirándolo atento a sus palabras—. Hagamos algo, Tae —se giró para darle la cara—, tú no has visto lo que yo tengo y yo no he visto lo que tú tienes —el contrario asintió—. Sí te muestro lo mío, ¿me mostraras lo tuyo? Ya verás que no será tan terrible.

TaeHyung lo pensó un poco, JungKook no parecía amenazante y, aunque realmente no lo conociera, le inspiraba más confianza que el resto de las personas, así que asintió con la cabeza expectante de lo que puede hacer el menor.

El menor sonrió, se levantó y fue a la pequeña cocina que poseía su caravana, abrió los cajones y sacó un cuchillo, se puso frente al mayor y tomó un gran suspiró.

—Puede lucir drástico pero no te asustes —dijo, extendió uno de sus blancos brazos sin ropa que le cubriera y se enterro aquel filoso metal en lo profundo de su piel, cerró los ojos ante el dolor y sacó el cuchillo tirándolo al suelo. Inmediatamente TaeHyung se asustó y preocupado por el menor fue en busca de un paño para parar la sangre que había comenzado a brotar.

—¡Por dios, JungKook! ¿¡estás bien!? —dijo asustado mientras que agarraba el brazo herido del menor buscando tapar la profunda herida.

Pero no había herida.

TaeHyung no entendía, había sangre seca alrededor del brazo pero era como si sólo fue puesta ahí, no había nada que evidenciará el profundo corte hecho por el cuchillo anteriormente. Extrañado miró al menor quién sólo sonreía.

—Me dicen chico porcelana debido a lo fácil que me puedo hacer heridas en el cuerpo y cómo las mismas desaparecen en cuestión de segundos, por eso siempre estoy rodeado de sábanas y cosas así, hasta el más mínimo apretón me hiere —habló tranquilo, ante eso TaeHyung le soltó el brazo en el cual notó hematomas en donde antes habían estado sus dedos. Quiso decir algo pero el menor negó con la cabeza, no había nada que decir—. Te toca —dijo volviendo a sentarse en su cama, mientras acariciaba su brazo.

TaeHyung le miró, más calmado que momentos antes, estaban solos, él y JungKook, JungKook y él. ¿Realmente alguien tan amable y lindo cómo JungKook le diría algo como todo aquello que su familia le había dicho durante todo ese tiempo?

No creía que fuera así.

Tomó el borde de su gran abrigo, lo levantó hasta quitárselo, lo mismo hizo con otra prenda inferior hasta quedar sin nada que le cubriera el torso.

Y JungKook lo vio, quedando totalmente sorprendido.

Dos grandes alas negras como las de un cuervo decoraban la espalda de TaeHyung.

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Maratón 2/5

Show de fenómenos (taegguk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora