Freddy ҂
Abrí los ojos poco a poco, extrañando inmediatamente la sensación de estar en otro mundo. Todos menos en este, lleno de maldad y poco corazón. Posé las manos en la dura camilla que tenía abajo y alcé la mirada para ver de quién era esa respiración tan tensa que se sentía en la habitación... dándome cuenta de que era la mía.
Entonces me tomó unos segundos recordar todo lo que pasó.
Alex.
Andrew; su beso.
Bercht; el incendio.
Bryan; la ventana... mi libertad.
La prueba No. 9
Un puñado de sentimientos me invadieron el cuerpo cuando repasé el final de aquel recuerdo una y otra vez, con mil quinientas preguntas de por medio...
Recosté mi cabeza sobre la camilla (donde debería haber una almohada) y cerré mis ojos, rezando por volver a ese perfecto mundo al que le llaman Sueños.
5 horas antes de la prueba No. 9
Sr. Bercht ҂
—Eso no puede ser —Bajé delicadamente la copa del más seco vino de mi colección. Vi de nuevo a mi secretaria y suspiré —Yo mismo se lo pedí a Bryan...
Ella me imitó el suspiro un poco más ansiosa —Está en la recepción, puedo hacerlo pasar. —Se mordió el labio —Los de seguridad se han asegurado de revisar que no lleve ni una sola arma
encima, está completamente a salvo, señor.
Reí ansiosamente — ¿Tú crees que ese mediocre me da miedo? —Tomé asiento en mi escritorio y le hice una señal con la mano hacia la puerta —Hazlo pasar, ahora.
Ella asintió abriendo la puerta de mi oficina y saliendo de ella. Yo me quedé unos minutos más ahí, pensando en lo que Andrew podría estar haciendo aquí. Es más, él debería estar muerto, Bryan me lo aseguró, maldita sea.
Me pasé la mano por el cabello, acomodándolo un poco y dejando que el vino diera efecto en mí antes de que entrara. Siempre que tomaba alcohol era más fuerte, más decidido, más temeroso...
La perilla de la puerta giró y yo acomodé por última vez mi corbata, entonces Andrew entró sonriendo, yo lo recibí de la misma manera — ¡Mira lo que es la vida! Un segundo pienso que me deshice de ti enviándote al infierno y al otro estás aquí, en mi oficina.
—Corrección: —Respondió alzando el dedo índice mientras avanzaba hacia los sillones de la oficina y se sentaba cómodamente —Su oficina es el infierno.
Yo reí ante su —muy ingenioso— comentario. A veces me recordaba tanto a Freddy...
—Mi pregunta es: ¿Qué haces aquí? —Indagué caminando hacia él y sirviéndome otra copa de vino — ¿Ahora vienes por Bryan para ver si esta vez no muere antes de que intentes salvarlo? —Reí y vi como su carismático rostro desaparecía, reemplazándolo un gesto de dolor. —Por cierto, una lástima que no hayas podido visitar a Noah antes de su muerte... te habría llamado pero, bueno tú entenderás. Te odiaba.
Vi sus venas saliendo de sus brazos por la tensión retenida en esa parte a causa de mi comentario. Me miró seriamente y luego se paró, acortando un poco la distancia que un denso
aire nos separaba —No vine por Bryan, vine por Freddy. —Yo fruncí el entrecejo, dejando a conocer mi inquietud hacia el problema — ¿Tú crees que vendría aquí a salvar a alguien que sé que ya no tiene cura? —Dijo refiriéndose a Bryan —Yo... yo vine por Freddy.
— ¿Y quién te asegura que Alfredo no ha cambiado como Bryan? —Indagué y él soltó una sonrisa.
— Conozco a Freddy...
