XXV

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Alan ҂

Mi cabeza no podía dejar de pensar en todo lo que estaba pasando. Las pruebas, los laboratorios, Bercht, Bryan y Freddy... el hecho de que hayan estado ahí tanto tiempo. Ya no podía dormir, ya no podía cerrar los ojos sin ver a todas esas personas que Bryan ha matado, que Freddy a olvidado y que nosotros hemos ignorado. -Tengo que ir a ver cómo están. -Afirmé levantándome del sillón de la sala principal, en la casa de Freddy.

-Tranquilo ¿si? -Decide calmarme Alonso, por milésima vez -Sabemos que están bien, Bercht nos lo prometió.

- ¿Y tú crees en ese viejo canoso? -Reclamé casi loco de desesperación - ¡Yo he ido! ¡Yo sé que por más que nos digan que es por su bien no es así! ¡HAN PASADO NUEVE MESES! He
empezado a creer que en vez de beneficiarlos, estamos...

- ¿No dijiste que hace unos días Freddy salió con una enfermera? ¡Ahí están las pruebas! -Habló Jos con el ceño fruncido, supongo que harto de la conversación -Pero ¡ya! si tanto
quieres... ve, anda.

-No me dejan ir a verlo. -Me rendí, sentándome junto a Alonso de nuevo -Dicen que están en las últimas pruebas y que no se permiten visitas.

- ¡ENTONCES NO VAYAAAAS! -Gritaron los dos chicos al mismo tiempo. Era cierto que llevaba dos horas hablando de lo mismo, pero no era para que se pusieran así.

- ¿Saben qué? Me he dado cuenta de que a ustedes les vale una jodida mierda lo que a Bryan y a Freddy les pase. -Y era cien por ciento verdad eso - ¡Sobre todo tú Jos!

-Yo simplemente sé que...

-No me interesa. -Le cerré la boca -Realmente no. Sólo les digo una cosa... un día a algunos de ustedes, o a los dos, les pasará una desgracia como la que están sufriendo Bryan y Freddy, y nadie, escuchen bien -Apreté mis ojos y puse fuerza en mis manos mientras los señalaba -¡NADIE! va a ayudarlos. Así es... eso.

¿Qué rayos ha sido eso, Alan? Me reclamé a mí mismo. Había parecido un niño de ocho años.

Y entonces tomé un abrigo que había en el perchero de la sala y no tardé en salirme de la casa, furioso. Si nadie iba a ayudarme, entonces yo lo haré solo... Esto no podía ser imposible.
Simplemente no.

Clarise ҂

- ¡POR FIN! -Escuché a Emma gritar, yo no pude evitar echarme a reír - ¡SON LAS DOCE, SON LAS DOCE!

Si las doce era la hora en que a Cenienta se le acababa el sueño de su vida, para nosotras las doce era la hora en la que salíamos libres de nuestra pesadilla. En que nuestro turno terminaba y éramos libres. Moría por llegar con mi mamá y platicarle mi día, como siempre.

-No tan rápido señoritas -Nos llamó el doctor Gabriel, algo apenado -Emma, tienes doble turno, y Clarise... nos debes todo un salario.

El salario. Mierda. Era cierto que el dinero no era algo que en mi casa se viera muy seguido, pero haber pedido un salario más había sido la peor idea que se me hubiera ocurrido. -Tiene razón, doctor. Disculpe. -Me apresuré a volver a ponerme la bata y tomar el folder de los pacientes de ésta noche, después de todo ya estaba algo acostumbrada.

-Muy bien, Emma... ve a la sala de quemaduras, y tú Clarise, ve a la infantil, necesitamos...

-Buenas noches -Nos llamó la atención un señor, algo que al doctor Gabriel siempre le molestaba.

Aún así cerró su folder y prestó total atención al señor (ya algo grande) que nos había interrumpido - ¿Puedo ayudarlo en algo, señor?

-Yo lo atiendo -Le dije inmediatamente, puesto que había visto el humor que le había puesto
a su frase anterior. El doctor asintió y se dirigió a Emma, unos cuantos metros atrás. Yo me acomodé el cabello y me acerqué al señor -Buenas noches señor, disculpe ¿en qué puedo ayudarlo?

-Estoy buscando a la señorita Clarise.

Abrí los ojos -Soy yo, ¿pasa algo?

Se mostró una gloriosa sonrisa en el rostro de aquel señor, entonces extendió su mano derecha y se presentó: -Fernando Leyva, el padre de Freddy Leyva, mucho gusto.

¡Freddy! Dios mío...

-Oh señor -Le estreché la mano con emoción, haciendo que la carpeta que traía se cayera -Ohh, lo siento... -La recogí apenada, pero luego reaccioné -espere, ¿le pasó algo a Freddy? ¿Está bien? ¿Sabe porqué no me ha...?

-Hey hey, tranquila señorita... Freddy está perfectamente bien, He venido hacia usted porque me gustaría hacerle una propuesta... ¿me aceptaría una taza de café?

-Oh, no puedo -Me apene -Tengo doble turno y...

El señor alzó la mirada hacia el doctor y sonrío. -Entonces permitame unos minutos, hablaré con su doctor...

-No creo que sea lo mejor, con todo respeto señor. Pero me he comprometido y...

-Freddy necesita de ti, jovencita. ¿Me dejarías hablar con tu jefe dos minutos? Estoy seguro de que entenderá.

Esta vez su voz había sonado algo temerosa, así que me limité a asentir delicadamente. Algo me decía que a Freddy de verdad le sucedía algo.

FINISH? ➸ Breddy Meyva (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora