Cap. 4 Risitas

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Un mediano herido por sapos-vampiro, un enano tozudo, una bárbara hecha a la soledad —todos ellos conducidos hacia la oscuridad por una maga novata. ¿Tenía sentido esta expedición? Ante la siguiente puerta cerrada, ¿no era mejor dar la vuelta y salir de la mazmorra?

El tesoro conseguido hasta el momento —11 monedas de oro— era más bien ridículo. ¿Debería haber confiado Goff en su olfato para las gemas antes de ponerse a dar martillazos, dolido por las heridas de su amigo?

No bien había comenzado Joplin a colocarse unas vendas, mientras el enano farfullaba y sus compañeras estaban alertas por si el ruido atrayera a algún monstruo errante, cuando sus manos quedaron vacías.

Ni espada de doble empuñadura, ni Martillo de Guerra, incluso la daga inútil de Elore. Todo desaparecido. También las vendas que Joplin estaba desplegando. Y un coro invisible de risitas que provocaron sudores fríos a Naesha.

"¡Qué diablos...!", maldijo Goff al verse de bruces contra la puerta. La respuesta de Elore dejó a todos espeluznados: "Peor que eso. Gremlins...".

CUATRO CONTRA LA OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora