Milk jamás se imaginó que la magnitud y perversidad de Son lograría volverla adicta a todas las secciones sexuales que compartían, pero los sentimientos aparecen, él lo sabía, y aquello se convierte en una diversión o ¿abrumación?, y cuando todo se...
Ví el rojizo alrededor de su nuevo tatuaje, pase por allí la esponjosa esponja dejando un camino de espuma, el agua que salían en miles de gotas por la ducha lo esparció hacia abajo, besé su tatuaje y apoyé mi rostro encima de su cabeza mientras pasaba mis brazos por su cuello y acariciaba sus pectorales.
Ambos desnudos dándonos una buena ducha de agua fría en la tina, no parecía preocuparnos nada, y así era.
— ¿Pensativa? —Preguntó
— Un poco —Mis pechos presionaban contra su espalda, la tina llena de espuma con una exquisita fragancia bañandonos, en un buen momento, decidí preguntar— Son
— Um, dime
— ¿Creés en el amor?
— Es como si me estuvieras preguntando si existen los unicornios —ríe, sin embargo yo no lo hago.
— ¿Por qué dices eso?
— Esa es mi perspectiva, lo sé, muy cliché —La calma con la que habla a veces enciende toda mis alarmas que vibran exigentes a que libere todas las preguntas que quisiera hacerle.
— ¿Cliché? —Susurre, me alejé de su cuerpo y cerré la llave de la ducha, la tina estaba llena y comenzaba a desbordar el agua, tenía cicatrices en su espalda, coloque una de mis manos en la más grande, ví su rostro levantarse— la típica historia de un chico con un pasado que lo atormenta, ¿tambien argumenta en tí?
Salió de la tina girandose hacía mi e inclinarse colocando las manos en la orilla de esta y dirigir esos hermosos ojos contra los míos, la espuma cubría sus partes privadas dejándome con las ganas de verlo completamente.
— No planees indagar en mi vida privada Milk, no es de tu incumbencia —con dos de sus dedos golpeo sin fuerza mi frente y caminó hacia otra ducha sin tina para quitarse los restos de espumas.
Quedé boquiabierta a la expectativa de espectáculo que estaba delante mío, dios, Son en toda su majestuosidad sin tapadura alguna, estaba ahí, desnudo, con sus compañeros llamados tatuajes haciéndolo lucir mucho más atractivo de lo que ya es.
Oh, estaba por girarse nuevamente hacía mí, intrigada por verlo de perfil de frente mi corazón comenzó a acelerarse, mis mejillas se encalentaron y apreté mis piernas por lo caliente que comenzaba a parecerme esta situación.
Entonces lo ví. Y sus ojos se encontraron fijamente con los míos tomandome por sorpresa y su sonrisa torcida coqueta me hizo sentir una idiota.
— Sabes, tienes esa costumbre de siempre comerme con la mirada, por qué no me comes directamente si estoy justo aquí, delante tuyo, dispuesto a complacerte todas tus fantasías sexuales y satisfacer tus hormonas que se alborotan por mí —Cruza sus brazos, muy seguro de sus palabras— no creas que no me di cuenta, eres muy obvia, Milk.
Abrí mi boca moviendo de un lado a otro mi rostro por unos segundos hasta disponerme de pié y encararlo caminando hacía él— Yo...tú...genial —No encontraba palabras adecuadas para negar todo lo dicho de sus palabras por que sabía que era muy cierto.
Ser directo y sincero era lo suyo.
— Por primera vez logré dejarte sin palabras, no cuentan las veces cuando tenemos sexo si no, cuando nos enfrentamos, siempre estás a la defensiva y eso cariño —su mano toma mi cintura, la mía cae en su abdomen y mi rostro se levanta al ser levantando por su otra mano que sostiene mi mentón— me prende —lame mi labio, tiemblo ante la desesperación de más, esto ya se encalentó.
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