Living the dream. Logan Henderson. Editando

Capítulo 18. Secretos y confesiones

Capítulo 18. Secretos y confesiones

- Bobo –dije dando un suave golpe en su brazo mientras ambos reíamos.

Durante el trayecto en coche Logan era el único que hablaba, y lo hacía con total naturalidad. En mi caso, yo estaba algo cortada al tener un chofer que podría escuchar todo. No sé, me resultaba extraño que un desconocido nos llevara.

- ¿Pasa algo? Vuelves a estar demasiado callada -dijo Logan mirándome mientras se acercaba un poco a mí para abrazarme

- No me pasa nada, solo es que esto resulta aún algo raro para mí -dije mirándolo y pegándome más a él. Ya puestos, debía aprovechar

- ¿A qué te refieres? -dijo poniendo uno de sus brazos alrededor de mis hombros y dejándolo ahí para acariciar suavemente uno de mis hombros. Esto es el paraíso sin duda.

- A esto, ya sabes, paparazis, fotos, gente que me suplica en Twitter que los siga, tener chofer -dije gesticulando, aunque esto último lo dije en voz baja para evitar incomodar a nuestro conductor.

- Al principio nos pasa a todos, luego te acostumbras. En cuanto a lo del chofer, ha sido simplemente porque si algún paparazzi nos ve conduciendo, irán tras nosotros, nos pondremos nerviosos y podemos correr peligro. Y en caso de que nos sigan en el sitio al que vamos, siempre podemos tener el coche en la puerta y no tener que ir al aparcamiento a por el coche y eso.

- Eres increíble -dije atontada. Me parecía muy dulce por su parte explicarme las cosas que no entendía y que mostrara interés por entenderme cuando a veces ni yo misma lo hacía. Por otro lado...creo que debería dejar de quedarme atontada cada vez que lo miro.

- Y tu eres increíblemente preciosa -dijo susurrando para acercarse poco a poco a mi. Está claro que si Logan sigue haciendo este tipo de cosas no va a haber manera de que me separe de él. Aunque en el momento en el que nuestros labios iban a juntarse, me acordé que no éramos los únicos en el coche.

- Logan... -dije apartándome un poco

- ¿Qué ocurre? -dijo posando una de sus manos en mi mejilla, acariciándola suavemente.

- No estamos solos -dije algo avergonzada mirando mis piernas

- Cariño, no te preocupes por él. Tiene mucha experiencia como chofer y seguro que ha visto cosas peores, por ejemplo cualquier sesión de besos de Carlos y Sam. Ahora, por favor, permíteme.

Vale. Creo que acabo de morir con lo que me ha dicho. Esas palabras fueron suficientes para que me olvidara por completo de que había alguien más en el coche y me centrara en poner mis labios sobre los de Logan.

El resto del trayecto fue similar, ambos hablábamos susurrando, sin apenas separarnos y dándonos suaves besos de vez en cuando.

Al cabo de una media hora llegamos al sitio al que íbamos. Bajamos y entramos rápidamente para evitar una vez más a los posibles paparazis.

El lugar tenía buena pinta, era un lugar bastante grande, pero con una pinta acogedora y música de jazz en directo. Nota mental: pedir ayuda a Logan la próxima vez que vaya algún sitio para no acabar comiendo en un McDonald’s.

Un camarero nos llevó a la mesa que teníamos reservada. Logan apartó mi silla para que pudiera sentarme y se sentó frente a mi. Me encanta que tenga este tipo de detalles. El camarero por su parte, nos trajo el menú para que eligiéramos. Logan pidió por ambos, no sin antes preguntarme si estaba de acuerdo. El camarero se retiró y apareció poco después con nuestras bebidas. Durante el tiempo que tardó en llegar la comida estuvimos terminando de conocernos, ya que durante el paseo de esta mañana estuvimos poniéndonos al día y preguntando cosas sobre el otro.

La cena fue bastante agradable, y me permitió conocer otra faceta de Logan que no conocía. Si por la mañana había podido conocer a Logan, el chico amable y carismático que se había ofrecido a enseñarme la ciudad. En esta ocasión estaba conociendo a Logan, el chico atento que sabía como hacerme sentir única. Lo mejor de todo es que cualquiera de sus dos versiones me gustaban. La cena terminó y como era de esperarse, Logan no me dejó ni oler la cuenta. Dijo que era su deber invitarme. Cuando salimos, me preguntó si los zapatos que llevaba eran cómodos, cosa que me dejó totalmente descolocada. Tras reírse por mi expresión, me contó que era porque le apetecía dar un paseo, cosa que acepté encantada. Había que aprovechar que apenas había paparazis. Aunque lo de las fans ya es otra cosa, mientras fuimos caminando, varias personas nos reconocieron, y no solo le pidieron autógrafos a él, incluso me los pidieron a mí. Raro pero cierto.

Al final llegamos al hotel caminando. Una vez dentro, en vez de ir a una de las habitaciones, nos dirigimos a la azotea, pues según Logan, teníamos que hacer una pequeña parada ahí.

Al abrir la puerta me encontré con lo que menos me esperaba. El suelo de la azotea se encontraba lleno de pétalos de rosas y en el medio de estos había un sobre. Miré a Logan intentando saber qué era esto. Él se limitó a señalarme con la cabeza el sobre y a susurrar un "ábrelo".

Fui hacia el sobre notando cómo Logan iba detrás de mí. Me agaché a cogerlo y una vez con el sobre en la mano fui abriéndolo poco a poco para descubrir lo que había dentro...vale, creo que esta es la mejor noche de mi vida.

"Me encantas. ¿Me harías el honor de ser mi novia?" Diez palabras escritas a mano. Diez palabras que serían mis favoritas a partir de ahora.

- Se que es pronto y que apenas nos conocemos, pero realmente siento que eres lo que estaba buscando. Si dices que no, al menos dame la oportunidad de conseguir que cambies de opinión con el tiempo -dijo Logan rápidamente, se notaba totalmente nervios.

Mi respuesta consistió en mirarlo y asentir suavemente. Era hora de dejar los miedos y las inseguridades a un lado y centrarme en las cosas que me hacían feliz. En cuestión de segundos pude sentir a Logan abrazándome y depositando un suave beso en mis labios mientras susurraba de vez en cuando "Prometo que no te arrepentirás"

- ¿Lo has hecho tú? -Pregunté al cabo de unos minutos, admirando todo lo que había preparado.

- En realidad he contado con algo de ayuda -dijo rascándose la cabeza- Pero que conste que la idea era mía. -Me confesó sin apartar sus manos de mi cintura.

- ¿Los chicos? -dije mirándolo sin dejar de sonreír

- En realidad sus novias -dijo avergonzado- ¿quieres que nos pongamos cómodos? Hay un par de cosas que me gustaría contarte. -Preguntó acariciando mi cintura y guiándome hasta un costado de la azotea, donde se encontraba un mantel sobre el suelo, cosa que no había notado hasta ahora.

Definitivamente esta había sido una noche increíble con un chico increíble.