Capítulo 12 - Feliz Cumpleaños

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Say You Won't Let Go – James Arthur


—S dnem rozhdeniya, inostrannyye* —Austin me miró sonriendo con cierta compasión, había pasado la última semana y media de mi vida repitiendo eso para memorizarlo, y aún así no lo lograba por completo, pero Aus me sonreía porque lo intentaba.

—Malyshka... gracias —, el cumpleaños del ruso había llegado y yo era malísima para todas esas cosas, aunado a esto, él había decidido no organizar nada exageradamente grande; besó mi cabeza y me aparté un poco de él.

—Te traje algo, malysh —de la bolsa de mi chaqueta, saqué una dog-tag que había mandado a grabar.

"Malysh, te quiero con todo mi corazón.

-Malyshka"

Del otro lado había grabado lo mismo pero en su idioma natal, y para ser honesta, era bastante difícil de leer, pero él sonrió alegremente y la pasó por su cabeza para dejarla caer en su pecho.

—¿Fue gracias a algún traductor en línea? —agité la cabeza.

—Fueron las dos primeras clases de ruso que llevo contigo y una búsqueda de "frases de amor en ruso" —admití, a lo que él rió divertido.

—Te amo, preciosa —me aseguró dando un pequeño beso en mis labios, todo el día me tuvo abrazada a su lado y cuando no lo hacía, constantemente buscaba mi mano, o mi cabello para tomarlo con dulzura.

Claramente no fui la única en felicitarlo, mucho menos en darle regalos simples, varias chicas le obsequiaron cosas similares a la pieza de metal que yo le había dado, la diferencia fue que no se puso absolutamente nada, al menos nada proveniente de otras chicas, todo lo guardaba después de agradecer el detalle, mientras que mi placa la lucía con orgullo en su pecho, sobre su camiseta azul marino; por otro lado, si se puso un par de pulseras de tela que Jacobo le había obsequiado, eran de esas que comprabas al salir de un concierto, la banda era Cigarettes After Sex porque sabíamos que era la favorita de Austin, el secreto estaba en que yo había comprado dos boletos para su concierto la semana siguiente, sólo que él aún no lo sabía.

Por la tarde, la invitación a su casa fue únicamente para mis hermanos, Jacobo, Abigail y yo, no sabía si cómo a mí, no le gustaba ser popular o simplemente era algo en lo que no se enfocaba.

Al llegar, sobre la mesa había un pastel que los padres de Austin le habían comprado, era gigante y de chocolate por donde le mirases, podría jurar que así era el de la película Matilda.

—Vaya, feliz cumpleaños, Bruce — le mencionó Pablo al saludarle, Abby, que estaba junto a mí, rió, pero mi novio no entendió el chiste. Sus padres salieron de la cocina y rápidamente me acerqué a saludar al igual que todos, tenía que admitir que aún nos sentíamos algo intimidados por los duros rostros de sus padres, nada comparados con Austin, quien solía sonreír constantemente cuando estaba con nosotros.

Nunca había escuchado el cumpleaños feliz en ruso y no lograba imaginar cómo sería; una vez rodeamos el comedor me abracé a la cintura de mi novio, quién respondió rodeándome con su brazo, apretándome más a sí, lo que me hizo aspirar el bonito aroma a loción que se desprendía de su camisa, y me preparé mentalmente para escuchar algo sumamente extraño a continuación, todos nos quedamos perplejos mirando a sus padres cantar algo que aunque no era tan tétrico cómo lo imaginaba, seguía resultando desconocido.

Ninguno de sus padres sonreía realmente, Natascha, su madre era quien en ocasiones era más acogedora, mientras que su padre todo el tiempo parecía despreciarnos a todos, y por el contrario Austin era el que más nos dejaba ver sus expresiones.

Punto y Coma  [T E R M I N A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora