06. Agresivamente Atractivo

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El principal Maxwell tomó su tiempo para escuchar las tres versiones sobre lo ocurrido en el laboratorio de biología. Jane contó su versión y decidió no negar el hecho de haberle dado una cachetada a Austin. Austin contó su versión asegurándose de mencionar la falta de respeto que cometió Georgia. En cambio, Georgia fue breve y explicó que lo hizo todo por una buena causa y no sabía la situación de Austin. Los tres jóvenes permanecieron en la dirección mientras el principal tomaba una decisión. Jane sabía perfectamente lo que les esperaba. Una suspensión de varios días o realizar labor comunitaria.

–Bueno jóvenes no fue una decisión fácil de hacer ya que tienen muy buenas calificaciones y no visitan mi oficina frecuentemente. No se ofenda, señor Mahone.– Austin se encogió de hombros. –El comité de graduación está buscando anfitriones de otros años para el baile de gala estudiantil. Ustedes estarán allí presentes para recibir a los invitados.–

–¿Eso significa que tenemos el poder de suspender cualquier muestra pública de afecto?–  Maxwell no puedo evitar reír ante el comentario de Georgia.

–Esa noche los estudiantes son libres de hacer lo que plazcan, señorita Wilkins. Su trabajo será recibir los invitados y asegurarse de que la pasen bien. ¿Entendido?– El trio asintió. –Pueden ir a su siguiente lección.–

–Gracias principal Maxwell.– Maxwell asintió ante el gesto de Jane.

De saber que el baile era demasiado formal para su gusto, hubiese intentado usar algún otro vestido elegante. A la hora de mirar su armario, se decidió por un vestido corto plateado metálico a juego con unos zapatos con tacón negros. Jane suspiró. Bajó de su auto y se encaminó hacia el gimnasio de la escuela donde realizaban todos los bailes. Encontró a Georgia sentada en una mesa observándose las uñas. Caminó hacia su compañera y se detuvo frente a ella.

–Llegas justo a tiempo, Jane. Mahone no ha llegado.– Jane colocó su bolso sobre la mesa.

–Georgia, ya haz causado bastantes problemas con Austin.– Georgia alzó la vista y se encogió de hombros.

–Debe aprender que la venganza nunca es buena Jane. ¿Alguna vez te haz vengado de alguien?– Jane no contestó. –Eso pensé.–

–No es necesario. ¿No deberiamos estar en la puerta?– La pelinegra señaló la entrada del gimnasio.  La ahora rubia se encogió de hombros.

–Tenemos que esperar que Mahone se digne en aparecer. Debe aprender también que es importante ser puntual.– Jane resopló. ¿Qué sucedia con Georgia? Decidió ignorarla y se dispuso a moverse hacia la puerta.

–Lamento llegar tarde. No encontraba esta corbata.– Los ojos de Georgia se abrieron como plato al escuchar a Austin. Jamas pensó escucharlo lamentándose por algo.

–No te preocupes Mahone. Aun no llega nadie.– Georgia se puso en pie. –Ahora vete con Jane para atender la puerta. Yo iré donde el DJ para que prepare la música.–

–Claro.– La rubia se dirigió al escenario que habían preparado. Austin volteo a ver a Jane. –¿Cómo se puede teñir el cabello tantas veces?–

–Ni idea. Pero todo color le queda bien.– Austin asintió. Jane volteó la vista ofreciéndoles una sonrisa a los estudiantes que llegaban a la gran celebración.

Algunas parejas entraban al gimnasio, algunos chicos entraban junto a sus amigos mientras las chicas entraban con sus amigas. Georgia no regresó por lo que Jane se preocupó. Buscó con su mirada a la rubia pero no la encontraba por ningún lado. Austin saludaba a los chicos de último año con una sonrisa seguida de una sacudida de manos. Las chicas suspiraban al mirarlo. Serían mayores que él pero no les molestaba echarle una mirada. Era inevitable. Jane avisó a Austin que iría al baño un minuto. Este asintió despreocupadamente. Al regresar se encontró con una puerta libre de anfitriones.

–¡Maldita sea!– Gruño al saber que Austin había desaparecido. Ahora estaba sola.

Austin sonrió incrédulo. Presentía que Georgia Wilkins solo quería ser una chica traviesa por primera vez en su vida. No se econtraba en ningún salón de clases. Caminó por los pasillos antes de dirigirse a las piscinas de la institución. No había nadie. Estaba solo. Caminó alrededor de la alberca decidido a distraerse por unos minutos.

–Hola Austin.– Asustado, tomó un bocado de aire y volteó a mirar de donde provenía aquella voz. Vió ante sí mismo a Georgia. Notaba algo diferente. Había cambiado su vestido negro por uno color blanco. –No deberías andar por aquí a estas horas.–

–Vine a buscarte. Se nos hizo raro que no hayas regresado.– Austin guiñó un ojo. Una sonrisa cómplice se asomó al rostro de la rubia.

–¿Nos? Me suena a manada, Mahone.– Georgia tomó un paso hacia adelante. –¿Por qué viniste?–

–Tenia curiosidad de saber dónde estabas.– El castaño tomó un paso hacia adelante para acercarse. –No eres tan bruja como dicen.–

–Las brujas usan escobas. Yo solo llevo unos tacones que me ayudan a caminar.– Se acercó más a Austin. Sabía lo que le esperaba. –¿Por qué un chico como tú debe ser tan cruel?–

–No entiendes la situación.– Georgia chasqueó los dedos de inmediato.

–Claro que la entiendo, cariño. Date cuenta. Tus amigos son todos apuestos, deportistas. Tu novia parece una muñeca Barbie recién sacada de su caja. ¿Y tú? Sólo eres una cara bonita. Odias a la gente fea y rara.– Estando más cerca de Austin podía ver la sonrisa cómplice en su rostro. –Eres muy vanidoso, Mahone.–

–Me lo han dicho. Gracias por el cumplido de todos modos.– Nuevamente guiñó haciendo que Georgia riera. Austin vió como un pequeño destello de luz se formaba en la palma de Georgia. –¿Qué es eso?–

–Jane tenía razón. Eres muy curioso.– Rió nuevamente. –¿Por qué no te acercas? No te haré daño.–

–Veamos.– Austin se acercó. Georgia alzó su mano revelando un hermoso y brillante girasol. El castaño quedó sorprendido al ver semejante flor. –¿Una flor?–

–No es una simple flor.– Rápidamente Georgia tomó la muñeca de Austin estrellando la flor contra su piel. El castaño gimió de dolor. La rubia solo le ofreció una sonrisa siniestra antes de alejarse de él. Su respiración estaba agitada. Estaba asustado. No sabía que estaba sucediendo. Miró su muñeca para ver un capullo verde tatuado en ella.

–¿Qué haz hecho?– Alzó la vista para ver a su compañera. Ella cruzó los brazos.

–Deberías ver tu cara.– Frunció el ceño.

¿Qué estaba pasando? Decidido, tomó varios pasos hacia la orilla de la alberca. Se vio a sí mismo. Una mirada de espanto adornaba su rostro como una calabaza en el día de brujas. Su rostro. Estaba cubierto de vello facial. Tenía una barba oscura. Su cabello era aún más largo de lo normal. Cualquier chica hubiera matado por cepillarlo. Alzó su mano para tocar su rostro cuando vió lo grande que le quedaba el saco. Miró sus brazos. Eran delgados al igual que varios años atrás. Tomó un bocado de aire antes de voltear a ver a Georgia.

–¿Qué es esto?– Estaba alterado. Solo bastó una simple pregunta para que Georgia revelara la verdad.

–Eres igual de agresivamente atractivo por fuera como lo eres por dentro. Ese girasol es tu contador. Tienes hasta tu graduación para encontrar alguien que te ame. Cuando el girasol florezca y se marchite por segunda vez tu tiempo se acabó.– Georgia se acercó para susurrarle al oído. –Debes encontrar una chica que ame los girasoles y te ame por quién eres. De lo contrario serás esta horrorosa bestia para siempre.–

Aqui les dejo el sexto capítulo. ¡Muchas gracias a melycat1 por comentar y votar! Y muchas gracias a tod@s los que han votado. Espero subirles el séptimo capítulo la próxima semana. Además, cambiaré el título de la historia, novela, como quieran llamarle. De ahora en adelante, se llamará Siempre lo haz sido pero seguira siendo la misma historia. ¿Qué creen? Por cierto, estoy preparandoles un trailer el cual espero tener listo en dos días. ¡Hasta luego!

Siempre Lo Haz Sido | Austin Mahone [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora