Sí, lo soy, eso explica muchas cosas...
Genial, primera clase y el profesor no se presenta, mejor para mi, tengo tiempo para leer, siempre cargo un libro conmigo en caso de ocasiones como esta. Esta vez cargo Harry Potter y las Reliquias de la Muerte , mi saga favorita, lo puedo leer mil ocho mil veces y nunca me cansaré.
Estaba perdida en la lectura cuando alguien se sentó sobre mi pupitre y preguntó:
-After all this time? -son cosas que solo un amante de la saga entiende.
-Always -respondo si saber de quién era aquella hermosa voz.
Desvié mi vista del libro para ver a quien me dirigía. Ojos azules, castaña, piel blanca, joder, realmente era hermosa.
-Mi nombre es Katheryn, mucho gusto -dijo mientras me sonreía.
-Andrea, el gusto es mío -respondo mientras mis mejillas empiezan a tornarse rojas.
-Veo que te gusta Harry Potter, a mi igual, ¿cuál es tu favorito? -pregunta, aún con una hermosa sonrisa en su rostro.
-Am, no sé, es difícil elegir solo uno, pero creo que El Príncipe Mestizo, ¿el tuyo? -pregunto.
-La Piedra Filosofal, sin duda -se oye la campana que indica el cambio de clases- ¿Nos vamos? -Me pregunta.
-Sí, por supuesto -le respondo con una sonrisa.
Caminamos por los pasillos sin cruzar palabras, realmente fue algo incómodo, moría por hablarle pero no sabía que decirle y mientras más caminábamos más nerviosa me ponía, ¿qué me está sucediendo?
-¿Te parece si nos sentamos juntas? -me pregunta en cuanto llegamos al salón.
-Por supuesto -sonrío tímidamente
Mientras estábamos en clases no pude dejar de sentir su mirada, sus hermosos ojos estaban mirándome, a mi. Ante tal acto no pude evitar sonrojarme y lo notó, porque rió, y por primera vez escuche su risa, su hermosa risa.
Cuando estaba a punto de terminar la clase, la directora entró al salón y nos dio el aviso que las siguientes clases no se llevarían a cabo porque los maestro tendían una reunión. Ante tal noticia todos no emocionamos.
-Andy, perdón, pero no te voy a poder llevar a tu casa, lo siento, tengo que hacer algo -me dijo Lena.
-No te preocupes -le respondí mientras le sonreía.
-Enserio lo lamento -me dio un beso en la mejilla y se fue.
Bueno, ahora que me iría sola tenía tiempo para pensar en aquellos hermosos ojos azules y su bella sonrisa, estaba sumergida en mis pensamientos hasta que alguien me toma de la mano y tira de mi.
-Oye, ¿qué te parece si vas a mi casa? Para conocernos mejor -Era ella, Katherine, la chica que hace unos momentos estaba en mis pensamientos.
-Por supuesto -sonrío.