En el camino no cruzamos ni una palabra.
Cuando llegamos a su casa pregunté si se encontraban sus papás, la respuesta fue que su papá estaba de viaje y su mamá llegaba hasta muy noche.
-¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de beber? -preguntó. -Pídeme lo que quieras -finalizó.
-Un beso -dije entre susurros. Para mi suerte creo que no escuchó.
-¿Perdón? ¿Dijiste algo? -preguntó.
-No, nada. Un vaso de agua está bien, gracias -dije algo nerviosa.
Joder, ¿qué me está pasando? No he dejado de tener una imagen en la cabeza de ella y yo besándonos. Donde una "desconocida" y yo nos besamos. Contrólate Andrea, contrólate.
-Eh... ¿estás bien? -pregunta Kathe sacándome de mis pensamientos.
-Sí, por supuesto -respondo y bebo toda el agua que había en el vaso.
-Bueno, vamos a mi habitación -dijo. No pude evitar notar un poco de nerviosismo en su voz.
-Te sigo -respondí.
Subimos las escaleras y entramos en su habitación. Era grande, algo oscura, no sé, tenía un toque elegante.
-Ponte cómoda -sonrío.
-Gracias -respondí sentando en su cama. Ella se sentó a mi lado, logrando ponerme más nerviosa de lo ya estaba.
Es algo raro, no entiendo como una chica que acabo de conocer, puede ponerme así y sobre todo que me haga tener pensamientos lésbicos con ella.
-Bueno, cuéntame de ti -dijo después de una larga pausa.
-¿Sobre mi? -pregunto sin dejarla contestar. -Bueno, no hay mucho que decir. Mis padres nunca están en casa, trabajan todo el día, casi nunca los veo y creen que con regalos caros compensan el tiempo que no pasamos juntos. Conozco a mi mejor amiga desde que tenía 4 años. Me encanta leer y tocar el piano. Nada interesante, como te dije. ¿Y qué hay de ti?
-Veamos... vine aquí porque transfirieron a mi mamá. Nunca veo a mi padres, ya que mi padres se la pasa viajando y me madre llega hasta noche, como ya te había dicho. ¿Tenemos algo en común no? -rió y siguió contándome. -Tengo 15 y medio. Originalmente soy de la Cd. de México y en mi tiempo libre me gusta leer y escuchar música.
-Así que eres de México eh, ¿hace cuánto tiempo llegaste? -pregunto.
-Una semana exactamente -responde con esa hermosa sonrisa que tiene. -Hey, tengo una idea. ¿Qué te parece si jugamos "¿Verdad o reto?", sirve y sabemos más la una de la otra.
-Me parece perfecto -sonrío.
-Vale, empiezas -dijo emocionada.
-Ok, ¿verdad o reto? -pregunto.
-Verdad -respondió.
-Am... ¿tenéis novio?
-No -ríe. -¿Esa es tu pregunta? ¿Enserio?
-No sé me ocurrió otra cosa -río.
-Bueno jaja, ¿verdad o reto? -pregunta.
-Reto -respondo algo indecisa.
-Bésame -dijo con una sonrisa tímida en su rostro.
-¿Qué? -dije, sonrojandome.
-Lo que escuchaste, bésame -dijo.
-Yo no... yo... yo no sé -dije nerviosa.
-Vamos, solo hazlo -dijo cerrando los ojos. Se veía tan linda.
Oh por dios, realmente quiero hacerlo, pero la cabo de conocer y recién me di cuenta de mi bisexualidad, y creo que ella me gusta, y no pierdo nada con hacerlo....
Me fui acercando poco a poco a su rostro, quedando a pocos centímetros de ella, sintiendo su respiración confundirse con la mía.
Tomé valor y la besé. Sentí sus suaves labios rosar con los míos. No fue un beso corto ya que ninguna lo terminaba.
Fue un beso "dulce", por decirle así.
"Inocente", es el término adecuado, ya que solo fue un "beso de pico", como le dicen muchos.