OTRA OPORTUNIDAD

1a PERSONA DEL SINGULAR

Lo miré y lo repasé con la mirada, de la cabeza a los pies y el miedo me recorrió a mí. En uno de esos extraños momentos en que lo único que me importaba era volver a mi perfecta y maravillosa vida me percaté de que él mismo no se había dado cuenta de que se tenía delante, ¿Cómo podía no acordarse de él mismo cuando era joven?

 Era una tontería seguir pensando de ese modo así que lo único que se me ocurrió fue preguntarle por su pasado:

-¿De dónde viene? ¿Qué era de usted antes de que empezara a trabajar en ese sitio?-le pregunté.

A lo que él, enojadamente me contestó:

 -Antes de todo esto yo también tenía una vida, cómo la de cualquier joven de esa época, quería a mi mujer y a mi hijo, por supuesto, hubiera dado mi vida por ellos y creeme cuando te digo que aún lo haría. –Hizo una pequeña pausa, que aprovechó para dar uno de esos eternos suspiros, uno de esos con los que sacas todos tus malos recuerdos que se almacenan en tu interior y te dejan verlo todo un poco más claro, sólo un poco. Y se le llenaron los ojos con sinceras lágrimas.

Cada pregunta que realizaba sus expresiones eran más claras y su rostro se iba haciendo cada vez más transparente, hasta que le pregunté por su familia y por la máquina del tiempo que creamos en 1970 y con la que pude viajar al futuro hasta el año 2014, pero que desgraciadamente se hizo pedazos cuándo llegué.

-Cuándo sucedió el accidente intenté pararlo, una y mil veces, lo malo era que siempre sabía lo que iba a suceder, aunque cada vez pasaba de una forma completamente distinta.

El día que tenían que morir atropellados, evitaba que pasaran por delante de cualquier coche, y entonces, cuándo menos lo esperaba, el local dónde habíamos ido a comprar la comida para pasar la semana volaba por los aires. Y si no morían por lo que pensaba que iban a morir, morían por otra cosa totalmente diferente. ¿Sabes? Pensaba que tenía otra oportunidad de salvarlos y de que siguieran en mi vida, que la llenaran, la cambiaran y la hicieran mejor, pero nunca, absolutamente nunca conseguía llegar a tiempo o evitarlo.

Lo interrumpí al entender que por muchos viajes en el tiempo que hiciera nunca podría cambiar lo que sucedió. Pero necesitaba volver al pasado, a mi tiempo y volver a verlos, necesitaba volver a oír la risa de Nicole y contestar todas las preguntas que pasaban por la cabeza de Thomas.

Entonces algo se me pasó por la cabeza, una última pregunta, al recordar que mi yo del futuro no me había reconocido y al darme cuenta de que tampoco lo iba a hacer.

-¿Se hace un poco a la idea de quién puedo ser? ¿No le recuerdo a alguien?-Le pregunté.

Me miró con el ceño fruncido y su respuesta, mientras movía la cabeza de lado a lado, fue: -No

-¿No le dice nada que yo sepa cosas que sólo usted sabe?

En ese momento el viejo se levantó de la silla dónde estaba sentado desde hacía ya un buen rato arrebatándola hacia atrás y retrocediendo unos cuantos pasos apartándose de mí y me miró con cara de sorpresa. En ese momento empezó a abrir cajones y armarios a toda velocidad hasta que se paró y sacó una pequeña foto suya, mía… de los dos. Lo raro es que yo no recordaba, para nada esa foto, así que supongo que la hicieron algun dia de los que yo aun no habia vivido.

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