Promesas Rotas [Snarry] [Hiatus]

Tercer Mes

  Harry se prometió no volver a llorar por ese hombre. Había sufrido mucho, pero ya no más; a pesar de no poder apaciguar sus fervientes sentimientos por Snape, haría lo posible para no volver a doblegarse ante él. Pero las promesas se rompen, incluso si son hacia si mismo, eso lo entendería pronto. Decidió rendirse con Severus Snape, pues era obvio que este no daría el brazo a torcer.

  Draco le había convencido de hacerse "ecografías" (algo muggle que él desconocía) para poder ver a su bebé. No estuvo muy convencido en un principio, pero terminó por ceder ante la insistencia de su rubio amigo. Claro que no esperaba poder tener fotos, pero así fue. Aunque más bien se veía como una masa amorfa. Sacó dos copias de las imágenes, aunque una no era para él, sino para Severus. Al día siguiente le envió un sobre con las fotos, solamente una pequeña nota yacía en él "El niño o niña". Se le había cruzado por la mente poner "nuestro hijo o hija" pero sabía que eso disgustaría a Snape. Dolía pensar que, era probable, el hombre tirara el sobre sin siquiera abrirlo.
  No lo había hecho para insistirle en ayudarle con su embarazo, sino que creía no era justo privarle de ver el desarrollo de su hijo. Aunque tenía la esperanza de que su corazón se ablandara un poco y se hiciera cargo de él, no importaba si lo hacía en su embarazo o cuando ya hubiera nacido. Esperaba que, cuando supiera que su hijo había quedado huérfano, lo cuidara. Pero los días pasaban y Harry no recibía respuesta alguna.

  Cuando dos semanas pasaron, lo habían forzado a mantenerse en cama todo el día. Harry no hizo mucho problema, sus energías se drenaban al no tener apoyo del otro padre. El embrión chupaba toda su magia, Potter llegó a pensar que más que humano parecía una especie de parásito.
  Esos no fueron todos sus problemas, puesto que el Gryffindor se negaba a salir siquiera a tomar aire, esto debido a su cuerpo demarcado. Su apariencia le avergonzaba, le daba más razones para creer que moriría en el parto. Seguía sin importarle.

  Los gemelos estaban junto a él siempre que podían, cuando Fred iba a Sortilegios Weasley, George quedaba junto a Harry y viceversa. Un día Fred llevó una silla y se sentó al lado de la cama.

- ¿Sabes qué nombre le pondrás al bebé?- Potter tan solo negó con la cabeza, ni siquiera había pensado en eso.- ¿Por qué no lo buscamos?- esta vez el chico asintió, el Weasley sacó un objeto rectangular y que emitía luces y sonidos.- Se llama celular, Harry. Es muggle, pero puede ser muy útil. ¿Qué te gustaría que fuera?- el Niño Que Vivió lo miró confundido.- El bebé, Harry. ¿Esperas que sea hombre o mujer?- el chico negó con la cabeza.

- Lo que sea está bien, se que será hermoso de todas formas. Aunque sería lindo tener un niño, su padre es bueno en pociones... Espero que lo herede.- divagó.

- ¿Harry? Es la primera vez que hablas del padre. ¿Cómo es él?- el pelinegro tembló, dudando en responder la pregunta, pero finalmente lo hizo.

- Es un slytherin. Por favor no lo digas, no es malvado solo porque esa fue su casa en Hogwarts, recuerda que Draco también es una serpiente. Además, él no es malo, tan solo me odia.- suspiró.

- Eso no le da el derecho de...- sus palabras fueron interrumpidas por el ceño fruncido de su amigo.

- Él tiene todo el derecho de hacerlo.- bramó.

- ¡No lo tiene, Harry! Si las cosas siguen de esta forma, tú morirás... No quiero eso. Eres uno de los pocos amigos que tengo, no soportaría perderte.- los ojos del pelirrojo se empañaron debido a que las lágrimas amenazaban con salir.- Yo siempre te apoyé en todo, pero ahora no me siento capás. No puedes dejar que tu hijo sea huérfano.

- Fred, lo sé. Te agradezco tanto todo lo que hiciste por mí, pero ahora no hay manera de hacerme cambiar de parecer. Lo lamento, pero no puedo. Al menos estoy tranquilo porque mi hijo los tendrá como tutores, cuentenle cosas sobre mí, por favor.- el Weasley negó furiosamente con la cabeza.