Un viejo amor y una nueva amiga.

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Todavía no amanecía y me encontraba vestido limpiando lugares difíciles de limpiar, E siempre aprovechaba para quejarse de los limpio que estaba el castillo y terminabamos ensuciandolo juntos.

Me puse unos jeans negros y una camiseta que dice "E y Gumball dominaran el mundo y Cake limpiara sus miados". E tenía un humor muy pesado pero en sí era una chica perfecta.

Saque uno de sus discos de Rock favoritos de una caja y lo contemple "Canciones emos de Esther", amaba molestarla arruinando sus discos.

No era posible que hubieran más personas en el castillo sólo había lugar para mi, Cake, Fiona, Marshall y su cita.

Camine hasta la habitación preparada para ella, estaba repleta de chocolate amargo porque ese era su favorito, tenía un estéreo y ropa para ella.

No sabía que hacer, no había consiliado el sueño esa noche y estaba sumamente nervioso. Me había levantado a preparar sus galletas favoritas con forma de gatito.

Estaba dando vueltas mirando las decoraciónes del salón principal, había un gran banquete y Mentita tambien pasaba a menudo.

Casí corrí hacia la puerta cuando oí unos toquidos; me encontré con Fiona, Cake, El Príncipe Flama, Marshall y aquel chico de cabellos blancos.

-¿H-hola?- dijo el chico de los cabellos blancos ofreciéndome su mano comó señal de saludo.

-Un gusto- dije- soy Gumball.

-Claus- dijo apenado.

-E, siempre con sus elegantes retrasos- dijo Marshall burlón.

-¿Porqué ella es tan importante?- pregunto El Príncipe Flama.

-Ella es la que cuida de las vidas, ella sabe el futuro que nos espera a todos y suele prevenir desastres terribles; era la chica de Gumball y ella está cuidando tu culo- dijo Cake acomodandose su moño rosa.

-¿Y era necesario venir tan elegantes? Digo, sólo miren a Gumball- dijo Fiona mirando enojada a su vestido rosado.

-Sólo queria joderlos- dije riendome.

-¿G-gumball?- dijo asombrada Fiona.

-Fi- dijo Cake- te presentó al verdadero y grosero Príncipe de Chuchaslocaslandia.

Hice una reverencia divertido.

Y por mucho que me molestaba admitirlo, Marshall se veía terriblemente sexy.

Su traje negro lo hacía parecer mayor y su cabello elegantemente recogido hacia atras hacía resaltar la belleza de su rostro.

Marshall tenía razón, Esther siempre llegaba tarde.

Unos toquidos rápidos hicieron que

reaccionaramos, ella había llegado.

Emocionado fuí hasta la entrada y la abrí, unos rizos cafes rojizos me recibieron, E estaba buscando algo agachada.

-¡GUMBALL!- levantó la mirada y recibí una sonrísa cálida y emocionada de su parte.

-¡E!- grite para levantarla y abrazarla, el corazón me latía estruendosamente y mis mejillas ardían.

E estaba más hermosa que nunca, había crecido y su piel morena se había aclarado un poco dejando ver sus mejillas rojas por el cansancio, sus ojos negros con un toque rojo me miraban con un brillo divino. Había madurado físicamente y era toda una mujer, pequeña y un poco plana, pero era un mujercita hermosa.

-¡TE EXTRAÑE TANTO!- grito abrazandome.

-¡CASÍ ME MUERO SIN TI!- grite dramáticamente.

-¡CASÍ ME DA EL GONORREA SIN TI!- grito y nos echamos a reír.

¿Quién dijo que los opuestos no se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora