Él no es mi problema.

1K 78 23
                                    

Pow OF Gumball:

No sabía comó había acabado en mi cama, no entendía muchas de mis acciones de la noche anterior; Había ido a emborracharme en la casa de Marshall.

Marshall. Su nombre provocó un escalofrío en mí.

Me dolía la cabeza terriblemente, me levante con pesadez y cerré las cortinas. Olfatié la playera que me había dado Marshall hace tanto tiempo, no sabía porque pero no podia considiar el sueño sin aquella prenda; cuando lloraba dejaba caer todas mis lágrimas en la playera, mis secretos estaban en ella. Sabía que era patetico pero así era de alguna manera u otra.

Estaba en boxers y mi ropa estaba tirada, ¿Quién dijo que los príncipes éramos tan ordenados? ¡Ja! ¡Ordenados los sirvientes!

Fuí al baño de mi habitación y mire mi aspecto. Mi cabello estaba totalmente desarreglado y tenía unas ojeras de proporciones colosales. Mentita me daría un sermón.

Salí del baño y me senté en mi cama.

Había quedado comó un imbécil frente a los invitados de Marshall y ahora seguramente lo sabía todo el Dulce Reino.

Tome mi célular comó si algo en mí gritara desde que abrí los ojos que lo mirara.

Fuí directo a mis fotos y tenía algunas recientes abrazando a Marshall y a Cake con un gorrito de fiestas. Parecía que me había divertido con Marshall ¡Incluso tenía su número!

Con una enorme sonrísa seguí mirando las fotos hasta que llegue a una donde había un chico de cabellos blancos dormido pacíficamente en la cama de Marshall. No lo entendía, ¿porqué tenía una foto de un chico así?

El chico sin dudas era una monada, con mejillas rojas y sus largas y hermosas pestañas cerradas. Pero algo me decia que él era enemigo, pero no comó otro enemigo. Él era un enemigo diferente y peligroso.

Gire la cabeza repetidas veces, ¿Qué era lo que no recordaba?

Tomé un montón de ropa, toda era igual de elegante. Sentía comó bajaban mis animos y solo por ver a ese chico de nombre desconocido.

Abrí la llave de la regadera y despojé mi ropa de mi cuerpo lentamente, comó si examinará mi cuerpo.

No era lo más divino del mundo pero yo era mucho mejor para comó estar en la cama de Marshall Lee.

Volví a tratar de remover mis ideas, ¿Comó se me ocurría pensar tal vulgaridad?, yo y Marshall lo más lejos que llegaríamos sería a ser amigos.

.....

Tome una toalla y la envolví al rededor de mi cintura.

-Majestad- oí la voz de Mentita al otro lado de la puerta.

-¿Si?- respondí poniéndome mis boxers.

-Al parecer no estuve enterada de que saldría a una fiesta- sentí el tono de dureza en su voz.

Entendía lo que seguía después, me regañaria hasta la muerte o quizás hasta el más haya.

Me termine de arreglar mi traje y salí para encontrarme con una mentita muy enfadada.

-¡¿QUÉ PENSABA AL SALIR EN MEDIO DE LA NOCHE A LA CASA DE MARSHALL LEE Y ARMAR UNA PELEA CON UN TAL CLAUS?!- grito enojada.

-Sólo queria salir un rato...- dije comó un niño reprochadole a su madre.

-Príncipe, tiene que entender que si se sale de control vendrá la Condesa Limona Agria- dijo mirándome directamente a los ojos.

Odiaba ese nombre, ella me había tenido cautivo casí toda mi infancia en la torre desde que mi madre murio de una rara enfermedad y mi padre fue asesinado por la Reina de la Nocheosfera, pero entendía que se lo merecía por hacer uso de la magia negra.

¿Quién dijo que los opuestos no se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora