Hasta el Universo (Jimin y Tú)

Capítulo 7

(…)

Los días habían transcurrido rápidamente, ya es lunes inicio de semana el tío SeokHi partirá hoy a su casa.

Mientras estaba en el sofá viendo un programa de comidas, Ji se encontraba en el cuarto del tío SeokHi platicando...

– Pero, ¿Cómo puedo saber si ella se quedará allí cuando le diga todo? – pregunto Ji.

– Mira Ji, ella va a estar. No sabes que vueltas da la vida, pero te aseguro que ella estará. Tómatelo con calma, cuando estés seguro será el momento de contarle todo – respondió a Ji mientras guardaba sus cosas en una pequeña maleta.

– Pero hay mucho de mi pasado que creo no le gustará – comentó Ji.

– ¿Estas seguro? – lo miro serio.

Al pensarlo dos veces noto que podría no ser cierto, lo comprendería, pero aún así no dió el brazo a torcer...

– Claro –.

– Lo dudo. Pero si tú lo dices – subió los hombros SeokHi.

– Pensándolo bien T/N es comprensible – soltó al fin.

– Ese es mi punto. Ahora déjame acomodar está habitación para poder irme – levanto a Ji de la cama y lo sacó de la habitación.

Parpadié varias veces para no soltar lágrimas mientras observaba al tío SeokHi irse, ya me acostumbré a su divertida presencia y sus sabios consejos, siento que está semana pasada no tuvo que terminar tan rápido, pero bueno, es momento de adaptarme a mi nueva vida, de ahora en adelante hay que trabajar para mantener esta casa. Suspiré y sonreí al entrar de nuevo a mi casa, el pensar que estaría sola con Ji ya no me da pánico, al contrario, me siento tranquila al tener su compañía.

– Ahora ¿qué se supone que haremos? – se tiró al sofá estirando sus brazos en el espaldar de este.

– Pues no lose – me acosté en el suelo, lo cual es una mala costumbre mía – Deberíamos buscar un trabajo –.

– Todavía no, tenemos aún algunas cosas – dijo moviendo su cabello hacia atrás.

– Cosas las cuales se acabaran – hablé obvia – No podemos esperar que se acaben y quedarnos sin nada –.

– Si lose pero tomemos solo una semana – propuso.

– No, mejor busquemos desde hoy que todavía tenemos tiempo en esta mañana – me levanté y caminé hacia el.

– Está bien – le ofrecí una mano para ayudarlo a levantarse.

Es un poco difícil encontrar un trabajo cerca de casa, teníamos que salir de la playa a la ciudad para encontrar alguno.

El día a finalizado y solo conseguimos que Ji obtuviera empleo en una exhibición de motos, tendría que explicar a los clientes sus partes, el modelo y otras cosas, tiene un sueldo aceptable y cobra intereses. Ya en casa de nuevo, cenamos y salimos a un lugar abierto de la casa a observar el mar, junto con la luna y las estrellas que se reflejan en este, es totalmente hermoso.

– ¿Cuando me piensas decir? – pregunté sin especificar a qué me refería. Al ver después de un rato que no decía nada, insistí – ¿Por qué no puedes hablar como una persona madura y decirme tú nombre? – observé su cara de asombro por mi falta de delicadeza.

– No tengo nada que decir – contestó Ji.

– Eso es mentira. Sí dos personas que viven juntas no pueden hablar con sinceridad, significa que nunca progresarán – Ji enmudeció. Cuando yo estaba apunto de rendirme, el levantó la voz visiblemente desanimado.