6 • F i n a l •

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Yoongi besa reiteradamente el cuello de Jungkook con delicadeza para lograr despertarlo, lo mira con ojos brillantes, recorre sus facciones aniñadas y su ceño fruncido por la luz de la ventana. Sus cabellos castaños, rebeldes como su alma, contrastan a la perfección con las sabanas blancas. 

Yoongi suspira completamente perdido en el menor. No sabe en que momento pasó que se quedaba cada noche con él, que se había aprendido sus comidas favoritas o sus pequeños caprichos, que sabía exactamente como el menor se sentía de tan solo mirarle: No sabía en que momento pasó que entre todos los mundos creados que tenían a disposición, habían preferido quedarse en ese, en el que habían creado ambos.

Y no era tranquilo, ese mundo era un constante conflicto, un desastre lleno de contradicciones. Al quedarse en ese mundo, ambos habían llevado sus problemas, sus inseguridades, sus corazones dañados, sus dolorosas lágrimas. Y era real. No tenían donde huir.

No tenían porque huir.

Jungkook se remueve mientras da pequeños reclamos con los ojos cerrados. Jamás pensó que él tuviera una parte tan melosa, pero la tenía. Jamás pensó que iba a querer hablar todo el tiempo de como se sentía, jamás pensó que el miedo valdría tanto la pena.

Jungkook abre sus ojos y se encuentra con los de Yoongi. Claro que se siente feliz, Yoongi le da eso. Pero la cabeza de Jungkook no logra pensar solo en eso.

— Me quiero morir —Dice Jungkook mientras que mira fijamente a los ojos a Yoongi.

— Entonces me quedaré a tu lado. No importa cuantas veces quieras morir, Jungkook. Me quedaré a tu lado hasta que algún día despiertes y no lo tengas que decir más.

— Y si...

— No puedo darte ganas de vivir — interrumpe el mayor— Las cosas están bastantes jodidas aquí— Yoongi acaricia su cabeza demasiado familiarizado a esa charla por la mañana — Sabes que nunca he intentado arreglarte. No puedo hacerlo. No puedo prometer que estarás bien. Y no te puedo jurar que esto será para siempre. Pero estoy aquí, ahora. Me encontré un poco en ti, pequeño, me encontré en tu dolor, en tu angustia, en tu manera de escapar y escabullirte, me encontré en tus mentiras y en tus verdades filosas. Me encontré en tu falta de importancia. Porque aunque no tengo una respuesta para darte, y es que no la tengo ni para mí mismo, tú existencia tal y como es, me deja respirar.

Respirar. Respirar. Respirar.

Los ojos de Jungkook se ponen llorosos. No había pasado ni una sola mañana que Yoongi no le repitiera lo mismo. Si Jungkook quería morir, Yoongi no lo pasaba en alto. Si a Jungkook le dolía, Yoongi seguía cuidando de su herida aun si el mismo se la había causado.

Jungkook, dentro de todo, había encontrado alguien donde no tuviera que escapar nunca más. Jungkook ahora había conocido el amor, de ese amor del cual sí podía tomar, porque sentía que sus manos estaban hechas para ello.

Yoongi había salido de su silencio, de su monotonía, de sus horas tirado en la cama sintiéndose completamente vacío. Nada. Sin nada. Y a veces el completo silencio era mas violento que un grito. 

Y Jungkook tenía mucho. Mientras que Yoongi era silencio, Jungkook era ruido. Y mientras que la cabeza de Yoongi pedía que algo le hiciera reaccionar, la cabeza de Jungkook le pedía un segundo de descanso. Un alto.

Jungkook tenía que recordar respirar.

Y mientras que Jungkook se sentía asqueroso porque habían muchas cosas en él, Yoongi se sentía agradecido por encontrarle. Porque él estaba vacío mientras que Jungkook estaba sobrepasado.

Quizás ahora ellos habían creado un mundo donde al menos por un momento su existencia se sentía como que valía la pena. Donde importara, donde todo al fin importara y no se tuvieran que sentir completos idiotas por sentir demasiado.

Y quizás compartiendo las cosas habrían mañanas donde Jungkook quisiera morir menos, y días donde Yoongi pudiera vivir más.

Y si algún día ya no tenían nada mas que compartir, siempre podrían conservar aquello y luego pedir un deseo.

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•Delet To Myself• < YoonKook>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora