Yoongi llevaba veinte minutos esperando a que el chico de ojos azules apareciera en el restaurante donde lo había citado.
Llevó una de sus manos a la superficie cubierta con un pulcro mantel blanco y de nueva cuenta movió los dedos a un ritmo acelerado.
Un camarero ya le había preguntado un par de veces si estaba esperando a alguien y en la última ocasión estuvo tentado a decirle que no y salir del lugar como si nunca hubiera estado ahí.
Pero después de soltar todo el aire que había acumulado en sus pulmones en un largo suspiro, una mano de pronto se posó en uno de sus hombros con suavidad y abrió los ojos un poco más al mismo tiempo que su pulso se aceleraba, escuchando también una disculpa con aquella sutil voz que ya le era demasiado familiar. Hermosa y delicada.
—Mi auto se averió y tarde en tomar un taxi —dijo JiMin mientras ocupaba el lugar vacío frente a Min. Éste le sonrió y volvió a suspirar—. Intenté llamarte pero tu teléfono está apagado.
—¿En serio? —cuestionó el mayor en inmediatamente sacó su móvil del bolsillo. Lo observó por un par de segundo y presionó la tecla para encenderlo—. Lo siento.
JiMin negó con la cabeza ligeramente, y Min no pudo evitar sentirse como el idiota que el atractivo muchacho frente a él le había dicho que era semanas atrás.
🌉🌊
—Tal vez si hubiéramos pedido algo ese día, nos hubiéramos asegurado que la comida no es tan buena en este lugar.
—Tienes razón —dijo el chico de ojos pequeños mientras ambos se levantaban de sus asientos y compartían una sonrisa.
Yoongi caminó delante de JiMin y éste lo siguió hasta el estacionamiento. Se detuvo frente a su auto y cuando le quitó los seguros a las puertas, se dirigió al lugar del copiloto y abriendo la portezuela le indicó a Park con un movimiento de cabeza que se acercara.
—Sube, te llevaré a tu casa.
Sin titubear el muchacho le obedeció y, cuando estuvo acomodado en el asiento, Yoongi aseguró la puerta y caminó hasta el lado del conductor para subir.
Quince minutos más tarde Min se estacionó frente a un alto y bonito edificio. Apagó el motor y con un nudo formándose en la boca de su estómago miró a Kim de reojo y le sonrió. El muchacho le respondió de la misma forma y YoonGi apretó la boca cuando observó a JiMin quitarse el cinturón de seguridad.
Entreabrió los labios para decir algo, pero el chico a su lado se le adelantó.
—¿Aceptarías un trago en mi departamento como agradecimiento por traerme? —cuestionó , girando el rostro para verlo a los ojos. Y en ese momento Yoongi pudo sentir que era capaz de gritar y brincar por la felicidad.
—No fue nada pero, lo acepto.
Los dos salieron del auto y fue Yoongi el que siguió al chico hasta el ascensor. JiMin presionó el botón para ir a su piso y un par de minutos después ya estaba adentro de la vivienda.
Park lo invitó al mini-bar que había en la esquina derecha de la sala y Min se acomodó en una de las sillas altas al mismo tiempo que suspiraba y veía como JiMin tomaba dos vasos y les ponía un par de cubos de hielo.
—¿Te gusta el whisky?
—Sí.
JiMin le sonrió, comenzando a llenar los recipientes, y Yoongi pudo notar como sus mejillas cambiaban a un lindo tono de rojo.
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Esta Mesa Esta Reservada (YoonMin)
FanfictionUna desastrosa cita a ciegas es el detonante para que JiMin comience a odiar a Yoongi.