3.

659 101 0
                                    









Uno tras otro mensaje de Yoongi aparecieron en la pantalla de su teléfono y después de casi dos semanas de recibirlos, JiMin ya no supo que pensar, ni que sentir.

Al principio había aborrecido la idea de que aquel estúpido y molesto muchacho se hubiera hecho con su número —incluso adoptó la posibilidad de cambiarlo—. No podía olvidar su primer encuentro y cómo éste se había aprovechado de esa situación para besarlo. Min YoonGi era irritante. Un fanfarrón. El tipo de persona que creía tener a su merced a todos por el simple hecho de ser guapo. Y eso también al principio había molestado a JiMin: pensar que ese "idiota" era atractivo.

Pero mientras pasaban los días fue descubriendo que el cretino ese podía ser un poco divertido y asquerosamente cursi. No podía negar tampoco el hecho de que cada vez que leía esas cuantas palabras en su celular, una pequeña sonrisa aparecía en sus labios, y también sentía sonrojarse.

YoonGi lo llenaba de cumplidos en cada pequeño mensaje. De palabras melosas que nunca nadie le había dicho antes. Llegó a sentirse deseado cada vez que le reiteraba que le gustaba muchísimo, y eso lo estaba matando de dudas por dentro.

Cruelmente lo había rechazado las veces que se había topado con él. Le había dicho que no le gustaba, que lo odiaba y que ni estando loco se fijaría en él. Pero a esas alturas, JiMin ya vacilaba de sus firmes palabras. Porque Yoongi parecía realmente interesado en él, pero Park no quería flaquear. Ni por todas las bonitas y cursis frases que pudiera dedicarle. No pensaba caer tan fácil ¿Qué iba a ser de su orgullo si eso sucedía?

JiMin suspiró profundo y dio varias vueltas en su cómoda cama. Era sábado por la noche y se la había pasado echado —literalmente— todo el día.

Había unas cuantas envolturas de comida, un par de cajas de pollo frito sobre el colchón y una botella de soda en su mesita de noche casi vacía. No le había apetecido cocinar, ni mucho menos levantar un dedo para limpiar, además de seguir sin entender su comportamiento.

YoonGi no le había escrito en todo el día. Ni siquiera un simple "hola" o un "buenos días". Desde la noche anterior su teléfono no había vibrado por causa suya y Park estaba frustrado. Ya se había acostumbrado a sus "ridículos" mensajes y el no recibir un solo durante todo ese sábado lo tenía desconcertado y algo decepcionado.

¿Tan rápido Min se había olvidado de él? ¿Después de insistir tanto en querer verlo, de la noche a la mañana se olvidaba de su existencia?

JiMin pegó un gritito mientras revolvía su cabello y daba algunas pataletas en la cama. Parecía un niño pequeño al que no dejaban jugar con su juguete nuevo. Suspiró profundo otra vez y decidió ir al baño a tomar una ducha. Salió ya vestido con su pijama y retiró las envolturas de su cama, se sentó a la orilla y justo cuando preparó su almohada para acostarse otra vez, su móvil comenzó a vibrar.

Sintió entonces que su corazón comenzaba a palpitar nerviosamente y, con algo de reticencia —y expectación— lo tomó. Creyó que se trataba de YoonGi, pero cuando desbloqueó la pantalla, sus ojos se llenaron de decepción.

"No te olvidaste de nuestra salida ¿verdad? Paso por ti en media hora"

Era HoSeok y sí, lo había olvidado por completo.

Su amigo le había estado insistiendo durante un par de días con visitar un nuevo club que se había inaugurado en el centro y, por los muchos favores que le debía, JiMin no se había podido negar.

Dejó caer el móvil en la cama y apretó los ojos. No tenía más remedio que cambiarse de ropa y esperar a su amigo.





🕘🕤🕡




Podía ver la emoción de Hoseok impresa en su cara pero JiMin estaba muy lejos de sentir algo parecido. Aunque le gustaba beber, no era de los que se desvelaban y eso ya le había causado mal humor. Aun así, no pensaba desairar a su amigo y, forzándose a sí mismo, le sonrió varias veces.

HoSeok lo dejó en la barra para que siguiera tomando y JiMin le deseó suerte para ligarse a alguien, porque después de todo, su amigo asistía a esa clase de lugares para ver que podía "pescar".

Tomó la copa frente a él y de un solo trago se terminó el líquido ambarino. Dejó el recipiente de nuevo en la barra y de pronto sintió como alguien se sentaba a un lado suyo. JiMin giró un poco el rostro y sus ojos se abrieron con asombro cuando, sin esperarlo, su mirada se cruzó con la de YoonGi.

Sintió que el líquido que acababa de tomar quería regresar por su garganta. Su corazón se agitó en demasía y de un momento a otro las manos comenzaron a sudarle.

Las palabras que el muchacho le había dedicado en días pasados comenzaron a flotar en su cabeza y eso fue suficiente para ponerlo más que nervioso. YoonGi se le acercó un poco más, y JiMin sintió estremecerse cuando el muchacho posó una de sus manos en su muslo con demasiado atrevimiento.

—¿Me extrañaste? —susurró Min cerca de su oído, y el simple roce de su aliento contra su oreja le hizo sentir cosquillas en el estómago.

Se quedó sin palabras por un par de segundos, pero de pronto quiso mostrarse indiferente aunque le iba a costar horrores, sonriendo con ironía y dejando de lado el hecho de que sí había extrañado —sólo mínimamente— sus estúpidas y empalagosas frases.

—Por supuesto que no —dijo, terminando con un bufido después de retirar la mano del chico de un manotazo. JiMin rodó los ojos, pero sin problemas pudo notar una traviesa sonrisa formarse en los labios de Min.

Yoongi tomó el recipiente que el camarero le había servido antes y despacio le dio varios sorbos. Se saboreó la boca con su húmeda lengua, y Park tragó saliva al escanearlo con la mirada de soslayo.

¿Acaso estaba demasiado ebrio como para pensar que YoonGi era increíblemente apuesto en ese momento? JiMin aprovechó los pocos segundos que el muchacho estuvo entretenido bebiendo de su copa y no perdió detalle de su cuerpo. Incluso sus ojos se abrieron un poco más cuando éstos fueron a parar a sus torneadas piernas y, sin pensarlo, mordió su labio inferior.

—¿Te gusta lo que ves? —mencionó Min y JiMin desvió la mirada de pronto.

Se sonrojó hasta las orejas de la vergüenza al haber sido sorprendido de esa manera. Apretó los puños sobre sus piernas y no dudó ni un segundo en levantarse de la silla alta para salir del lugar.

Caminó con algo de prisa entre los cuerpos sudorosos que no dejaban de moverse por la música mientras pensaba en enviarle a su amigo un mensaje para decirle que había tenido que irse. Y cuando estuvo a punto de cruzar la puerta queriendo buscar su móvil también, una mano se aferró con fuerza a uno de sus brazos y lo hizo detener sus pasos. JiMin abrió los ojos por la sorpresa y de un momento a otro fue jalado, haciéndolo voltear y chocar contra el pecho de la persona que lo había sujetado. Puso las manos en el pecho ajeno, pero no pudo evitar con eso que su rostro quedara a escasos centímetros del otro. JiMin tragó saliva, y de pronto un temblor se apoderó de su cuerpo entero cuando su mirada se posó, otra vez, sobre la de Yoongi.

—¿De verdad no te gusto? —dijo Min, y sus mejillas se pusieron más rojas.

JiMin entreabrió los labios y su corazón se saltó varios latidos cuando YoonGi acercó más el rostro al suyo. Su mirada se transformó de pronto en una muy seria. Con demasiada determinación para el gusto de Park, y eso lo obligó a dejar de resistirse.

Yoongi cerró los ojos y atrapó sus labios con los suyos. Rodeó su cintura con los brazos y JiMin dejó de apretar la camisa del chico entre sus manos. Cerró también los ojos casi con inconsciencia y ni siquiera lo pensó para dejarse llevar.

Alzó sus brazos hasta el cuello del muchacho y se aferró a él. YoonGi lo apretó más contra su cuerpo y una placentera sensación comenzó a llenarle el pecho. Su mente quedó conmocionada por un momento y no sabía si era por el alcohol, pero quiso dejarse arrastrar por completo por la impudicia y deshacerse de todos los tontos pensamientos que habían estado aquejado a su mente gritándole que se alejara de YoonGi.










Y tu estrellita?🙆🌟

Esta Mesa Esta Reservada (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora