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vidas pero nunca sabremos si valió la pena porque no corrimos el riesgo. Ser cobarde, es una
característica fiel del ser humano y pocas veces hacemos gala de su contrincante, la valentía...
Victoria: (cerró fuertemente sus ojos cuando oyó lo que dijo César)
César: (estaba dándole la espalda esperando alguna reacción o tal vez oír el encendido del
carro)
Y eso fue lo que oyó, Victoria entró rápidamente a su auto, lo encendió y aceleró lo más que
pudo para salir de ese lugar lo antes posible.
Ella pisaba fuertemente el acelerador, mantenía las manos fijas al volante y la mirada en la vía
pero llena de lágrimas que no dejaban de correrle por el rostro.
César se volteó y no vio el auto de Victoria, caminó hasta al suyo iba a subir pero golpeó
fuertemente el capó descargando su rabia, se dio media vuelta, miró a todos lados, dio unos
pasos mientras llevaba sus manos a su cabeza. Sólo la luz blanca de un poste alumbraba el
lugar, y estratégicamente se había situado debajo de ella, su desespe-ración llegó al máximo y
se dejó caer al suelo de rodillas llevando su cabeza hasta ellas para llorar y gritar todo lo que
podía.
Victoria seguía acelerando hasta que también la desesperación la embargó, dio un freno
rotundo y golpeó con ambas manos el volante para recostarse sobre él a llorar tanto o más
que César.
LA VIDA, aquella que siempre le encanta jugar con nosotros y movernos como títeres, aquella
que nos premia aveces y otras nos golpea tan fuerte que nos sentimos morir ante cada golpe; y
luego nos levantamos tal vez más fuertes para esperar el siguiente y eso significa que
cumplimos con su propósito: aprender.
++++ Casa de Silvia, 2:20am ++++
Silvia estaba angustiada por la llamada que le hizo Victoria, no le agradaba la idea de que esté
aún en la calle manejando sola y en el estado de tristeza que se encontraba. Ella la estaba
esperando porque le recomendó que se quedara con ella esa noche.
Victoria manejó un rato sin rumbo y decidió hacerle caso a Silvia, fue hasta su apartamento.
Silvia: (se dirigió a abrir la puerta)
Victoria: (estaba con el rostro cubierto de lágrimas negras por el rimel parada frente a ella
completamente inmóvil)
Silvia: (se impactó al ver a su amiga así, la miró por un instante sin saber qué decir ni qué
hacer)
Victoria: (se abalanzó inmediatamente sobre ella para terminar de llorar en sus brazos)
Silvia: (recibiéndola con compasión) shhh... (acariciando su cabello)... tranquila, vamos al
cuarto
La llevó hasta su cuarto, la sentó en la cama, le buscó inmediatamente un pañuelo de papel y
le sirvió un vaso con agua.
Silvia: me tranquiliza que estés aquí, estaba muy preocupada
Victoria: (apenas probó un poco de agua y le regresó el vaso) disculpa que te halla molestado
pero... (nuevamente venía el llanto y guardó silencio para evitarlo)
Silvia: sabes que no me molestas, prefiero que hallas venido a que hallas ido a tu casa
Victoria: mi casa! Ay Silvia se me olvidó llamar (buscando su celular para llamar y
prendiéndolo)
Silvia: tranquila, Omar me llamó para preguntar por ti porque tienes apagado el celular, le dije
que estabas grabando y que te quedarías conmigo hoy.
Victoria: ah ok, está bien entonces (respondía parcamente)
Silvia: (estaba algo nerviosa buscando las frases adecuadas para hablar con Victoria) te buscaré
una pijama y te preparé el baño, quieres ducharte?
Victoria: prefiero la tina, sino te molesta
Silvia: (sacó un camisón para Victoria) claro que no, te prepararé la tina entonces... (entró al
baño)
Después de unos minutos Silvia salió del baño y le indicó que todo estaba listo y que podía
pasar, Victoria no se había movido de la cama, ni siquiera había cambiado su postura.
Silvia: te haré una manzanilla... (iba saliendo del cuarto)
Victoria: Silvia
Silvia: (se detuvo justo en la puerta) dime?
Victoria: gracias.
Silvia: (sonriéndole) de nada.
Victoria entró al baño, se desnudó lentamente y entró a la tina que estaba con agua muy
caliente. Empezó a soltarse y cerró sus ojos. Silvia trataba de imaginar lo que había pasado,
había decidido no hacerle preguntas a Victoria porque sabía que ella se lo contaría en algún
momento, regresó a la habitación con la taza de manzanilla en la mano y escuchó a Victoria
llorar fuertemente en el baño.
No sabía si entrar a calmarla o dejar que llore todo lo que tiene que llorar.
++++ Paralelamente, casa de César ++++
Acaba de llegar y entró directo a su estudio, pasó el seguro en la puerta, puso música y se
sirvió un trago; la mujer que lo espera todas las noches lo sintió llegar y sabe que cuando entra
de frente al estudio es porque necesita estar a solas, por lo que prefiere no molestarlo y dejar
que él mismo le cuente qué pasa al otro día.
Se sentaba en el sofá por rato, luego caminaba y se asomaba por la ventana, en un impulso
tomó su celular y llamó a Victoria.
El bolso de Victoria estaba en la cama de Silvia y ella oyó que sonaba, decidió sacarlo para ver
quién era, cuando se dio cuenta que era César no sabía si contestarle, apagarlo o avisarle a
Victoria. Optó por lo primero.
Silvia: bueno?
César: dónde está Victoria?
Silvia: hola, es Silvia
César: lo sé, pásame con Victoria por favor Silvia: ella no te puede atender ahora
César: no puede o no quiere?
Silvia: César ella está en el baño
César: pásamela!
Silvia: (no sabía qué hacer ni qué decir, se arrepintió de haber contestado el teléfono)
escúchame, creo que lo mejor será que llames en otro momento
César: Silvia pásamela por favor! Necesito hablar con ella
Victoria salía del baño vestida con la pijama de Silvia y con su ropa en sus manos, Silvia con
señas le indicó que César estaba al teléfono, ella con señas le indicó que no quería hablar con
él, que le colgara, pero Silvia no le hizo caso.
Silvia: César ella acaba de entrar
César: Silvia por favor imagino que tú sabes lo que está pasando, ella tiene que escucharme
Victoria estaba pegada al auricular junto a Silvia tratando de oír lo que César decía y le hacía
señas a Silvia para que le preguntara dónde estaba.
Silvia: César, dónde estás ahora?
César: (parecía no oír nada sólo quería hablar con Victoria) Silvia llama a Victoria dile que
quiero hablar con ella
Silvia: te dije que ahorita no puede, dime dónde estás?
César: estoy en mi casa, sufriendo por ella, pásamela por favor
Silvia: en serio no puedo, si quieres yo le doy tu mensaje
César: (resignado) si, dile que la amo y que voy a seguir luchando por ella... (Victoria oía
perfectamente lo que él decía y no pudo evitar lagrimear)... dile también que no estoy
dispuesto a perderla, que haré hasta lo imposible por estar a su lado y por solucionar sus
problemas, dícelo Silvia por favor!
Silvia: (que también se había emocionado con lo que dijo César) se lo diré tranquilo, que
descanses
César: Silvia!
Silvia: (estaba a punto de colgar) dime
César: dile también que sé que me necesita...
Silvia cerró el celular y miró a Victoria que estaba secando sus lágrimas. Viky se sentó en la
cama subiendo sus piernas le indicó a Silvia que se sentara a su lado.
Victoria: él tiene razón Silvia... lo necesito... (mirando a su amiga)... ahora más que nunca
Silvia: lo sé... (tomando la mano de Victoria)... deduzco que ya hablaron no?
Victoria: (afirmando con la cabeza)... si y no fue fácil, todo fue terrible para mí
Silvia: lo imagino, quieres contarme?
Victoria: si, y quiero que sea la última vez que hablemos de César
Silvia: lo veo muy difícil chiquita, ya que hablar de él será lo único que te consuele
Victoria miraba tristemente a Silvia y le empezó a contar todo lo que habló con César esa
noche, le contó las reacciones, las expresiones de dolor y las frases que se dijeron, le contó
afectada cómo le había dolido la última pa-labra que le dijo.
Victoria: no sólo me dolió la palabra que me cayó perfectamente, sino el que él me lo dijera
Silvia... (miraba a todos lados)... yo de César sólo he recibido halagos, él sólo sabe tratarme
bien y no lo creí capaz de decirme una co-sa así, me dolió muchísimo que ÉL me hablara así...
Silvia: no es para menos, está dolido también
Victoria: si lo sé, pero no más que yo créeme
Silvia: (dándole la manzanilla a Victoria) menos mal que no falta mucho para que terminen las
grabaciones
Victoria: yo no sé con qué cara lo voy a ver mañana, no sé cómo voy a hacer para trabajar
junto a él estos días
Silvia: pues antes que todo eres profesional y tienes que saber llevar la situación
Victoria: he ahí el problema Silvia, que con César yo no sé llevar ninguna situación...
Casi amanecieron hablando de César, hasta que Victoria por fin quiso dormir y Silvia que a
duras penas se man-tenía despierta le agradeció el que por fin se dignara a descansar.
César amaneció en el piso de su estudio, no bebió mucho, apenas un par de tragos pero su
estado de desconsuelo era tal, que de tanto llorar se dejó caer al piso hasta conciliar el sueño,
su esposa le tocó la puerta para avisarle que se le hacía tarde para ir al canal. Él le agradeció el
aviso y le dijo que ya salía.
Salió directo su habitación donde para la sorpresa de su esposa, se había vuelto a encerrar.
Cuando estuvo listo salió sin despedirse y sin desayunar.
Victoria, despertó también por el llamado de su amiga, su esposo le había pasado dejando una
ropa que le solicitó por teléfono, pero ella no bajó, Silvia se la recibió alegando que Viky estaba
duchándose.
Camino al canal, Victoria estaba nerviosa, quería que el camino no acabara nunca para no
llegar y no tener que ver a César.
El colmo de todo era que su primera escena del día la grabaría con él.
++++ Televisa, camerino de Victoria 8:00am ++++
Entró apresurada, para su suerte no se había topado con César en el estacionamiento ni en los
pasillos, le parecía absurdo estarle huyendo sabiendo que en pocos minutos debe grabar con
él.
Las maquilladoras llegaron y en una hora estuvo lista para ir a ensayar la escena.
++++ Set de grabación 9:00am ++++
A César le estaban desordenando el cabello para grabar una de sus últimas escenas tras las
rejas, los técnicos le hacían bromas y él estaba completamente ido, rara vez respondía con una
sonrisa fingida, pero su mente estaba en otro lugar y sólo cuando escuchó el Buenos días de
Victoria, sintió que todo se le iluminaba.
Él movió a la maquilladora que lo asistía para que le permitiera ver directamente a Victoria, y
ella no pudo evitar toparse con esa mirada, casi deja caer sus cosas al piso, empezó a temblar y
se reprochaba a ella misma por esa reacción tan absurda.
César: (caminó hasta ella) Buenos días... (la abrazó fuertemente y le dio un beso en la mejilla)
Victoria: (estaba realmente nerviosa y no sabía qué hacer) qué tal... (César seguía sin soltarla)
Salvador Mejía, que en ese momento le hacía honor a su nombre, llegó para salvar a Victoria
de esa tensa situación.
Salvador: Buenos días, a ver si dejan los arrumacos para después y nos ponemos a trabajar de
una vez no?
En otro momento César hubiera seguido el juego pero esta vez él lo último que quería era
bromear. La concentración de la pareja era poca mientras leían sus guiones, él no disimulaba al
mirarla con deseo y tristeza a la vez, ella sin embargo lo miraba de reojo sintiéndose bastante
incómoda.
El productor notaba su poca concentración y les llamó la atención exigiéndoles leer varias
veces los capítulos, cuando por fin empezaron a grabar la escena se equivocaron al menos
cuatro veces y no precisamente por risas co-mo en otras ocasiones, ellos debían abrazarse a
través de las rejas y era ahí cuando echaban a perder la escena.
Salvador: Corte! (se acercó a los dos actores)... qué les pasa? Acabamos de leer el guión miles
de veces no me digan que se les olvida la letra!
César: lo siento salvador, soy yo el que está distraído... (asumiendo la culpa de todo)
Salvador: pues a ver si pones de tu parte César! Llevamos más de una hora aquí y no ha salido
nada! Ten consideración con los demás compañeros!
Victoria: Salvador, tranquilo también es culpa mía, lo siento.
Salvador: bueno vamos a grabar entonces y concéntrense!
Volvieron a sus lugares, empezaron a grabar y por fin quedó la escena que tanto les había
costado, cuando terminaron ya habían llegado otros actores que grabarían con César; Victoria
se disculpó con ellos por el retraso y se fue a grabar a otro estudio.
++++ Camerino de Victoria 3:00pm ++++
Ella mandó a buscar su almuerzo para encerrase en su camerino sin tener que ver a César
nuevamente, no sabía cómo trabajar con él bajo esta incómoda situación.
Pero él si sabe qué hacer, y fue a buscarla.
Cuando Victoria escuchó que tocaban la puerta pensó inmediatamente que era él y se asustó.
Ni siquiera quería preguntar quién era, no quería hacer ruido para que la persona que estaba
tocando se fuera pensando que ella no se encontraba.
HUIR DEL AMOR? Acaso Victoria cree que eso es posible? Que equivocada está!, no hay ser
alguno que se vaya de este mundo sin vivir este sentimiento, todos somos capaces de amar y
el amor carnal, el amor de pareja, ese amor que nos tumba a llorar a la cama por varias
noches, ÉSE, es del que menos escapamos...
César: sé que estás ahí Victoria y no me moveré de aquí hasta que me abras
Victoria se puso aún más nerviosa cuando oyó su voz, pero respiró fuerte y tomó valor para
abrirle la puerta.

Victoria y Cesar: Biblia TekilaOnde histórias criam vida. Descubra agora