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Día 3

Aún repaso en mi cabeza el escenario donde me dejaste, con el corazón a carne viva. No sé por qué no te detuve, a lo mejor sabía que realmente la había cagado y necesitabas alejarte de mi. Creo que ese fue mi último acto de amor hacia ti. Soltarte y permitirte buscar la felicidad, que yo anhelaba poder darte, en alguien más. Siento que ese es el mayor sacrificio de alguien que ama con cada parte de su alma. No sé por qué no pude recordar eso cuando mi ex volvió a mi vida. Por qué no pude recordar cuánto te amaba. A pesar de que sólo pensé serte infiel, no supe con certeza cuánto dolor causó en tu alma haber leído cada mensaje que él y yo nos escribíamos, qué tanto se habían clavado las mentiras en tu alma. Después de eso no pudiste ser el mismo, y toda la culpa era mía. Sólo que hasta ahora no había podido ver la magnitud de todos los problemas que habían causado nuestra ruptura. 

No sabes qué tanto daría ahora por regresar el tiempo y permitirme amarte más y más de lo que hago ahora, no haber sido tan estúpida y amarte no sólo cuando estabas sino cuando te alejabas, confiando plenamente en mi. Haberme entregado por completo y no a medias. Ser lo que esperabas. No sabes qué daría por ver tus preciosos ojos enfocándome sólo a mi, ver tus labios pronunciando sólo mi nombre, tus manos tocándome sólo a mi. Ser sólo tuya. Y tú sólo mío. 

Ahora veo que es tan cierta la frase "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" y ahora que no estás conmigo, puedo ver claramente que te quiero de vuelta. Ahora mismo no quiero verte, porque causas más estragos de los que me gustaría admitirte. 

Ahora sonrío cuando no me apetece e intento caerle bien a la vida, pero fingir ya me resulta bastante agotador y desesperante.