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Día 11

Después de un mes, conocí a tus padres, y tu a los míos. A pesar de que no queríamos ir tan deprisa, nos dijimos "te amo" después de infinitos "te quiero". El te quiero le había quedado pequeño a nuestros sentimientos. No podía creer que un chico tan bueno e inteligente como tú, estuviera con alguien tan insignificante como yo. Y créeme que aún no lo comprendo. 
Sinceramente no pienso mucho en el por qué me amaste, sólo lo acepto y soy feliz con eso, con el recuerdo. 

La primera vez que estuve en tu casa, en tu espacio, no había mucha diferencia entre el chico de instituto y el chico que tenía frente a mi, y eso me gustaba. Pero cuando nos abrazábamos todo lo que nos permitían nuestros brazos, ahí veía la diferencia. Eras un chico tan tranquilo que aveces olvidaba que supieras el significado de "adrenalina". Éso fui. Era la adrenalina que le faltaba a tu vida, y ahora que no estoy contigo, parece que me la llevé. No puedo soportar más ver tu cara cada día en la escuela, porque es mi calvario. Pareces tan normal, tan antes de mi. Como si nunca hubiera existido yo en tu vida. Sólo te miro de lejos, con tus amigos, todo el tiempo. Hasta pienso que podrías decirle algo como "perdonen, mi novia no me dejaba salir con ustedes", pero sé que no eres así. Yo no era de las chicas que te exigían verlas a ellas antes que a sus amigos, no. Yo respetaba tus amistades, incluso aveces salíamos todos juntos. 

En nuestro pequeño círculo de todos los días, estábamos 7. Cinco eran tus amigas, yo sólo te tenía a ti. Después de que 3 chicas se fueran a otra escuela éramos 5, sólo tenía una amiga en la escuela, y casi no la veía. Las chicas con las que me juntaba después no eran MIS amigas, eran tuyas. Nunca fueron mías.