Aún tengo que sobrevivir toda la semana en tu ausencia, no sé realmente no se cómo eh logrado salir adelante con este fuego que hay en mi interior.
Apenas si eh hablado con mis pocas amistades y sólo hablo de ti. De tu adorable carácter y del modo en que todo acabó.La gente me cuenta que debo superarte, hasta mi propia familia, pero nadie sabe cómo fueron las cosas. Nadie sabe que me robaste el alma con tu sonrisa, nadie sabe cuántos besos nos dimos, nadie sabe cuántas risas compartimos. Y es tan frustrante que por más que se los cuento, no logro que entiendan que tu eras perfecto. Siempre fuiste mejor que yo, en todo. Me estabas enseñando a tu manera; matemáticas. Me mostraste tu forma de ver la vida, las cosas para volverlas más fácil. Tu forma de verla, era tan certera, tan auténtica. ¿Por qué no puedo sólo olvidarte?, ¿por qué no puedo dejarte de pensar a cada instante?
Cada vez que cierro los ojos sólo pienso en los tuyos, en tu risa, en tu forma de tomar mi cara con tus manos y plantarme un tierno beso en la mejilla, en la boca, en la frente. Donde fuera. Recuerdo cómo me tomabas de la mano. La forma en que me mirabas hace que me derrita en estos momentos. Cada beso que compartimos fue una maravillo, una maravilla de la cual nunca estaría cansada.
Tampoco puedo creer que me perdonaste todas mis mierda, a pesar de que no tenías que haberlo hecho. Supongo que fue un salto de fe. Supongo que quisiste saber qué pasaría al fina y la curiosidad te ganó y fuimos felices por todo un año. Pero las cosas nunca fueron las mismas hace un par de días. No sabes cuánto me dolía ver al hombre con el que estaba compartiendo todo, de alguna forma se sentía como un extraño. No como el hombre del que me había enamorado, del hombre del cuál amaba cada parte. No fuiste el hombre que conocí tan solitario, fuiste un extraño, alguien ajeno a nuestro amor. No tengo ni una excusa para justificar mi estupidez. Pero te amo tanto ahora que el pecho me duele de tanto sentimiento. Paso de la angustia al miedo, del miedo al llanto y del llanto a la perdición. Me muero de aganas de correr a tu brazos y pedirte que me ames de nuevo, pero creo que mereces ser feliz. No tengo que amarrarte a mi, a una mala versión de mi, por muy egoísta que sea.
Te amo y eso nunca cambiará.
ESTÁS LEYENDO
365
Short StoryÉl la dejó, ella quiere regresar. Ella lo ama, él ya no. Cuando te deja, deberías entender que él ya no es tu hogar. Cuando lo amas, harías todo por regresar. Bueno, ésta es mi historia. Mi travesía de 365 días para enamorarlo de nuevo. O no.