🌕Ana y Mia🌙 ﹏QueenFanfic﹏

L l e g a d a.

¿Por qué nadie entiende mi índice de belleza?

Belleza. Oh, la segunda cosa que todo el mundo anhela y muy pocos logran tenerla, ojalá fuera fácil ser bella o hermoso por siempre. Tener las medidas perfectas, los cenos perfectos, la cadera perfecta, ser perfecto y no tener ninguna arruga, como esas modelos famosas que salían en la TV,rubias y altas, hermosas y perfectas.
Era raro ver a un chico como Roger, pequeño y rubio, 18 años y el liado en un tema de belleza bastante complejo que nadie terminaba de comprender aún.

Siempre fue un chico tranquilo y "buena onda",sus padres no entendían que en momento su hijo se volvió lo que era hoy, en que momento dejó de comer, en que momento solo tomaba agua... En que momento comenzó a importarle más la opinión ajena.

Y ahora, para él era castrante ver como era llevado a un centro de rehabilitación para los desequilibrados alimenticios. Estaba en la parte trasera del auto con sus audifonos puestos. Los movimientos de la boca de su madre le habían hecho saber que habían llegado a su destino.

Se esperaba un infierno, un hospital enorme lleno de gente loca y enferma,pero, era el lugar era bastante hermoso, una casa enorme con muchas habitaciones visibles y un patio enorme.

-Baja amor.-Dijo Wini abriendo la puerta del auto.
El sol lastimaba los ojos débiles de Roger, por lo que era mejor mantener la mirada baja, su padre bajó sus maletas y cerró la puerta del auto.
De inicio, había solamente tres personales ayudando; una mujer mayor, una joven y una más madura. Ellas eran las encargadas de todos los tramites y papeleo.

-Roger Taylor,maletas en la mesa.-Él hizo caso, entonces ahí le quitaron todo; Audífonos, teléfono, bolsas, objetos punzantes o algo con lo que se pudiera cometer suicidio. La mujer señaló sus pantalones y él la miró molesto.

-¿También el cinturón, en serio?-Dijo, su voz era frágil y muy cansada, enojado se quitó el cinturón de los pantalones y se lo entregó.
Sólo tenía lo necesario, cinco suéteres, cuatro camisas, tres pares de zapatos, dos pijamas, seis cambios de ropa interior, tres pares de calcetines y cuatro pantalones. Ni siquiera se pudo despedir de sus padres porque de inmediato lo dirigieron a su habitación.
Era grande y tenía dos camas, un lado estaba adornado de estrellas de rock and roll he incluso tenía un piano color blanco, un clóset lleno de ropa y una ventana en donde entraba toda la luz, su lado contaba con un closet azúl, una cama arreglada y un par de luces.

-Puedes decorarlo si quieres. Y estarás acompañado de Farrokh.-la señorita dijo sonriente, el nombrado entró a la habitación gritando en voz alta y aguda
"¡Es Freddie!" él lucia incluso muchísimo peor que el rubio, lo que le hizo sorprender.

-Me encanta tu figura.-Dijo Roger, era algo sarcástico pero en el fondo le gustaba como lúcia aquél chico.

-Amo tu cabello.-Halagó este mostrando sus dientes amarillos, era bastante pálido y su piel lucia casi igual (o peor) de demacrada que la del rubio,ojeras moradas y ojos levemente maquillados de negro. Roger comenzó a sacar sus cosas y a poner en orden todo, Freddie le observaba con mucha atención hasta que finalmente habló.

-¿Cual es tu nombre?

-Roger Taylor.-Sonrió.- Si vamos a compartir cuarto, quiero decirte que soy gay. Espero no te sea incómodo o algo así.

-¡Yo también soy Gay!-Dijo Freddie.- Más Gay que un Narciso. Ven, voy a enseñarte el lugar.

Comenzaron a caminar, le enseñó las duchas, el comedor he incluso le presentó a algunos de sus amigos y compañero, llegaron por fin al patio, en donde solo había una persona fuera.

-Y ese de ahí es Brian.-Freddie sonrió y saludó.-¡Cariño, tenemos nuevos! Y es otro chico.

El chico se levantó, era muy alto y su cabello era bastante rizado, se acercó hasta Freddie y soltó una risa muy leve, tenia en sus manos un libro de animales y su alimentación.
Por su postura y su forma de ver, era muy flaco pero no tanto como lo era Roger, era pálido y no tenía rastro de ojeras, estaba casi sano si es que se le podía llamar así.