𝓗𝓾𝓰 𝓜𝓮 [ꜱᴇʙᴀᴇᴋ]

3

Los chicos se preparaban para asistir a un programa de TV. Todos estaban felices por ser convocados y también porque se divertirían un rato, dejando un poco de lado la rutina de la última semana.

Baekhyun se encontraba sentado mirando por sobre su celular a las dos personas que se situaban a unos metros, riéndose a carcajadas de algo que desconocía, pero que tenía cierta curiosidad por saber.

SeHun estaba compartiendo risas con una de las chicas del staff.

Kim YongSun, encargada del peinado y maquillaje. Claramente, era muy hermosa, cualquiera podría notarlo. Su personalidad era liviana y simpática, lo que hizo que congeniara con ellos al instante. Tenía la edad de BaekHyun, incluso unos meses más.

Apartó la vista, volviéndola nuevamente a su inicio de Instagram. Sin embargo, prestó suma atención a la conversación de aquel par.

En la noche, dio tantas vueltas en la cama que creyó el colchón terminaría con un hueco en el centro.

Por alguna razón desconocida, no lograba conciliar el sueño. Estaba agotado, pero simplemente su cerebro no se apagaba.

Comenzaba a molestarse, y permanecer en la desordenada cama no era una opción en ese momento. Se reincorporó, frotándose los ojos y suspirando.

El pasillo estaba increíblemente silencioso, de seguro porque eran más de las dos de la madrugada.

Antes de pensárselo bien, ya se encontraba de pie frente a la puerta de madera, debatiendo si debería entrar o llamar antes, aunque si hacía lo último estaba seguro de que el alto le daría unos cuantos golpes por despertarlo a tal hora.

Luego de unos segundos, decidió hacer lo primero. Ingresó a la habitación y todo estaba oscuro a excepción de una pequeña luz emitida por debajo de la ranura de la puerta del baño. La cama se encontraba vacía. Supuso que el pelinegro estaba en el sanitario.

Fue a sentarse en la cama esperando a que SeHun volviera. Pensó en que le diría cuando le pregunte que hacía allí, pero ni el mismo conocía sus motivos, ¿por qué no fue a la habitación de ChanYeol, MinSeok o de JunMyeon, sin embargo?

—¿BaekHyun? Oh, maldición. Casi me matas del susto, hyung.

La voz ronca lo sacó de sus pensamientos. Dirigió su mirada hacia el cuerpo delante suyo.

—Lo siento, SeHunnie. No lograba dormir y he pensado en darme una vuelta por aquí.

—Está bien, ¿necesitas platicarlo?

—No, pero, ¿puedo dormir contigo? Si no es molestia, claro.

Se sintió avergonzado, pues normalmente no compartía la cama con nadie y tampoco le había preguntado a alguien si podía hacerle compañía, de alguna forma. Pero era SeHun.

—Claro. Tú duerme del lado izquierdo, que yo del derecho —le comunicó, antes de lanzarse a su lado de la cama, esperando que BaekHyun hiciera lo mismo.

El mayor se tumbó a la par, mirando al techo. Estaba algo cohibido. La cama no era muy grande. Sus brazos desnudos se rozaban, pero de igual manera había espacio suficiente para los dos.

El castaño volteó, colocándose de costado. Miró a SeHun, quien mantenía la vista fija en el techo, como él lo estaba haciendo hace unos segundos.

Siempre pensó que SeHun era guapo, y muy sexy. De hecho, estaba seguro de que si no le atrajeran las mujeres, estaría perdidamente enamorado de él, porque aparte de su espectacular físico, el menor era dueño de un corazón de oro y una personalidad noble de la que cualquiera se enamoraría.

La escasa luz que ingresaba desde la ventana, lograba iluminar su rostro. Apreció los rasgos del pelinegro detenidamente, sin verdaderamente saber que lo hacía.

—¿Qué tanto miras? —habló SeHun.

—Nada. Solo pensaba.

—¿En qué?

—En que quiero dormir.

—Entonces hazlo.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Porque he olvidado a osito en mi cuarto.

—¿Qué edad tienes? ¿cinco años?

—¿Acaso un hombre de veintisiete no puede tener un peluche?

Rieron de su absurda conversación, no tan fuerte para no alertar a los demás.

—Ven.

SeHun extendió los brazos y BaekHyun se arrastró hasta su cuerpo, sin dudarlo.