Cap 4

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Camine con la orden de tres cafés en la mano mientras esmeralda se liaba en la cocina con las ordenes y Esther la ayudaba a ordenarlas. Al volver a ver q kyle y q stan, ellos ahora vienen más a nuestra cafetería y hay veces que traen amigos. En esta ocasión no. Ellos dos solos con julia, así que yo acabe trayendo a Elisabet para que pudiese estar con ella mientras trabajaba para que no se aburriese. Era un viernes por la tarde, y la cafetería no estaba muy llena, así que de vez en cuando podía ir a decir hola a la mesa y sentarme junto a mi hija. Veía que junto a julia se llevaba muy bien, ahora reconocía el tipo de chicas que Iva a ser mi hija.
Va a ser totalmente como su padre. Una sonrisa niña se me dibujo en la cara mientras preparaba un café y se me perdió la mirada en el cabello rubio de mi hija.

Sentí una gota caliente de café caer me ni dedo y salto la alarma de mi cuerpo. Empecé a dar pequeños saltitos y q tragarme los gritos para luego. Elisabet se dio cuenta y se rió. Julia no lo entendió. Porque ella también me había estado mirando mientras hacía que no me veía, que no miraba mi mirada materna y llena de amor. Entonces, si es como su padre,¿ así me mirabastu disimuladamente, craig?
Lleve el último café antes de cerrar. Despedí a la pareja y Elisabet se despidió de julia con júbilo y amabilidad. Me gustaba que tuviese a alguien bueno en su vida. Y entonces Boom! Llevo un sonrojo a su cara que nunca había visto.

Mierda, seguramente estaba con fiebre por haber usado ese vestido corto de navidad sin las medias quedebia usar. Sentí pánico durante unos segundos y luego, vi que no tambaleaba, ni que se caía, seguía ahi, desvío la mirada y miró detrás suyo. Suspire, no era nada malo. O espera. Mi mirada intento encontrar a la persona a la que ella miraba. Demasiado tarde. Bruno apareció corriendo y abrazó a Elisabet con alegria y amor.
-Eli!!- dijo este en un tono alegre. Que tal! No estarás enfadada conmigo no?- preguntó este haciendo carita de Pena. Elisabet se giró hacia el y le lanzó una mirada de enfado.
-Eres muy pesado sabes?- dijo entre dientes.
Bruno sonrió y la cogió de la mano para contarle todas las cosas que habían pasado en el colegio, aunque ella había estado con el ahi.

Tantas parejas, tantos amores, y yo solo pensaba en mi craig. Mi hermoso marido, con un parecido inmenso a nuestra Elisabet.
Sentí un abrazo por la espalda, unos brazos más largos que los míos y un aliento en el cuello; cerveza, había estado bebiendo. Me di la vuelta y lo besé.
-Que hacen los niños?- preguntó craig mirando la escena de Elisabet enfadada y bruno alegre contándole sus días felices.
-La verdad, esto parece que nuestra Elisabet no quiere aceptar que esta enamorada- dije mientras reía en bajo. Esta nos miró con mirada sigilosa, y le sonreímos de vuelta

Los pequeños ( continúan De cuando vuelvas) terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora