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Esther me ha llamado hace unas horas. Son las once de la mañana y me ha dicho que craig le había pedido que se encargase de los niños hoy. No se que tendrá planeado.
Me visto con mi usual camiseta verde he intento abrocharme los botones, pero ya que Esther se está llevando a los niños, Alex no puede ayudarme a ponérmelos bien. Entonces siento unas manos por mi cintura que suben a mi pecho, mientras algo me besa el cuello. Río mientras intento abrir los ojos para mirar quien es. Craig me miraba atraves del espejo con una sonrisa.
-Te ayudó, honey?- pregunta este mientras yo asentía y le cogía el café que me había echo. Craig bajo su mano por mi pecho y empezó a abrocharme los botones de abajo a arriba. Una vez que llego arriba me cogió la cara y me dio un beso que duró unos quince segundos. Salió por la puerta de la habitación y bajo las escaleras, hoy parecía estar bastante feliz, he iba a averiguar porque.
Cogí mis zapatillas y baje detrás de él, este estaba en la cocina cocinando el desayuno, qué raro, a craig no le gustaba mucho cocinar, me refiero, no cocinaba muy a menudo. Me siento en la mesa y este pone un plato delante de mi y otro para el. Me sonríe.
-Hoy es un día especial- dice este mirándome enamorado. Y vamos a celebrarlo a lo grande- miro mi reloj. Veinti cinco de junio. No entiendo, no es el cumpleaños de nadie, ni de los niños, ni el mío, ni es suyo. Le miro de reojo pero este no para de sonreír.

- Que haremos?- pregunta sirniendo.
-Iremos al parque- dice este cogiéndome la mano. Luego al lago, y por fin a casa, aprovechando que estamos solos..- subió su mano por mi brazo y yo solté una ligera risa. Que te parece?-
-Me encanta- dije dándole un beso u recogiendo los platos.

Unas horas más tarde, craig y yo andábamos bajo los árboles de South Park, el aire todavía olía a nieve reciente, aquí siempre nevaba, aunque fuese invierno o verano. Sonreí. Craig y to íbamos cogidos de la mano mientras reconocíamos caras al pasar, vimos a butters y a Kenny junto a su hija, a Stan comprando y a Red, esta última estaba más cambiada, se había tintado mitad del pelo de blanco y se lo había cortado hasta quedarle como chico. Pero seguía siendo la misma, y eso era lo importante. Fue muy bonito tener un día para nosotros solos, considerando que todavía éramos jóvenes. Más tarde llegamos al lago, normalmente estaba helado, pero era verano, así que este se había fundido y volvería a congelarse a finales de agosto. Nos subimos en una barquito amarilla los dos y empezamos a remar. El 25 de junio, hacia mucho calor, el cielo estaba despejado y todavía se veían rastros de nieve de hace tres días, los árboles brillaban como si tuviesen reflejo, y craig y yo remábamos en ese día tan maravilloso.
Craig se acerco a mi.
-Hoy es un día especial-
Silencio.
-Porqie?- pregunta curioso.
Silencio. Una sonrisa de craig.
-Pues...-
Busca en su chaqueta y con poco equilibrio se arrodilla en el barco.
-c...craig...-
Tartamudeo mientras este saca una caja pequeña y la abre, dejando ver un anillo reluciente. Me llevo las manos a la boca.
-Tweek tweak- dice este. Te casarías conmigo?

Los pequeños ( continúan De cuando vuelvas) terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora