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En vez de jalarme el pelo, o gritar, o sentir mis ticks, en vez de eso sonreí y sentí como lagrimas rodaban por mis mejillas. Craig abrió los ojos como platos y me acarició el brazo.
-Estás bien, honey?- yo asentí y sonreí.
-Si- digo feliz. Si acepto! Si!- craig me pone el anillo en el dedo y se lanza a mi para besarme, haciendo que nos caigamos al lago y nos mojemos enteros. Personas del parque vinieron a ayudarnos pensando que nos ahogábamos, pero todos se calmaron al vernos a los dos riendo y abrazándonos en el agua mientras flotábamos. Por fin. Teníamos que decírselo a los demás. Los niños deberían saber.
Unos minutos más tarde, los dos salimos del agua y mire mi mano para ver si el anillo seguía ahí. Y no había sido un sueño, o una imaginación, había sido de verdad. Un anillo de oro, redondo y de peso pluma descasaba en mi dedo. Sonreí y le cogí de la mano a craig, haciendo que este me mirase con curiosidad y una sonrisa en la cara.
-Quiero hacer cupcakes- digo mientras este asiente y empezamos a caminar hacia casa.

Terminamos haciendo el amor, los cupcakes los hice yo después mientras craig intentaba decorarlos, no era tan bueno como yo, pero me encantaban sus cupcakes amorfos y caídos. De todas maneras sabían ricos. Vi como los niños entraban por la puerta y los dos se quedaban sorprendidos y se les caía la baba al ver los cupcakes encima de la mesa de la cocina. El primero en probar fue alex, dejó la mochila en la puerta y sin quitarse las zapatillas corrió hacia la mesa y cogió uno, me miro y yo asentí, dándole permiso de probar uno de mis dulces. Alex le pego un fuerte bocado al cupcake y sonrió nada más empezar a masticar; le había gustado. Cogí una servilleta y le limpié el resto de frosting verde y azul que tenía en la cara. Elisa se acercó lentamente y cogió dos, miro cual estaba menos deformado y lo probó. miro a los demás y cogió la bandeja.
-Me los puedo quedar?- pregunta.
-Comparte- dijo craig sacándole el dedo. Elisabeth dejo los cupcakes y le sacó el dedo de vuelta a su padre. Yo me reí mientras alex me miraba la mano, seguramente había visto el anillo.
-Si!!- dije levantando la mano y enseñandoselo.
-Mama, que dices?! Nunca pensé que habías tenido dos niños sin haberos casado- dijo Elizabeth con una media sonrisa, pero en verdad, en el fondo nos estaba regañando.
-Digamos que tú madre tenía un fuerte impulso por reporoducitse cuando estábamos junt...- le di una colleja a craig he se cayó mientras alex le miraba sin entender. Elisabeth entendió todo, así que cogió un cupcake y se subió a su habitación mientras todo se quedó en silencio.

Los pequeños ( continúan De cuando vuelvas) terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora