Two

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Estaban a punto de abordar Pelican, recibiendo las instrucciones de destruir a ese Kraken que se interponía en su camino.

Había dado su palabra al Inquisidor, todo Osiris estaba bajo el mando de Thel 'Vadam con el único propósito de tomar Sunaion y llegar al Guardián. Aunque a decir verdad los ojos dorados del Inquisidor brillaban cada vez que veía a cualquiera de los Spartans pasar junto a él.

Juro que le ayudare, mis Spartans están a su disposición.

Recordaba esas palabras –¿por qué debería olvidarlas?– pues eran las que lo mantenían atento y enfocado en la victoria, sus Élites y Grunts podrían caer, pero no los Spartans. Esos serían suyos por ahora, tan solo rezaba a sus dioses que las oportunidades de intimar con ellos no fuesen escasas, quería probarlos a todos y cada uno de ellos.

Palmer los llevaba a la Nave, dándoles sus objetivos mientras ella se quería resguardando perímetro del campamento. Nunca se sabe cuándo el Covenant enviaría tropas para asesinar al líder rebelde.

–... las fuerzas del Inquisidor atacaran desde el aire, ustedes apoyaran por tierra –la Comandante de armadura platinada los miraba seria, los Kraken eran de armamento pesado y no sería nada fácil destruirlo–. Alcanzado el punto de reunión el Inquisidor dará luz verde.

–Entendido señor –se apresuró a contestar Locke revisando su rifle de forma superficial–. Estamos listos para irnos, Osiris es mejor que nos demos prisa.

–Los conectare a la red de batalla del Inquisidor –agrego al ver como los demás Spartans caminaban a la Nave... menos el de armadura ónice–: buena suerte Spartan.

Ella le sonrió, no tenía ni la menor idea de cómo convenció al Inquisidor pero, estaba orgullosa del hombre que tenía delante.
El moreno no dijo nada, tan solo asintió y siguió a sus compañeros que ya se encontraban un poco lejos.

Antes de subirse pudo observar como Tanaka era interceptada en su caminata hacia el Pelican por quien menos esperaba.

–Spartan Tanaka –era sumamente imponente estar delante de quien todo el Universo consideraba el único y mejor amigo de 117.

Inquisidor –su reacción a través del caso (y voz) era sorpresiva, no se esperaba encontrarse frente a frente con el Sangheili más poderoso de todos.

Era un juego sucio; pensaba Locke.
Conocía esa mirada y sabía que no podía dejar ni un momento a sus compañeros estar a solas con ese alienígena depravado. Thel había escogido como presa a la Spartan de armadura blanquecina, todos sabían –o al menos se intuía, todos lo podía notar– que la mujer era bastante asocial, no le gustaba interactuar tanto social como físicamente con nadie, era bastante reservada en esos aspectos.

El que el líder rebelde se le acercara con "esas intenciones" daban de que hablar, sometería a la pobre e inocente Tanaka.

No. Locke no se lo iba a permitir.

Trotó hacia ellos, debía interrumpir antes que las cosas se salieran de control.

–Me preguntaba... –la voz del líder rebelde fue cortada por la del moreno.

–Ya estoy aquí Inquisidor, escuche que me llamaba –su sonrisa no se la creía nadie, pero estaba ahí, sonriendo como si hace media hora no le hubiese chupado el pene al Sangheili que tenía enfrente.

–¿Uh? –la mujer miro con duda a ambos, no sabía que era lo que sucedía y temía preguntar.

–Gracias por su cooperación Spartan Tanaka –su mirada ahora era un tanto furiosa–. Tengo asuntos que discutir, sería prudente que aborde el Pelican. Yo mismo escoltaré al Spartan Locke.

Sus rasgos asiáticos se marcaban mucho cuando sentía desconfianza y duda, el líder de Osiris lo sabía y no quería preocupar de más a su compañera.

–Ve, tenemos que terminar la misión –ordenó Locke decidido.

Ambos hombres se alejaron de ella.

No tenía ni idea de lo que acababa de suceder, pero no iba a discutir que la había librado de un contacto social no requerido, ese Sangheili la atemorizaba y no quería cometer un error.

Se dirigió junto a Buck y Vale.



I.



Se alejaron un poco de los soldados y Élites, no quería que escucharan la acalorada discusión que tendrían ambos hombres.

Estuvieron un par de minutos discutiendo en voz alta –si es que se podría decir eso, pues el Inquisidor estaba callado escuchando los reclamos de Locke–; el agente de la UNSC estaba impotente ante la situación –no iba a mentir que se sentía un poco celoso– quería respuestas y no silencio de parte de Thel 'Vadam.

–¿Puedo preguntar cuál es tu motivo para intentar seducir a mis Spartans? –cuestiono un poco más calmado.

Fue directo, su furia pudo más con su miedo... al menos por el momento.

–Tenemos un acuerdo –evito a toda costa mirar al moreno a la cara–: yo lo ayudo para atrapar a su caza y usted me prometió a sus Spartans.

Fue como si un balde de agua fría cayera sobre el hombre de armadura ónice, el Inquisidor quería algo más que simpatizar con sus soldados y él no lo permitiría.

No estaba dispuesto a que Thel 'Vadam le pusiera una mano encima a

ninguno de sus Spartans.

–El trato fue conmigo –tenso la mandíbula al decir aquello, se estaba condenando–. Si quiere algo tendrá que ser conmigo.

–¿Habla en serio Spartan Locke? –no sonaba muy sorprendido, quizás deducía que por ser el líder de ese escuadrón se sacrificaría porque ninguno de los otros se involucrara en sus sucios tratos.

–Estoy muy seguro de mi decisión.

La verdad es que no, pero no quería comprometer a sus compañeros o a un menos que la UNSC u ONI se enteraran que había usado de paleta el pene del Inquisidor.

Sin decir más el Sangheili hiizo un ataque directo el rostro de Locke, estaba tan satisfecho de escuchar aquello.

Sus mandíbulas le hacían escalofríos, y algo viscoso lamía su mejilla; pudo sentir como los dientes acariciaban su piel intentando no hacer una herida. Pasaron unos segundos antes de que Thel se alejara, admirando su trabajo.

–Es momento que vayamos por el Constructor –dijo sin más, alejándose del moreno.

Para este momento; Locke estaba casi en shock, con lentitud acerco su mano a su mejilla que aún estaba húmeda y con baba alienígena.

Le tembló la mano al tomar un poco del viscoso líquido, mirándolo con sumo desprecio.

–Bastardo hijo de puta –susurro para sí, deseando atrapar a 117 lo más rápido posible.

Dirty DealsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora