Llegamos a casa de Rosé. Aún mi llanto no cesaba por completo. Me siento realmente mal. La imagen de mi padre si viene a mi mente a cada segundo...
- ¿Vas a pasar o quieres dormir afuera?.- Bromeó Rosé. No contesté y sólo avancé lentamente.- No pongas esa cara, Lisa...- Me miró triste.- Todo estará bien, no te preocupes.
Saludé a su madre, quien me preguntó sobre mi estado, pero Rosé le dijo que no debía preguntar.
Subimos a su habitación y me prestó una pijama. Me sentía cansada, agotada. Al acostarme, rodeé a Rosé con mis brazos y me dormí.
Al despertar, sentí cómo una mano acariciaba mi mejilla. Abrí mis ojos y aprecié a Rosé mirándome con una sonrisa.
- Buenos días.- Le dije mientras sonreía.
- Buenos días.- Contestó de la misma manera.- ¿Estás mejor?.- Preguntó. Mi cara cambió a una de angustia, y culpa.
- Un poco.- Contesté.
- Tu padre ha llamado.- Mi rostro se tornó pálido. Tenía miedo.- Ha dicho que tienes que ir hoy, porque dirá algo muy importante.- Me miró con empatía.- No pude hacer nada.
- N-no te preocupes...- Dije.
Me levanté. Era hora de enfrentar lo que hice.
- ¿A dónde vas?.- Preguntó, levantándose conmigo.
- A mi muerte.- Sonreí con tristeza. Rosé rió por mi chiste, pero luego volvió a ponerse un poco más seria, sin quitar su sonrisa.
- Voy contigo.- Dijo mientras comenzaba a vestirse.
- Esta bien.- Empecé a hacer lo mismo.
Nos dirigimos al auto, y ella arrancó camino a mi casa. Cada vez me sentía más nerviosa.
Al llegar, toqué el timbre. Escuché unos pasos y abrieron la puerta. Era Jennie...
Me miraba sorprendida. Cuando reaccionó, contestó;
- Hola.- Sonrió con culpa.
- Hola.- Contesté de la misma manera. Entré y vi a Jisoo en el sillón. Ella me abrazó y besó mi mejilla.
- Que bueno que estás aquí.- Sonrió. Ella es una buena chica después de todo. Ambas saludaron a Rosé.- Tu padre está en el comedor.- Asentí y me encaminé hasta ese lugar.
Mi padre estaba viendo su tablet, y estaba de espaldas a mí. Miré por encima de su hombro, y ví cómo un mensaje le llegaba, justo antes de saludarlo.
- Hola, padre.- Dije con una pequeña sonrisa. Él se dió vuelta un poco nervioso, y luego sonrió con alegría. La culpa comienza a fluir nuevamente en mí.
- Hola, hija.- Saludó mientras me abrazaba. Mi corazón latía fuertemente.- Ven, siéntate. Ustedes también.- Le dijo a las chicas. Todas hicieron caso de inmediato.- Lo que les quería informar es que, por motivos de trabajo, voy a tener que viajar a Taiwán.- Todas nos mantuvimos serenas. Para mí era lo mejor, ya que prefería no enfrentarlo porr un buen tiempo. Aunque pensándolo bien, estaría a solas con Jennie...Y Jisoo.
- ¿Cuánto tiempo será?.- Pregunté.
- Por lo menos seis meses.- Contestó con seriedad. Se escuchó cómo golpeaban la mesa. Busqué a la causante, y era Jennie, quien lo miraba con el ceño fruncido.
- ¡¿Qué?!. ¿Por qué tanto tiempo?.- Se relajó un poco más. Claro que le iba a molestar...Es su pareja.
Mi rostro se tornó un poco triste. ¿Creía que ella se enamoraría en mí sólo por un beso?. Que tonta soy...
- Amor, sólo será un tiempo. Pasará rápido.- Contestó con una sonrisa cálida. Jennie me miró, cómo pidiendo disculpas, y viendo mi reacción. Pero me quedé con mi cara de pocker, cómo si no me importara.
- M-muy bien.– Contestó y se sentó. Mi padre se levantó y habló antes de irse la habitación.
- Me voy mañana en la mañana.– Se fue. Todas nos quedamos con los ojos bien abiertos.
- Tu padre nunca cambia, bebé.– Dijo Rosé. Asentí. Miré al suelo, perdiendome en mis pensamientos. Rosé me abrazó y se acercó. Giré mi cara para verla, pero no había notado que me quería besar la mejilla y terminó besando mis labios. Me quedé pálida y sorprendida.– Oh por Dios.– Dijo de la misma manera. Rió a carcajadas.– Tienes unos labios muy suaves.– Bromeó. Reí, porque Rosé es la que nunca cambia. Siempre rompe la tensión con sus bromas.
- Igual tú.– Contesté riendo. Escuché nuevamente el estruendoso choque contra la mesa. Miré a Jennie, quien había sido. Se veía muy furiosa. Daba miedo. No decía nada, simplemente miraba con el ceño fruncido. Su cara se estaba volviendo roja.
- Respira.– Le dijo Jisoo riendo. Jennie la miró, y ella calló de inmediato.– Chicas, no deben hacer eso.– Nos miró.
- Fue un accidente.– Dije.
- Sea o no accidente, no deberían.– Dijo Jennie con rabia. No entiendo para nada su estúpido enojo.
- ¿Y por qué no?.– Me levanté y me puse en la misma posición que ella, desafiándola.
- Porque...Porque...– Se quedó en silencio unos segundos y luego hizo un sonido de frustración.– ¡Agh!. ¡Haz lo que quieras!.– Gritó furiosa y se fue en dirección a las habitaciones.
- ¿Y a ésta qué?.– Dije mirando a Rosé. Ella sólo se encogió de hombros. Miré a Jisoo, quien esquivaba la mirada, tomando jugo.– ¿Sabes algo?.– Le pregunté por su sospecha actitud. Ella tosió, ya que se atragantó con el jugo.
- ¿Yo?. ¡No, no sé nada!.– Se levantó y fue corriendo hacia dónde se había ido Jennie. Nuevamente miré a Rosé.
- Son raras.– Dijo. Asentí.
- Rosé, ¿Puedes quedarte?.– Pregunté, cambiando el tema. Ella me miró con una sonrisa y asintió.– Aunque sea por una semana, ¿Si?.– Rogué. No quería estar a solas con Jennie por mucho tiempo.
- Claro. Desde hoy.– Sonreí. Tengo a la mejor amiga del mundo. La abracé fuerte y le dí un beso en la mejilla, haciéndolo sonar.– ¿No te bastó con el beso anterior?.– Me miró con picardía.
- Si.– Dije con cara de asco.
- ¡Oye, no fue tan malo!. ¡Soy una experta besadora!.– Protestó con el ceño fruncido. Yo reí.
- Díselo a alguien que realmente te bese.– Dije.– Fue muy incómodo, y eso le restó puntos.– Ella asintió, dándome la razón.
- A propósito...¿Jisoo tiene pareja o algo así?...– La miré con sorpresa y luego con picardía.– ¡Es para una tarea!.– Se defendió.
- Sí, claro.– Dije con sarcasmo mientras reía.– No, creo que no tiene.– Contesté. Me sonrió y me abrazó.
- ¿Deberíamos hacer algo?.– Preguntó.
- Si.– Dije con una sonrisa.– Me voy a bañar primero, ya que no lo he hecho desde ayer.– Dije mientras me encaminaba al baño. Ella asintió.
ESTÁS LEYENDO
Amor prohibido.- Jenlisa G!P
FanfictionLisa es una joven que nació con hermafroditismo, lo que provocó varias burlas a lo largo de su vida. Su padrastro se ha vuelto a casar, después de seis años del fallecimiento de su madre. La nueva madrastra tiene una hermana de su edad, y comienzan...