Aquí nos encontramos con Jennie, en el siguiente vuelo a Tailandia. ¿Cómo llegamos hasta aquí?. ¡Ah!. Ya recordé.
Flashback.
- ¡No tienes el derecho, padre!. ¡Le eras infiel!.- Grité por la línea telefónica. Tomamos la decisión de llamarlo, y decirle la verdad. No se lo tomó muy bien.
-...- El silencio siempre delata.- ¡Eres mi hija!. ¡¿Cómo le pudiste hacer eso a tu padre?!.- Se escuchaba furioso.
- ¡No eres mi padre!. ¡Dejaste de serlo cuando comenzaste a engañar a Jennie!. ¡¿Creíste que no me dí cuenta?!.- Gritaba. La mano de Jennie estaba sobre la mía, dándome el valor de poder hablar.
- ¡¿Te ha lavado el cerebro?!.- Gritaba.- ¡Soy un hombre, Lisa!. ¡Lo entenderás más adelante!.- No puede decirme "hombre" pero se refiere a lo que tengo.
- ¡Jamás haría eso!.- Me defendí.
- ¡Es sólo una mujer!. ¡Igual que todas!.- No reconocía al hombre con el que hablaba. ¿Siempre fue así, y nunca me dí cuenta?.
- ¿Eso significa que mi madre también era un pedazo de carne más?.- Dije dolida.
- Hija...Todas las mujeres son para darnos placer. No sirven para nad--
No pude más y corté. Enseguida me llegó un mensaje.
Te iré a buscar, y te traeré conmigo. No permitiré que te vuelvas una sentimental, Lisa.
- Mi padre...No, ese hombre, quiere separarnos.- Le dije a Jennie.
- Plan b.- Sonrió. Tomé su mejilla, y la acaricié.
- Nos vamos.- La besé.
Fin flashback.
Nunca pensé que mi padre sería esa clase de hombre...Ni yo pensé que sería ésta clase de hija.
- Lisa, el avión.- Jennie me sacó de mis pensamientos, con su hermosa sonrisa. El verla a mi lado, me reconforta.
- Vamos.- Sonreí con amargura. Ella asintió y besó mi mejilla. Obviamente sabe que eso me pone mejor.
- Si.- Respondió tomando mi mano.
Nos subimos al avión, y unos minutos después, comenzó el despegue.
Me sentía mal...Estaba dejando todo por Jennie, pero ese no es el caso. Es que simplemente, estaba traicionando a mi padre. No importa lo que él haya hecho, por muy malo que sea. Me robé a su novia...
Miré a Jennie, y ella me sonrió. Los pensamientos se fueron al carajo con sólo verla. Realmente no me importa dejar todo por ella...¿Mis sentimientos son tan fuertes?. Si, lo son.
- Te amo, Jennie. ¿Lo sabías?.- Le sonreí.
- Siempre lo supe.- Bromeó.- ¿Y sabías que yo también te amo?.- Dijo.
- Siempre lo supe.- Imité su primer comentario. Ambas reímos.
Estoy lista para empezar una nueva vida a su lado. Viviremos juntas, nos casaremos, adoptaremos un perrito llamado Kuma y un gatito llamado Leo. Quizás dos gatitos, y el otro se llamará Luca. Tendremos muchos hijos, y lo mejor de todo, es que seguiremos juntas hasta el final...
Tal vez si estoy exagerando, pero tengo derecho a soñar. Aunque por ahora me preocuparé por el presente. Ahora tengo a Jennie a mi lado, y no la dejaré ir.
La azafata nos despertó, avisando que ya habíamos llegado a nuestro destino. Le agradecimos y bajamos.
Con nuestras maletas en mano, tomamos un taxi con destino al hotel. ¿Era hora de inaugurarlo?. ¡Claro que sí!.
Al entrar a la habitación correspondiente, nos comenzamos a besar desesperadamente, sin control. Nos desvestímos, tirándonos sobre la cómoda cama de sábanas blancas.
Acaricié sus senos, mientras me dedicaba a escuchar sus excitantes gemidos. Mis manos se deslizaron por su plano abdomen, ejerciendo un poco de presión a medida que iba bajando...Usé un dedo para estimular su clítoris, y darle el placer que merece.
No aguantaba más el ardor de mi excitado pene, así que opté por usarlo un poco.
Puse la punta de mi miembro, sobre su centro, pero no lo introduje, al contrario, hice círculos por toda la zona. Se sentía bien, pero deseaba, no, necesitaba entrar en ella.
Presioné un poco su clítoris con mi dedo, y en el momento en que un nuevo gemido salió de ella, introduje mi pene en su entrada. Mis embestidas comenzaron fuertes, y duras. No era momento de delicadezas. Ambas necesitábamos sexo rudo, y lo sabía, porque Jennie comenzaba a gemir aún más.
La dí vuelta, para que ella se pusiera de rodillas, y le daba nalgadas, mientras seguía embistiendo. Tomé su pelo y tiré de él, haciendo mis embestidas aún más profundas.
El orgasmo estaba por venir, y ambas lo sabíamos. No pude más y me corrí, al mismo tiempo en que ella lo hizo.
- Tendremos que cambiar las sábanas.- Dijo riendo, e intentando respirar mejor.
- Lo sé.- Reí, haciendo lo mismo que ella. Me sentía cansada, no sólo por el viaje.
Nos dormimos después de cambiar las sábanas. Y Jennie me abrazó, haciendo que durmiera cómo un bebé.
Al siguiente día, fuimos a casa de mi abuela, quien nos recibió gratamente. Ella, por supuesto, sabía todo lo que había pasado, y me apoyaba completamente.
Después de un tiempo trabajando, tuve el dinero suficiente para comprar una casa. Papá dejó de molestarnos después de un tiempo, y entendió que no íbamos a volver.
Jennie no sentía muy bien últimamente, y no sabía si alegrarme o no. ¿Alegrarme por qué?. Porque probablemente vendría un nuevo integrante a la familia.
Jisoo y Rosé venían a visitarnos de vez en cuando. Sabían desde un principio que vendríamos a vivirnos a Tailandia.
El test de embarazo salió positivo, y sólo quedaba esperar la fecha de parto. Cuidé muy bien de Jennie, hasta el momento en que nació nuestro hijo, Vin-ji. El extraño nombre lo eligió Jennie, y yo acepté, porque no tenía ninguna otra opción.
Nunca hablamos sobre matrimonios ni compromisos, pero eso está muy cerca, porque es algo que yo tengo planeado.
Al fin puedo ser feliz, con la chica que amo. Mi mujer, Jennie Kim. Tengo una familia, a la cual amo con todo mi corazón, y espero que se vaya agrandando poco a poco...
Rosé y Jisoo...Ellas sostienen una relación a su manera. Rosé había decidido contarle a Jisoo que ella era la famosa "chica" del videojuego, cosa que se alegró mucho. Había dicho que tenía una batalla interna porque le gustaban dos chicas, que resultaron ser la misma persona, Rosé. Y desde ahí, fueron novias, hasta el día de hoy, y quizás mucho más.
En éste momento, me encuentro esperando a que Jennie llegue de su trabajo, porque le tengo una sorpresa. Jisoo y Rosé se encuentran a mi lado, al igual que mi abuelita, por supuesto.
- Jennie Ruby Jane Kim. ¿Te casarías conmigo?.- Dije, al ver cómo ella cruzaba la puerta. Se quedó con los ojos abiertos cómo platos, y me abrazó.
- Si.- Respondió. Ahora sí, puedo morir en paz.
Jihyo en cierta parte tenía razón, pero resultó ser un amor prohibido, por el cual valió la pena luchar.
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Perdón si el final fue un poco forzado, e incompleto, pero la historia no me había agradado mucho, así que decidí darle un final.
Espero que les haya gustado, y vienen más historias, así que no se preocupen :3
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Amor prohibido.- Jenlisa G!P
FanfictionLisa es una joven que nació con hermafroditismo, lo que provocó varias burlas a lo largo de su vida. Su padrastro se ha vuelto a casar, después de seis años del fallecimiento de su madre. La nueva madrastra tiene una hermana de su edad, y comienzan...