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Estaba en mi habitación, esperando a que Jennie se dignara a acercarse, ya que si yo lo hacía, probablemente se enojaría más.

- Lisa.- Dijo, mientras se acercaba a mí. Por fin había entrado a la habitación. Aunque sea de noche, pero llegó.

- Jennie, ¿Por qué estás molesta?.- Me apresuré a decir.- Llevas casi toda la tarde ignorándome. ¿Te hice algo?.- Ví cómo frunció el ceño.

- No. Simplemente soy tu madrastra.- Rodó los ojos.- No tengo por qué hablarte siempre.

- No es eso, Jennie, es que me ignorabas.

- No te ignoraba.- Fruncía más el ceño. Me quedé en silencio, respirando hondo. Necesito paciencia...

- Jennie...Dime, cómo las personas maduras que somos, ¿Qué te molestó?.- La miré fijamente. Pareciera que eso la molestó más, porque estaba roja de furia.

- ¡¿Personas maduras?!. ¡Eres una niña!.- Me gritó. Hasta aquí llegó mi paciencia.

- ¡¿Una niña?!. ¡No decías eso anoche!.- Grité. Ella estaba muy enfadada.

- ¡¿Ves lo inmadura que eres?!.- Gritó. En cierta parte tenía razón, pero eso me enojó aún más.- ¡De seguro y me engañas igual que tu padre!.

- ¡Inmadura eres tú!. ¡Te acostaste con tu hijastra!. ¡También lo estás engañando!.- La rabia me controló y dije algo que no debí. Miré cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.

Escuché unos pequeños golpes en la puerta, pero no me importó.

- ¡No debí!. ¡Tú tienes la culpa!.- Dijo, medio llorando.

- ¡Tú fuiste la que se calentó y vino corriendo hacia mí cómo una perra!.- Grité con el ceño muy fruncido. Sentí cómo una bofetada impactaba mi cara...

Me dí cuenta de mis palabras, pero demasiado tarde. Jihyo había abierto la puerta y vino hasta mí. Miré a Jennie, y ella sólo tenía las mejillas empapadas, pero me miraba furiosamente. Sus ojos, llenos de ira, se dirigieron a Jihyo.

- Espero que la pasen bien juntas.- Dijo y se fue. Quise ir tras ella, pero algo me lo impedía. ¿La culpa?.

Comencé a llorar...No debí decir esas cosas. Soy tan estúpida...

- Tranquila, Lisa...- Decía Jihyo mientras me abrazaba.

- P-pero, yo no debí...- Dije entre sollozos.

- Lisa, eso no debió haber sido desde un principio.- Me miró con tristeza.- Es tu madrastra.- Asentí dándole la razón. Al parecer se percató de todo lo que había pasado entre Jennie y yo. Pero yo quiero estar con ella, y no pude evitar enamorarme...Quizás si cometí el error de fijarme en Jennie...- Debes estar con otra persona, Lisa. Alguien quien te ame cómo lo mereces.- Me sonrió. La abracé, sabiendo que ella tenía toda la razón.

- ¿Por qué duele tanto?.- Pregunté, sintiendo cómo mi corazón se hacía pedazos.

- Es normal...Un amor prohibido atrae mucho más, y duele perderlo.- Dijo. No pienso que sea simplemente atracción. Yo de verdad la quiero...Pero aún así le dije cosas tan dolorosas.

- E-ella estaba molesta...- Dije, intentando explicar lo sucedido.- No entendía por qué. Me dijo que era mi madrastra solamente, y eso me dolió...Sé que es la verdad, pero duele. Entonces, ella comenzó a gritar, y yo...Yo le dije cosas muy feas.- Mis lágrimas rodaban por mis mejillas.

- Lisa...Ella estaba celosa.- La miré sorprendida.- ¿No viste la manera en la que me miraba en la cafetería?.- Negué.- Tú la presentaste cómo tu madrastra, y se notó que le había dolido. Es por eso que Tzuyu y yo nos dimos cuenta que no era una simple relación de madrastra e hijastra.- Nuevamente, mis lágrimas salieron.

- ¿E-entonces yo tuve la culpa?.- Pregunté. Ella negó con una sonrisa.

- Ninguna tiene la culpa. Ambas se dejaron llevar por sus sentimientos. Ella por los celos, y tú por la ira. Es completamente normal.- Me explicaba amablemente. No entiendo cómo alguien tan linda cómo ella, es amiga de una basura cómo yo.

- P-pero debí saber lo que tenía.- Nuevamente, Jihyo negó con la cabeza.

- No eres adivina, Lisa.- Seguía sonriendo.- Tranquila, porque el dolor pasa. Simplemente tienes que dejarla ir. Es una relación tóxica.- Me miró con tristeza ésta vez.- Nunca debiste enamorarte de tu madrastra. Es algo que no corresponde.- Asentí.

Lo sabía, lo sabía desde un principio...Pero, aún así, lo hice. Sabía que dolería, pero me arriesgué. Sabía que no era correcto, pero la curiosidad me ganó. Sabía que ella no era para mí, pero aún así la codicié...No debí.

Los brazos de Jihyo me envolvían en un caluroso abrazo, mientras mi llanto desgarrador, ocupaba cada lado de la habitación...No necesitaba a Jihyo, no. Necesitaba a Jennie. ¿Cómo pudo incrustarse en mi corazón tan rápido?. ¿Cómo no me dí cuenta de lo importante que era para mí?. ¿Por qué no lo evité?...Son preguntas que quizás nunca pueda responder.

Necesitaba salir de la vida de Jennie, y debía hacerlo cómo sea. No puedo estar en casa, no con ella. Verla me lastimaría tanto a mí, cómo a ella, y no quería hacerle más daño del que ya le había hecho.

Me levanté, y sequé las lágrimas que se deslizaban desde mis ojos.

- Ya he tomado una decisión, Jihyo.- Le dije.

- ¿Estás segura?. ¿No es muy pronto?.- Negué.

- Es lo mejor.- La miré, y le sonreí. Mi sonrisa se veía amarga, y sin brillo alguno.

Me dolía pensar en que me tendría que separar de Jennie, pero es lo mejor. Ella no quiere verme, y no la obligaré.

- Lisa...- Jihyo me miró con tristeza.- Se lo que acabo de decir, pero...Puedes darle un último intento. Se nota lo enamorada que estás, pequeña.- Acarició mi mejilla. Negué con la cabeza.- Aunque sea inténtalo.- Me guiñó un ojo, besó mi mejilla y salió.

¿Debería hacerlo?. Realmente soy muy cobarde cómo para querer huir, sin intentarlo...

Jihyo tiene razón. Voy a dar mi último intento, por el amor que le tengo a Jennie...

Me dirigí al comedor, y estaba Jisoo junto a Rosé, despidiéndose de Jihyo.

- Jisoo-Unnie.- Llamé su atención. Ella parecía querer matarme. Pero Rosé la miró y me habló por ella.

- Jennie acaba de ir al parque del centro.- Rosé me conoce. Jisoo suspiró y me miró con una sonrisa. Le asentí y corrí hasta el parque. Corrí cómo si mi vida dependiera de ello...

Amor prohibido.- Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora