CAPÍTULO 4

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El sonido del móvil me despertó. Una de las cosas que más odiaba era que me despertaran durante mis horas de sueño, pero esta vez sería una excepción ya que esa pesadilla, volvió a mí de nuevo.

Como siempre, se trataba de Natsuo; o mejor dicho, Tina.

No le respondí. Quería seguir durmiendo, pero debía irme inmediatamente de este lugar antes de que alguien comenzase a  sospechar de mí.

El poco sol que entraba por la ventana se reflejaba por toda la habitación. Era un día nublado. Seguramente acabase de nuevo mojado por la lluvia.

Un extraño ruido llamó mi atención, provenía de la entrada del lugar. Tal vez, aquél borracho volvió y se la estaba liando de nuevo a la señora. Pero al abrir la puerta, comprobé que aquel jaleo no era precisamente por el hombre de aquella noche.

Se trataba de la policía ¿Cómo cojones dieron conmigo? Pude escuchar a la mujer negándole a la policía. Pero no iba a quedarme aquí observando.

Escribí una pequeña nota agradeciéndole por su hospitalidad e indicándole que me había marchado durante la noche ya que me había surgido algo inesperado.

Una mentira más no importaba. Total, vivimos rodeados de mentiras desde que nacemos hasta que nuestro nombre desaparece de las mentes de las personas.

Dejé el albornoz junto al futón y la nota. Al no tener cámaras de seguridad, no podrían saber si realmente me fui.

Y una vez más, escapé por la ventana.

La ropa que me prestó, funcionó para pasar desapercibido entre los agentes que vigilaban la puerta principal. Eso me indicaba, que mi rostro no lo habían visto.

Al alejarme de allí, Tina me sorprendió por la espalda.

-¡Yohi!- Literalmente, se abalanzó sobre mí.

-¿Cómo sabes que estaba por aquí?-

-Pura suerte.-

Algo no me olía bien...

-No debería fiarme de ti.- Mascullé.

-Cariño...- Colocó su mano en mi mejilla acercando su rostro al mío. -Sabes que soy la única que se preocupa por ti.- Sus labios rozaron los míos.

No aparté mi mirada de ella.

-Nat...- Me calló colocando su dedo índice sobre mis labios.

-No, no- Negó con la cabeza. -Tina, querido.- Corrigió acariciando mi mejilla con su mano.

-Bueno, Tina, deja ya las tonterías. ¿Cómo han descubierto donde estaba? Porque no sólo sabían donde vivía, sino que también supieron donde me alojé.- Me aparté. -Y casualmente, en todos esos momentos tú me llamaste antes de que la policía apareciera.- Le comenté provocando que se llevase la mano al pecho a la vez que abría la boca en forma de 'o', se le veía algo ofendido.

-¿Años conociéndonos y sospechas de mi?-  me miró de arriba abajo.

Simplemente suspiré sacando un cigarrillo.

-Déjalo- Le resté importancia con la mano- Si realmente te importo, infórmate de cómo han descubierto dónde estaba. Solamente haz que confíe en tí Natsuo Fujii.- Posé mi mano derecha sobre su hombro dándole una leve palmada acompañado por una cálida sonrisa y me alejé de ella.

-¿A dónde vas?- Preguntó a voces.

-Lejos.-

No tenía opción, aquí ya no estaba seguro. Debía irme bien lejos.

A partir de ahora, no confiaré en nadie.

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El infierno está dentro de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora