—Mi pequeña Lisi —me abrazó mi padre unas horas antes de partir.
Desde que tengo memoria nunca pude conocer a mi madre, era muy pequeña cuando se fue de nuestras vidas, pero mi padre siempre trataba de que nunca me olvidara de ella.
A pesar de todo tenía una foto suya en mi cuarto pero después de mucho tiempo, simplemente ya no existía en mis recuerdos. Sólo me quedaba mi dulce padre, él me había cuidado sin nadie a su lado.
Recuerdo cuando era una niña y un día le pregunté por qué no volvía a casarse.
—Cuando has conocido a la persona más maravillosa del mundo y sabes que la amaras por el resto de tu vida, te das cuenta que no podrías estar con nadie más aunque ella se haya ido —me miró por un momento y supe que íbamos a estar solamente nosotros y nadie más.
Siempre cumplió su promesa, éramos muy unidos. Cuando iba a trabajar en su empresa de Diseño Arquitectónico me llevaba a mí.
Pero ese día trágico, yo no iba a viajar con él.
—Padre, déjame acompañarte —le pedí mientras que nos manteníamos abrazados. Para ambos era muy difícil separarnos, nos teníamos el uno al otro.
—Sé que deseas estar conmigo Lis —Amaba cuando me llamaba de esa forma —, pero debes continuar con tus estudios.
En ese momento estudiaba en la Universidad la carrera de Arquitectura. Desde el momento en que me había mostrado su trabajo, supe que ese era mi sueño. Poder armar grandes diseños y que las personas pudieran disfrutar de ellos me satisfacía por completo.
—Debes portarte bien —Sonrió para luego ponerse serio —. Cumple con tus tareas como corresponde y el próximo viaje lo hacemos juntos.
Minutos después sonó el altavoz de la estación de trenes anunciando la llegada de uno.
—Bueno... —Ninguno de los dos era bueno para las despedidas pero sabíamos que no íbamos a tardar mucho en volver a vernos. Se me quedó mirando con una mirada triste.
—No va a ser por mucho tiempo, papá —lo animé —además podemos llamarnos.
—Lo sé, mi dulce Lis —. Justo cuando llegaba el tren, nos abrazamos con fuerza.
Después de ello todo pasó muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos, él se encontraba arriba del transporte y ubicado en su camarote.
No podía dejar de mirarlo y cuando comenzó a moverse, continúe en la misma posición hasta que lo perdí de vista.
Desde ese momento todo paso muy lento para mí, supuestamente mi padre iba a volver dentro de una semana y para mí era como si se fuera por mucho tiempo.
Los días pasaban de la misma forma, me levantaba, preparaba mi desayuno, me vestía con el uniforme de la universidad y me dirigía para allá. Era el único momento en que me sentía tranquila.
Para muchos la tranquilidad la podían conseguir con música o películas pero para mí, la arquitectura era mi mundo.
Pasaron tres días cuando recibí la peor noticia que pueda alguien tener, en ese entonces me encontraba en casa tratando de armar una maqueta de una estructura que no había podido sacármela de la cabeza.
Estaba muy concentrada por lo que tarde un instante en atender la puerta. Con pereza me levanté y fui hasta allí, pero al abrir la puerta jamás me imaginé que podría aparecer un hombre uniformado.
—¿Señorita Lisi Swol? —preguntó.
—Sí, así es oficial. ¿En qué lo puedo ayudar? —. Por alguna razón, comencé a sentir que algo iba mal.
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Dime... ¿Te espero o te olvido?
RomanceLa vida no es nada fácil y menos para dos enamorados. Ella solo deseaba estar a su lado y poder formar una familia con él pero el destino le marcó otro camino y sin darse cuenta estaba en el lugar que siempre había deseado con la persona que amaría...