Era 26 de Agosto del 2009, como entre las doce treinta y las doce cuarenta de la tarde, era mi primer día de clases y la verdad no tenía ganas de entrar a clases, hablarle a más gente estúpida, obedecer a más maestros amargados y maestras a las cuales por cierto tengo que soportar cuando están en su periodo, hacer tareas, atarearme, dar todo de mi holgazán esfuerzo para que al final siempre mis padres me digan: “Pudiste haber tenido mejores notas”. Pues si, así era mi vida todos los días, ¿novia? Pff, Dios, claro que no, mi familia no tenía dinero para meterme a colegios o escuelas privadas donde las chicas son mas descentes y más agradables para mi, tenía que soportar las escuelas donde las chicas se toman fotos semi-desnudas, parando el pico en cada una de sus fotos, las cuales han tenido tantos novios que ni se acuerdan del primero y que por cierto escuchan narcocorridos y bailan reggaetón, y los chicos, ni hablar, eran malditos drogadictos possers los cuales se creían la gran cosa, los más guapos cuando en realidad parecían chimpancés retrasados, y eso era solo en la secundaria por amor de Dios!
Hoy es mi primer día de clases, estaba sentado en la parte trasera del auto de mi padre aunque conducía mi madre, ella siempre estaba revisando ambos retrovisores ya que ella no tenía licencia de conducir y temía que algún policía la detuviera. Me gustaba ver por la ventana, siempre me gustaba pensar que hay algún lugar del mundo esperándome, un lugar donde si me guste, donde valdría la pena estar.
La hora llegó, llegué a la preparatoria, no tenía otra expresión más que la de indiferencia, creo que estaba incluso más enojado que feliz, yo solo quería regresar a mi casa, escuchar todo el día heavy metal y estar en las páginas de internet perdiendo el tiempo jugando, sé que suena patético pero era mejor que estar aquí, aun no entraba y ya me quería ir!. Salí del carro, mi madre solo me deseo suerte y me dijo que no me pusiera nervioso, la verdad no sé porque lo dijo, supongo que mi cara de indiferencia no era la suficiente para que ella se diera cuenta de ella, pero al final ni me dijo un te quiero ya que tenía que apresurarse al trabajo, trabajaba en una fábrica, la verdad ni se que rayos hace, nunca me he molestado en preguntarle, lo que si sabía era que entraba a la misma hora que yo, supongo que si tenía que apresurarse.
Iba entrando a la prepa, aun no pasaba por la puerta principal y ya veía a muchas chicas abrazándose y muchos chicos saludándose, supuse que se conocían de la secundaria pero yo aun no veía a nadie de mi secundaria, ni quería verlos sinceramente!, excepto por un amigo mío llamado Efraín, o Efra que era como yo le decía, el no se cortaba el cabello como un “chakaz” o escuchaba corridos o algo por el estilo, y para mi sorpresa fue al primero que vi de mi secundaria, me daba mucho gusto saber que mi amigo se metiera a la misma preparatoria que yo, me acerqué un poco para gritarle y que me viera.