Ya casi era hora de salir a receso, eran las cinco de la tarde ya y no faltaban más que veinte minutos, no vino el maestro a clase así que la última clase antes de receso la tuvimos libre, aproveché para hablar con Sariah y Judith, mientras charlábamos, los otros compañeros se empezaban a conocer, a decir sus boberías, algunos a hacer sus ridiculeces, otros a tomarse fotos, etcétera. Me pregunto, ¿Qué estará haciendo Efra? ¿En qué salón habrá quedado? ¿Habrá quedado con Salma? Espero que si, se verían bien juntos.
─ Fernando, ¿Qué quieres estudiar ya que entres a la universidad? ─ Me preguntó Sariah, en ese momento me quedé paralizado, en realidad no sabía quien quería ser, no quería responder algo vergonzoso así que solo le respondí con la verdad.
─ Sinceramente no sé, supongo que aún no se quien quiero ser. ─ ¿En algo debes ser bueno, no? ─ Pues mi amigo y mis padres me han dicho que soy bueno para enfadar, pero no creo que haya una profesión para eso, ¿o si? ─ Jaja tonto, supongo que no, es más, Judith y yo te ayudaremos a descubrir en que eres bueno para antes de que acabe el semestre, ¿Verdad que si Judith? ─ Si, ¿Por qué no? ─ Si ustedes lo dicen… ─ Jajaja hay vamos, no seas amargado, demuéstranos que te dicen enfadoso por algo, ve y háblale a alguien estos 16 minutos que quedan antes de receso, nosotras te esperamos aquí. ─ Pero ¿Por qué? Así estoy bie… ─ ¡Que vayas dije! ─ ¡Ay ya voy!...dios mío.
Me levanté de mi lugar, caminé saliéndome de mi fila y aparentando que estaba acechando a quien podría ser la próxima persona a quien le hablaría. Me puse cerca del bote de basura, como si fuese a tirar algo, mientras veía por las filas, pero recordé al chico que cautivó a las 2 chicas, estaba sentado escuchando música, pero ya se estaba quitando los audífonos, la intriga y la curiosidad me ganaron, no pude más, tuve que acercarme a el y preguntarle quien era.
─ Oye, hola. ─ ¿Eu? ─ ¿Te puedo hacer una pregunta? ─ Mientras no tenga nada que ver con drogas, está bien. ─ Jaja ¿qué? ─ Vamos, pregunta ─ Oh si, ¿Hace unas horas, las chicas con las que charlabas, iban en tu secundaria o las conocías de antes? ─ Hm… ¿Qué chicas? ─ ¿Las que estaban sentadas a un lado de ti la primera hora. ─ ¡Oh ya, ya! ¿Ellas?, claro que no, a penas les hablé hoy. ─ ¿Enserio? Es que te ponían tanta atención, juraría que se conocían desde antes. ─ Jaja amigo, hay varias cosas que tienes que aprender, dime tu nombre. ─ Fernando. ─ ¿Solo eso? ─ Si, ¿por qué la pregunta? ─ Fernando suena muy…no sé, no es un nombre muy atractivo. ─ ¿De que hablas? ¡Tu nombre es muy atractivo entonces, supongo! ─ Jaja, no te enojes chico, es solo que esperaba algo más original. ─ ¿Y tu como te llamas chico original? ─ ¿Yo? Nada especial, yo no pienso que es atractivo mi nombre ─ Vamos, dilo. ─ Bien… Adrián Mariscal. ─ ¿Solo eso? ─ Pff! Jajaja sabía que dirías eso, y no, Adrián es solo mi segundo nombre, mi primer nombre es Marco, solo que no quise dejarte en ridículo enfrente de mi. ─ Bueno, yo no vine a esto, solo quería saber como es que cautivaste tanto a esas chicas. ─ ¿En serio quieres saber? ─ Si. ─ Bueno, pero aquí no puedo decirte, pueden escucharme. ─ ¿Y eso que rayos tiene de malo? ─ Luego lo sabrás, acompáñame en receso y te diré. ─ Hoy no podré, iré con unos amigos. ─ ¿Con los que estabas antes de que te nombraran? ─ Si, ¿cómo sabes? ─ Tengo buena memoria. ─ Oh si, tan buena que ni te acordaste de las chicas. ─ ¡Lo sé!
De repente el chico rió al mencionarle que se olvidó de las otras chicas, ¿Tan repulsivo era este chico?
─ Es que a parte, te mencionaron después de mí, creo que ni te acuerdas por lo nervioso que estabas. ─ Si un poco, es primer día y tú sabes. ─ Bueno, cuando puedas juntarte en receso conmigo, me avisas, no sabes la que te esperará.
En ese instante tocó el timbre de receso, me quedé un poco confundido, ¿a que se habrá referido cuando dijo que no sabía la que me esperaba?, su secreto para encantar chicas debe ser demasiado bueno para no quererlo decir en frente de varias personas, tenía que contárselo a Efra, me dirá que estoy desquiciado pero no puedo quedármelo callado.
─ ¿Fernando? ─ volteé y era Sariah junto con Judith que me veían con cara de confusión. ─ ¿Qué pasa? ─ respondí. ─ ¿Por qué tienes esa cara de pensativo, ¿qué te dijo el otro chico? ─ ¿Eh?, oh, nada en especial, me quedé pensando solo porque había olvidado su nombre.Claro que no se me había olvidado, es solo que sentía que tenía que decírselo primero a Efra, a ellas las acababa de conocer.
─ ¿Seguro que solo es eso? ─ Muy seguro. ─ Está bien. ─ ¿Y si nos juntamos en receso? ─ Propuso Judith y la verdad es que si me gustaría, solo que primero tenía que encontrar a Efra. ─ Está bien, pero ahorita las encuentro, váyanse a las banquitas que están a lado de biblioteca, ¿de acuerdo?, encuentra a tu amiga Salma y Karla y reúnanse ahí, haz que conozcan a Sariah y yo por mientras voy por Efra.
Me salí corriendo del salón, tenía que encontrar a Efra antes de que se perdiera de vista, pasé por todos los pasillos de primer semestre hasta que lo encontré, había quedado en el salón cinco, rápidamente me acerqué a el, le contaría lo del otro chico, quería su opinión, quería saber si a el se le hacía igual de sospechoso que a mi, simplemente me encontraba confundido en ese momento!