Era tiempo, era la hora en que llegaba el director de la preparatoria a decir quien quedaría en cada salón, pero antes nos dijo que los salones se repartirían de esta manera: Somos 376 alumnos recién ingresados y hay 7 salones para los de primer semestre, hay 21 salones de clases en total, bueno, por lo menos eso dijeron, aunque yo había visto unos más, supongo que son de sobra por si ingresan más alumnos. En cada salón iba a haber un aproximado de 53 alumnos, wow, son demasiados, en la secundaria a penas si llegábamos a 35, bueno, en fin, después de que dijeron eso pensé que habría una buena oportunidad de que yo quedase en el mismo salón que mi amigo Efra, y si, incluso con mis tres amigas nuevas.
─ ¡Muy bien jóvenes!, el primer salón será conformado por los siguientes alumnos, favor de pasar al frente a quien vaya mencionando.
Los nervios, maldita sea, hace un momento estaba tranquilo, ¿que rayos me pasa? Me puse a escuchar a cada uno, solo nombres que no identificaba, solo desconocidos, y se me hacía eterna la espera de escuchar nombres y apellidos, pero de que servía, estaba tan nervioso en ese momento que ni se me había ocurrido preguntarles a las tres chicas cuales eran sus apellidos, el mío era Monsiváis Trejo y si no mal recuerdo, el de Efra era Trujillo Lara.
Ya había acabado de nombrarse a todo el primer salón, al final solo vi a dos chicos de mi secundaria, me dan igual, bah, ya quería escuchar el siguiente.
─Trujillo…
─Mierda!, el director dijo Trujillo, ¿¡será Efra!? ─ Pensé mientras el director terminaba el apellido diciendo Vasconcelos ─ ¿Qué pasa Ferny? Te noto tenso ─ No es nada Efra, es solo que quisiera que quedáramos en el mismo salón ─ Aww, el niño se hizo sentimental y cariñoso ─ ¡Cállate!, claro que no, es solo que no quisiera soportar gente solo ─ Vamos Ferny, ya deja eso, verás que la prepa será genial ─ ¿Pero sería más genial si tuviera a mis amigos cerca no lo crees? ─ Bueno en eso tienes razón ─ ¿De que hablan chicos? ─ Dijo Salma con una expresión de confusión ─ De nada, es solo que Ferny quisiera que todos quedáramos en el mismo salón ─ ¿Es cierto eso amigo Fernando? ─ No, bueno si, hay es que, no sé, la verdad no se ni lo que quiero… ─ Aguarda amigo Fernando, ya van en el tercer grupo ─ ¿!QUÉ¡? ¿Mencionaron a alguien? ─ Jaja oye tranquilízate, ni te preocupes, no han mencionado a nadie de nosotros cinco ─ Hm bueno.
Y así fue, la agonía seguía por unos minutos hasta que el director empezó a nombrar a los del tercer grupo, yo ya estaba un poco más calmado, por dios, que ridículos hice.
─ Muy bien, ahora los siguientes alumnos conformarán lo que es el tercer grupo: Aguilar Abascal, Aguilar Hinojosa, Aguirre de la Torre…
Así se iba yendo, apellido por apellido, hasta que llegó a la M y escuché mi apellido, me despedí de Efra y de mis tres nuevas amigas y aunque no quisiera, tenía que ponerme junto con los de mi nuevo grupo. Ya cuando iba por la R me empecé a preocupar ya que ninguna de mis amigas nuevas las habían mencionado, ya habían pasado muchas letras, ¡no creo que sus apellidos fueran con una letra tan alejada de la M! y a Efra pues aun lo estaba esperando ya que su apellido comenzaba con la letra T. Mi sorpresa fue cuando mencionaron los apellidos Santos Bautista y pasó al frente una de las amigas de Salma, era Judith y a ella casi no le hablé pero era muy risueña y tenía cara de asiática, eso me agrada.
Ya se había conformado todo el salón, para mi desgracia, solo Judith entró, miré a Efra, nos miramos de lejos y lo único que hicimos fue poner cara triste, golpearnos levemente el torso con el puño cerrado dos veces y luego hicimos la señal de amor y paz, si, fue algo hermoso, y a mis otras dos amigas nuevas solo les hice una seña de despedida.
Entramos todo el grupo al nuevo salón, ya era como la una cuarenta, según mi horario, hoy salía a las seis cuarenta, bueno, por lo menos no es tan tarde, aun alcanzaba llegar a casa con la luz del sol. Observaba a todo el salón, había unas personas muy calladas, era de esperarse, es el primer día, pero otros que se hablaban bastante bien. Me senté hasta atrás, aunque digan que no, son los lugares donde los maestros menos ponen atención, a parte, ahí estaba Judith y pues me senté a lado de ella, sinceramente no sabía de que hablarle, era como que incómodo una vez que entrabas al salón, pero me animé y solo decidí hablarle.
─ Oye, Judith, valla primer día no crees ─ Jaja, ¿a que te refieres? ─ Digo, es que viene uno pensando que va a hacer muchos amigos, que no va a tener pena y al final estamos….como ahorita estamos nosotros, ¡Sin hablarle a nadie! ─ Muy cierto, pero pues acabamos de entrar, supongo que aun falta tiempo ─ Eso es cierto, pero igual, ¿Qué te parece si le hablamos a alguien? ─ Hay no sé, háblale a alguien tu primero y luego yo, ¿Si? ─ Si…claro.
Estaba observando todo el salón, viendo a quien tengo ganas de hablarle, había muchos callados, otros charlando en vinas, pero quien más me llamó la atención era un chico, estaba hablando con 2 chicas ya, quizá y se conocían de antes, pero estas chicas se veían preocupadas, le ponían mucha atención a lo que decía el chico, la verdad ni sabía que pensar, él se veía de 16 o 17 años mas o menos, era curiosa la manera en la que atrapaba a las chicas con lo que sea que les estuviera diciendo…quizá…¿Yo quería ser como el? ¿Quizá yo quería hablar con chicas? No lo sé, me estoy perdiendo en lo que estaba haciendo, bueno.
Vi a una chica, no hablaba con nadie pero estaba sonriendo, me animé a hablarle, algo me llamó la atención de ella, supongo que fue la sonrisa.
─ Hola compañera ─ Hola ─ Me respondió la chica muy campante y sonriente ─ ¿De qué secundaria vienes compañera? ─ De una llamada Cervantes Bosque ─ Esa es privada, ¿Cierto? ─ Si ─ Pero si estuviste en un colegio antes, ¿Qué haces en una preparatoria pública ahora? ─ Hay amigo, no sabes, mis padres me querían meter a una preparatoria privada igual pero yo les insistí que no, que no me gustaba, eran muy pocos alumnos, los estudios son más avanzados y no soy muy inteligente que digamos, a demás, quiero hacer muchos amigos y sinceramente no quisiera toparme nada que tenga que ver con mi pasado….y bueno, ¿tu de donde vienes amigo? ─ De la cuarenta, queda por la colonia Miravalle, ¿sabes dónde? ─ Sinceramente no amigo ─ Hmm, bueno, por cierto, mi nombre es Fernando Monsiváis, ¿Y el tuyo amiga? ─ Sariah Yamileth ─ Me gusta el nombre de Sariah, pero… ¿Yamileth es…tu apellido? ─ Jajaja Claro que no Fernando, es mi segundo nombre ─ Oh dios, lo siento lo siento, pensarás que soy un tonto ─ No te preocupes amigo, todo está bien.
El profesor había llegado, aun no terminaban de nombrar a todos los grupos, creo que a penas iban en el grupo 6. El profesor parecía que bebía mucho café, ni siquiera se molestó en saludar al entrar ¡Quien se cree! Y entró demasiado rápido y dejó su maletín en el escritorio igualmente rápido, me fijé en mi horario y esta era la clase de inglés, ¡oh vamos! ¿Enserio todos los profesores de inglés tienen que ser tan acelerados? Bueno, ni hablar, me despedí de Sariah y me regresé a mi asiento, Judith se me quedó viendo, se veía que me quería decir algo pero yo tenía mi mente en blanco y una sonrisa en la cara, me di cuenta que no le presenté a la chica con que hablé.
─ Oye lo siento, la verdad no medí el tiempo, enserio quería que habláramos los tres. ─ Jaja tonto, ya no importa, ya que, calla que el profesor está escribiendo en el pintarrón.
Yo saqué mi cuaderno de apuntes, el profesor estaba escribiendo su nombre, las reglas, ¿lo ordinario no?, pero no evité el voltear a ver al chico que hace un momento estaba hablando con las dos chicas, el estaba muy tranquilo pero las dos chicas intentaban no mirarlo, pero se notaba que no podían, como si algo de el las cautivara hasta los huesos.
La clase comenzó, mi primer día de clases, mi nueva vida, nuevos amigos, y una nueva intriga, ¿Quién será aquél chico?
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