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Desperté creyendo que era un sueño más, revise la hora en el celular, eran las 9:00 de la mañana, revise mis notificaciones. Tenía dos mensaje en WhatsApp de Dylan: “No olvides que el viernes tienes cita con…” Decidí ni siquiera leerlo, ya sabía y no me había olvidado. Pude notar que Lena había quitado su foto de perfil, pensé en ir a verla pero ¿Y si quería estar sola?

Mama despertó, se removió en la cama hasta darse la vuelta y poder mirarme más de cerca.

– Buenos días hija – Saludo –   ¿Ya tomaste tus patillas? – Pregunto.

– Si, ya lo hice – Mentí – ¿Puedo quedarme en cama un rato más? ME siento cansada – Pregunte y asintió.

– Yo haré lo mismo – Dijo reacomodándose en la cama para volver a acostarse.

Con un poco o tal vez mucha fatiga me levante de la cama, prepare el desayuno para nosotras dos y después de una larga ducha me fui a ver a Austin.

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Al llegar al hospital me encontré con la madre de Erika y un chico maso menos de mi edad o quizás más chico. Sandra, la mama de mi novio me sonrió al verme.

– Gracias al cielo hijita - Exclamo mi suegra – Necesito que te quedes, tengo una salida de emergencia – Se apresuró a decir.

– Está bien – Sonreí – Yo me quedo – Dije acercándome a la camilla de Austin.

La madre y el chico se percataron de mi presencia y me saludaron con una sonrisa.
 

– Niña – Dijo la madre de Erika llamando mi atención – Te lo presento, él es mi hijo – Hablo y su hijo me dio un apretón de manos con una sonrisa.

– Adrián – Hablo con una voz gruesa.

– Ally – Respondí con una sonrisa. De repente recordé el sueño “Dile a Adrián…” y solté su mano rápidamente.

Me miro extrañado.

– Te conozco – Dije rápidamente. Me miro aún más extrañado – Quiero decir – ME apresure a decir – Te vi en un sueño – Sonrió de una forma egocéntrica – En realidad la vi a ella – Señale a su hermana.

Su sonrisa se ensancho aún más y los ojos de su madre se humedecieron al instante.

– Continua – Hablo serio el muchacho.

– Me pidió que dejes a Liz – Encarno una ceja.

– ¿Por qué haría algo como eso? – Pregunto serio.

– Anoche durmió con un tipo… - Se me olvido el nombre - ¿Ricardo? ¿Romero? Un nombre que empieza  con R –Titubee.

– Roberto – Dijo con un tono de molestia que engrosaba más su voz – Carajo – Dijo y le dio un golpe a la pared - ¿Qué más te dijo?

Mire a su madre y le sonreí – Que los ama a ambos – Dije tomando sus manos.

– Nosotros a ti cariño – Dijo con amor.
– ¿Nada más? – Dijo con un tono de burla.

– Nada más – Respondí.

– ¿Qué hago creyéndole a una niñata como tú? – Pregunto molesto - ¿Cómo sé que mi madre no te conto sobre mi o sobre mi novia? Es imposible que ella haya hecho algo así – Hablo aún más molesto que hace un rato.

– Yo no le conté nada – Hablo su madre.

– Seguramente me stalkea por Instagram – Dijo Adrián y comencé a reírme.

– Eso no tiene ningún sentido – Hable.

– Tampoco tiene sentido lo que dices – Dijo molesto y se retiró.

Ambas quedamos mirando cómo se retiraba molesto, nos quedamos en silencio durante horas.

Observe a Austin y sonreí a nuestra frase “Confió en ti, Confió en ti”. Era algo así como el  “¿okey? ¿Okey?” Del libro “Bajo la misma estrella”.

{…}

Tenía planeado ir a una fiesta con Lena y quise ir con el resto del grupo pero nadie podía y aunque Austin si podía acompañarnos no era lugar para él, porque odia las fiestas y el acumulamiento de gente. Le parece ridículo todo lo que implica socializar con otras personas. Él quería salir a andar en moto por el bosque a media noche.

– Estoy en un completo desacuerdo con esa idea – Le reclame.
– Y yo con que vayas a esa ridícula fiesta – Hablo.

– Pero no hace nada malo – Dije creyendo lo que pasaba por su cabeza.

– Yo tampoco hare nada malo – Respondió.

– Me da medo perderte de una forma tan estúpida como manejar a toda velocidad en un bosque a media noche – Dije al borde del llanto imaginando lo peor.

Me sonrió de forma tierna y me abrazo – No me vas a perder tonta – Dijo besando mi frente – Yo sé lo que hago – Dijo mirándome a los ojos y colocando un mechón detrás de mi oreja.

– Yo también se lo que hago – Repuse.

– No si estas borracha – Hablo dejándome ver sus celos.

– ¿No confías en mí? – Pregunto con la mirada puesta en mis ojos.

Suspire agotada por una discusión que no iba a tener un final si seguía en esa posición – Confió en ti – Dije y me dejo ver su hilera de dientes.

– Confió en ti – Dijo besando mis labios y en pocos segundos se retiró de mis brazos y se dirigió a su habitación en busca de su casco.

No me olvides, por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora