Capítulo 6

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"Los fantasmas del teatro"

Hyukjae

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Miércoles.

—¡Ay no! Me va a dar algo —Heechul se puso la mano sobre la frente en un gesto exagerado. Sonreí al ver su chistosa figura recostada en mi sofá, inventándose drama como solo él podía —Sabía que estabas loco, pero no tanto.

—Supéralo, Heechul. —Entorné los ojos, luchando por no dejar salir la sonrisa que desde hace rato me estaba molestando.

Escribía velozmente en mi computadora portátil, casi quedándome ciego por la luz de la pantalla, esa que no había dejado de ver ni un segundo desde las 7:00 p.m. de ayer. Tenía muchas ojeras, pero ¿qué más daba? No podía hacer nada contra ello si en mi mente revoloteaban las ideas como un montón de mariposas asustadas.

Aunque eso...

—Tengo una idea para un nuevo libro —dije con el pensamiento de cien mariposas encerradas en la oscuridad—. Esta será la historia de un mafioso que encierra a cien mujeres en una bodega para trata de blancas, pero una noche algo sale mal y el lugar explota. Las mujeres mueren, pero sus espíritus continúan ahí y no estarán satisfechas hasta cobrar venganza en contra del hombre que las encerró, volviéndolo loco y llevándolo a un descenso terrible...

—Es asombroso, Hyuk, de verdad. Pero te lo digo en serio, si vuelvo a escuchar otra idea antes de tener "En las catacumbas de Medellín" en mi oficina, voy a golpearte.

—Vale —bufé, pero de todos modos abrí el bloc de notas de la computadora y capturé rápidamente mi idea.

—Ahora, volviendo al tema inicial...

—Ay no, Heechul. Ya te dije por qué no te respondí el teléfono. No me imaginé que habías terminado con tu novio. Lo siento mucho.

—Olvida a Hangeng. —Hizo un gesto de desdén con la mano—. No puedo creer que hayas hecho esa locura.

—Solamente le devolví su cartera, como buen ciudadano.

—Aja —Heechul se cruzó de brazos —y solo por ser buen ciudadano levantaste tu trasero de ese sillón, pausaste tu trabajo y te diste una ducha, en vez de llamarme para que lo hiciera por ti.

—¡Oye! —le reclamé muy indignado —Me gusta bañarme ¿okay? Solo que a veces no tengo tiempo.

—¡Eso no importa! ¿Por qué invitaste al chico a salir?

—Porque me gusta. —Era obvio ¿no?

—¡Madre de Dios! ¡Eres un descarado! Viejo rabo verde.

Me reí fuerte por su insulto y no pude terminar de escribir la línea de diálogo que estaba haciendo.

—¿Qué tiene de malo? —pregunté todavía sumido en mi escandalosa risa.

—Diez años de diferencia. Eso tiene de malo.

—Al diablo eso. Es mayor de edad ¿no?

—Cuando tenías 20 él tenía 10, piensa en eso. Es bizarro.

—Exactamente por eso me vino de maravilla conocerlo ahora que tengo 32.

—Te estás aprovechando de la admiración que él siente por ti.

La risa se me cortó de golpe.

—Eso no es verdad. —Dejé el computador a un lado y me levanté para hacer crujir mis huesos agarrotados —Y como prueba de ello le dejé mi número en vez de pedirle el suyo. Él me llamará por su cuenta si está interesado, si no lo hace lo dejaré en paz.

La vida es un libro (Eunhae fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora