La vida es un libro (Eunhae fanfic)

Capítulo 7

"Una cita"

Donghae

1
Sábado.

Tenía el pantalón de chándal arriscado hasta un poco debajo de las rodillas, mi playera azul se pegaba a mi espalda sudorosa, y mantenía mi cabello echado hacia atrás con una diadema que Haemin me había prestado, pues me molestaban las hebras en los ojos.

Limpié el sudor de mi frente con el dorso de mi mano e hice una pequeña pausa para respirar antes de tomar la enorme y pesada caja de madera entre mis brazos. Caminé como pingüino hasta el vestidor que habíamos sacrificado para convertirlo en almacén y coloqué el artilugio en una pila hecha con las demás cajas.

A final de cuentas sí habíamos resuelto limpiar el foro, pero por ser sábado solamente Haemin, Kyu, Yesung y yo pudimos venir. Jisoo estaba atorada en un examen importante, Ryeowook ayudaba a pintar la casa de sus padres y Siwon los fines de semana trabajaba en la empresa de su papá.

—Son unos cerdos —exclamó Yesung. Asomé la cabeza por la puerta de nuestro recién nombrado almacén y lo descubrí sosteniendo una bolsa con un sándwich podrido dentro. La cosa estaba tan verde y petrificada que parecía un fósil.

—Olvida eso, yo encontré un condón usado —se quejó Kyuhyun.

—Tenemos que poner nuevas reglas —dijo Haemin—. La primera será que está prohibido venir a follar aquí.

—Deberíamos poner cámaras —dijo Yesung.

—¿Para qué? —le pregunté yo. Salí del almacén y tomé dos percheros con cada mano.

—¿Cómo que para qué? Así cuando alguien folle la cámara lo grabará. Como castigo podemos vender su vídeo porno y usar el dinero para los fondos del grupo.

—¡No! No hagas eso. Es muy cruel.

La verdad era muy buena idea, pero no me convenía porque estaba seguro que ese condón era mío. El asunto me hizo ponerme a pensar cuanto tiempo teníamos sin limpiar, ya que la última vez que tuve sexo en este lugar había sido un largo año atrás.

Sabía que estaba mal y era desagradable, pero en mi defensa podía argumentar que el chico con el que salía en ese tiempo era un bad boy bastante manipulador que me lavó el cerebro para hacer eso. Además, no me di cuenta que había dejado su condón tirado por ahí en vez de ponerlo en un bote de basura, como la gente normal.

El tipo era un maldito. Cuando lo volviera a ver el lunes en la universidad le pegaría, oh sí, le daría un golpe muy fuerte.

—Como sea. Iré a llevar las bolsas de basura a los contenedores de afuera. —Yesung se encogió de hombros y tomó las tres enormes bolsas negras.

—Necesitamos un tiempo fuera. —Kyuhyun se dejó caer en el suelo polvoroso y nunca estuve más de acuerdo en algo. Habíamos llegado como a las 8:00 a.m y pasamos tres horas enteras limpiando sin parar.

Dejé los percheros en un lugar cualquiera y volví para sentarme a su lado. Haemin, por su parte, se recostó sobre nuestras piernas.

—¿Qué tal ha ido su semana, chicos? —preguntó ella.

—No he hecho nada interesante. —Kyuhyun apoyó la cabeza sobre mi hombro—. He estado practicando mi diálogo y haciendo tareas de la universidad.

—¿Y tú, Hae?

—La mitad del día leo y la otra mitad avanzo en un proyecto —respondí de repente recordando lo interesante que se había puesto mi nuevo libro. Deseé haberlo traído para ponerme a leer mientras tanto, pero lamentablemente lo olvidé en casa.