pull the trigger

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-Coleccionista-



La vida siempre había sido un poco cruel con Izuku. Como aquel 14 de febrero, aún en escuela media, en que decidió confesarse a la persona que siempre le había gustado; él reunió todo su valor para poder declararle finalmente sus sentimientos, y lo que recibió como respuesta fue un cruel rechazo en forma de carcajada y una gran humillación. Aunque esa no fue la primera ni sería la última vez, en realidad, si Izuku quisiera podría coleccionar momentos en los que Bakugou rompió su corazón, se burló de él o lo hizo sentir como basura. A pesar de todo, decidía ignorar estos hechos, porque seguía amándolo, y simplemente no podía dejar de hacerlo; qué cruel era la vida con Izuku.

Pero no todo estaba perdido para él, ese mismo día lo supo, que las cosas iban a cambiar. Aunque hubiera terminado en el suelo, a los pies de Katsuki y sus compañeros, Izuku no se sintió derrotado, incluso le parecía que estaba a un paso de ganar. Rendirse no era lo suyo, seguiría peleando si eso era lo que tenía que hacer. Y así, entre jalones con su bully, que tristemente resultaba ser también su amor platónico, logró arrancarle el segundo botón de su uniforme, y ese se convertiría luego en un tesoro y uno de los elementos más importantes de su colección.

Izuku se había enamorado de Katsuki prácticamente el día en que se conocieron, y desde entonces guardaba "regalos" y recuerdos de él, que iban desde cicatrices hasta algunos objetos que el rubio dejaba olvidados, todos se volvían pequeños tesoros para su admirador. Por supuesto que esto era un secreto, de otra manera no le hubiese sido fácil conseguir esas cosas que eran tan preciadas para él, además así apenas tenía que lidiar con la vergüenza de su manía. Sabía que no era ni sano ni normal, pero la presencia de Bakugou en su vida le hacía feliz, tener algo de él en su habitación era emocionante, y llevar una marca en la piel que él le hubiese dejado aun más. Por eso no le importaba mucho que el chico lo golpeara o lastimara, porque de alguna manera estaba dejándole algo suyo.

Su colección creció, al igual que su obsesión, con el paso del tiempo. Y de a poco fue dejándole de importar que quienes le rodeaban supieran sobre su fanatismo, es más, su hermosa colección estaba esparcida en todo su espacio, acusando el deterioro paulatino de su estabilidad mental. Habían pasado algunos años desde aquel febrero decisivo, los suficientes para que las vueltas de la vida llevaran a Izuku a convertirse en lo que se entiende como villano, mientras que Katsuki estudiaba para ser un héroe profesional. Irónico, Midoriya pensaba que era muy irónico, pero así como el destino se alteró para llevarlos por ese camino podría hacer también que terminaran juntos. Y si no, él mismo lo forzaría. Extrañaba a Kacchan, mucho, en parte era por eso que mantenía sus cosas por todos lados, compensaba un poco el hecho de no tenerlo cerca. Si bien le enloquecía tanta distancia entre ellos, estaba seguro de que valdría la pena la espera al final. Aunque no podía evitar fantasear con presentarse ante él, volver a hablar, quizás que le deje algunos moretones de nuevo, como en los viejos tiempos. Pensaba en la época que ahora parecía tan lejana donde él mismo tomaba alguna de sus cosas para guardarlas y no dependía de alguien más que lo hiciera para él, se sonrojaba apenas al recordar cuando eran menores y buscaba lamer la boca de las botellas de Bakugou cuando éste no estaba mirando, o las veces que llegó a estar en su casa y aprovechó para utilizar su cepillo de dientes sin que lo supiera. A veces se preguntaba cómo hubiese reaccionado su querido amigo de haber descubierto todo aquello, ¿lo habría odiado más o... se hubiera alejado de él disgustado?

De todas formas no importaba ya, no había sucedido, y es probable que no hubiera cambiado nada, después de todo aquello siempre se mantuvo intacto en la vida de Izuku, a diferencia de casi todo lo demás.

Actualmente estaba paseándose entre las pertenencias de su amado, le alegraba haber podido resolver una manera de obtener una nueva de tanto en tanto, a veces debía encargarle el trabajo a alguien más, pero siempre prefería arreglárselas él mismo para eso. Cuando se trataba de Kacchan, se volvía ambicioso, nunca era suficiente. Y hablando de eso... Miró el calendario, luego la hora, y sonrió; este era uno de sus momentos favoritos, conseguiría otro regalo de su querido amigo. Pero antes de hacer lo que tenía que hacer, se acercó hasta el pequeño botón de su viejo uniforme escolar, que mantenía bien guardado pero siempre a la vista, y lo tomó entre sus dedos. Ha pasado tanto tiempo, y tantas cosas desde entonces, que la fiel fijación de Izuku no dejaba de ser sorprendente. Llevó el botón a sus labios para besarlo antes de volver a ponerlo en su lugar, y ahora sí, dirigirse a una de sus zonas de trabajo.

Super Psycho Love [DkBk] [BNHA fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora