Ridículo (II)

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La camioneta negra frenó de golpe haciendo chillar las llantas por la fricción, y también chocando y tirando los botes de basura que reposaban en la banqueta. Su entrada fue dramática, como en las películas de acción americanas. Apenas y el motor se apagó, todos salieron de la camioneta.

¡Verga Yuta! –Se quejó TaeYong.– ¡Voy a tener que recoger la basura otra vez!

¡Shh! –Lo callaron todos. TaeYong se encogió y cerró los ojos.

Aish, está bien me callo. –Susurró.

Ahora, como si estuviesen a punto de salir a la cancha de Futbol y planearan la estrategia de juego, los chicos se juntaron en círculo. Las personas que pasaban los veían con curiosidad.

¿Cuál es tu departamento, TaeYong? –Preguntó Johnny.

Has venido aquí como más de diez veces, JeongHan, ¿Y no lo recuerdas? –Dijo TaeYong.

¡¿Cómo me dijiste!?.–

¡Jajajajaja! ¡JeongHan Jajajajajajajaja! –Reía Lucas por el insulto tan "original".

¡Chicos! –Regañó Mark en voz baja.– TaeYong es enserio ¿Cuál es tu maldito departamento?

¡¿Qué?! ¿¡Es en serio?!.–

¡Todos los putos edificios se parecen, TaeYong! –Contestó JaeHyun.– De no ser por DoYoung jamás daría con tu departamento.

Vaya ¿Me pregunto cuál será? –Dijo.– ¿No será el que está enfrente, en donde le pedí a Yuta que parara? ¿No será el que tiene el portón de color blanco?

Los chicos alzaron la cabeza y observaron la entrada hacia el edificio.

-...-

¿Y bien?–

Ya sabíamos –Respondió Johnny.– Nada más te preguntamos para comprobar.

TaeYong rodó los ojos.

¿A todo esto que se supone que vamos a hacer? –Preguntó JaeHyun.

Deberíamos entrar...–

Mark, que gran idea.–

Pues no veo que opines, tieso.–

Sí, porque yo no hablo por hablar como tú, yo pienso las cosas antes de.–

Ay por dios, ni tú te la crees JaeHyun. -Dijo Johnny, JaeHyun frunció el ceño y gruño.

Esperen, esperen –Los interrumpió Mark.– ¿Dónde está Yuta?

Todos miraron a Mark, antes de volver a alzar sus cabezas y ver como Yuta entraba por el pequeño portón blanco, caminaba y tocaba la puerta del departamento de TaeYong (El cual era el numero 1A de la planta baja) con toda la tranquilidad del mundo.

¡NOOO! –Todos corriendo y arrastraron al castaño lejos de ahí. Como delincuentes, se escondieron en el callejón que estaba alado del edificio.

¿Y ahora que fue? –Yuta frunció el ceño, enojado.

¡No puedes simplemente llegar, tocar, esperar a que Ten abra la puerta y te invite a pasar a su pequeña cueva del placer! –Regaño Johnny.

¡Eso se oyó feo! –TaeYong hizo un puchero. Inmediatamente se imaginó a su Tennie riendo a carcajadas malévolamente con un sombrerito de fiesta en la cabeza mientras un tipo le restregaba sus cosas casi en la cara.

¿A no? –Cuestiono de regreso Yuta.– ¿Entonces qué hacemos?

Entremos por la puerta del patio trasero. –Opinó Lucas.– Desde aquí podemos entrar, sólo hay que saltar la malla y listo.

El pato tiene razón.–

¡No me digas así extraña copia de JeongHan!—

¡Haber ustedes dos ya cállense! -Intervino Mark.– Sigo sin entender porque no simplemente llegamos y entramos.

¡NO! Hay que sorprenderlos en el acto con estilo. –Dijo TaeYong.– Como lo hacen en las novelas latinas.

¿Y tú como sabes de eso? –Interrogó Lucas curioso.

Pues... Una vez vi una... N-No es que yo las vea todo el tiempo...–

Ajá sí.–

¡Cállate Lucas!–

¡YA! –Gritó JaeHyun.

¡Esperen, esperen! –Dijo Mark.– ¿Y Yuta?

Se miraron entre si y dirigieron su vista hacia Yuta el cual ya iba saliendo del callejón en dirección al departamento otra vez.

¡YUTA, NOOO!.–

Y una vez más corrieron a detenerlo.


Extrañado, Ten fue y miró por el hoyito para ver afuera (como lo llama él.) pero no logró ver nada, abrió la puerta y se asomó, pero nada.

¿Quién era? –Preguntó WinWin.

Nadie –Dijo.– Qué raro, mis vecinos no están, se podría decir que los únicos somos TaeYong y yo.

Tal vez fue un niño.–

¿Y si por fin se están tratando de comunicar con nosotros? –HaeChan sonrió.– Ya sabes, DoYoung liberó el portal al romper el tablero.

Ahí vas tú también. –DoYoung rodó los ojos.– Esas cosas no existen, es como la mierda esa del Charlie-Charlie, medio mundo estaba jugando esa cosa.

¡Deja a Charlicito! –Gritó Ten.– ¡Oh, buena idea Dodo~! ¡Juguemos Char—!

¡Adiós! —JungWoo se puso de pie directo hacia la puerta.

¡¿A dónde vas JungWoo?!–

¿Ya vamos a empezar otra vez ustedes dos? –Regañó TaeIl.

¡Vámonos de Juergaaa! ¡Háganme caso! –Chillaba HaeChan a quien nadie hacia caso.

Sí que están locos. –Murmuro entre risas y en chino WinWin, recostado en el sillón.

¡Oye! –Gritó Ten.– ¡No creas que no te puedo entender!

Vamos a salir sí o no, decídanse, esto de invocar demonios que no existen ya me canso.–

¡Claro que existen, cállate DoYoung!–

¡No existen, Ten entiéndelo! ¡Es más, los reto fantasmas, demonios lo que sea! –DoYoung grito mientras alzaba sus manos y miraba hacia todos lados.– ¡Denme una señal de que son reales y déjense de mamadas!

¡DoYoung! –Ten grito aterrado.– ¡No los molestes!

Padre nuestro que estas en el cielo... –Murmuraba JungWoo aferrado a TaeIl quien sólo se reía.– ¡Santificado sea tu nombre!

Oh~ Yo que tú no hago eso. –Rio HaeChan.– Vas a enojar a alguien.

¡Pues que se enojen los putos! ¡Ahora resulta que hasta se ofenden!–

En serio que son chistosos chicos. –De nuevo en chino, WinWin comenzó a reír.

Situaciones tenebrosas, ridículas y bochornosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora