Let you love me-Rita Ora
—No lo sé, mamá, no era lo que me esperaba—comenta a Susan, quien la miraba con diversión. Su hija estaba cayendo por ese chico sin darse cuenta.
—¿Qué les he dicho siempre? Caras vemos, corazones no sabemos... para bien o para mal. Según lo que me cuentas, nunca le han dado la oportunidad de mostrarse realmente. Esos amigos tuyos no hacen más que molestarlo, burlarse de su apariencia... ¿Qué si quiere vestirse así? ¿Sí es un cerebrito? ¿Y qué? Nadie es más, ni menos que nadie, eso siempre tenlo presenta, Alexita—la chica sonrió ante los consejos de su madre. Amaba hablar con ella, siempre tenía las palabras justas.
Tenía razón, pensó. Siempre lo habían hecho aún lado, consciente o inconscientemente. Incluso, cuando el profeso anunció los equipos de trabajo, todos le habían dado el pésame por tener que trabajar junto él. Lo cierto es que a ella no le molestó. Por el contrario, sabía que terminarían con rapidez y no perderían el tiempo en tonterías como solía pasar cuando se reunían con sus amigos a "estudiar".
—Lo sé... tienes razón. La verdad es que me agrada, el proyecto se ha hecho mucho menos pesado a su lado. Por supuesto preferiría estar en España con Teff y los muchachos, pero... me alegra haberme quedado—murmuró finalmente.
—Estás donde tienes que estar, mi vida. Las cosas no pasan por casualidad.
—Estás pasando mucho tiempo con mama Tina, hablas como ella—se burló, haciendo que su madre rodara los ojos.
—Que te digo, nos trae de arriba abajo a Clara y a mí. La verdad es que sin su fortaleza y comprensión de la vida, no sé qué hubiera sido de nosotros durante ese triste episodio de nuestra vida—confesó.
—Lo sé, al principio Teff y yo pensamos que recaería otra vez. Aunque se muestre fuerte, su corazón sigue estando muy frágil.
—Esa mujer es de hierro, mi vida, pero sí, nosotras también temimos lo mismo. Gracias a Dios nada sucedió y ahora hay que cuidarla con más cariño, para que nos rinda por muchos años más.
Mama Tina no era su familia directamente, pero para su padre era como una segunda madre. La conocía desde pequeño, y desde que se mudaron, no había hecho sino adoptarlos como nietos también. La adoraban y era una parte fundamental en su vida.
—Totalmente de acuerdo. En fin... los extrañaré—dice, cambiando de tema.
—Solo serán un par de días, una semana a lo mucho. Necesitamos dejar todo en orden en el internado para el siguiente curso escolar. Muero por tener a Andy de regreso aunque sea un par de meses, no tienes idea lo difícil que ha sido acostumbrarme a su ausencia.
—Ya lo creo, era él bebé de la casa. Pero es feliz allí, haciendo lo que le gusta.
Su hermano menor vivía en Los Ángeles. Amaba el futbol americano y su sueño, era jugar en la NFL y sabían que si se quedaba en México, sería un poco difícil pues no había escuelas de alto rendimiento. Con sus casi doce año, era muy maduro y tenía claro lo que quería, y a pesar de lo que implicaba, convenció a sus padres de mandarlo de regreso a Estados Unidos a un internado. Fue una decisión difícil para la familia, sobre todo por el momento que estaban viviendo con la pérdida de Valeria, pero sabiendo que la vida debía seguir. Sus padres nunca se interpondrían en el sueño de sus hijos, aunque eso signifique extrañarlos.
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A segunda Vista.
Krótkie OpowiadaniaSegundas oportunidades: Libro 2.5 Mario y Alexa eran polos opuestos. Ella nunca le dio más de una mirada. Él, por el contrario, no podía apartar los ojos de ella. El nerd, la chica popular... cliché, pero no por eso meno real, menos genuino. No f...