|4| Te Perdono

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Todo aquello fue hace semanas, todo volvió a la normalidad. Era como si "nosotras" nunca hubiera pasado. Algo extraño en verdad, sin los mensajes, sin las llamadas y sin lugar a duda, sin monstruos atormentándome.

Y así estaba bien.

Está bien pasar los días, horas y minutos entre el trabajo y casa, escribiendo un poco y jugar una que otra vez con mi gato para-nada-gordo.

Sí, era lo mejor. Podría acostumbrarme a esto. A este sentimiento medio vacío pero no molesto. Podría llenar mi pecho con cosas simples, como pasar tiempo con amigos.

Pero aquel pensamiento es interrumpido cuando escuché a alguien tocar la puerta y paro lo que ando haciendo.

Glimmer y Bow habían salido a una "cita de amigos" a pesar de la lluvia que había empezado no hace mucho.

Quizá se les olvidó la llave, me convencí yendo hacía la puerta y abriéndola.

Era Catra, sin lugar a dudas. Y antes de que pudiera cerrar la puerta en sus narices por el susto que me dio verla, ella no me deja y entra a la casa sin mi permiso.

Estaba a como la recordaba, su cabello corto y despeinado hacía contraste con tus ojos bicolor y su piel tostada.

Eso sí, tenía unas grandes y negras ojeras, como si no hubiese dormido en días enteros.

Pero dejé de pensar en ello y le pregunté que hacía aquí, que porqué estaba empapada con agua de los pies hasta la cabeza.

Ella no me contesta, sino se dirige hasta la sala y se recuesta en el sillón, ocultando su rostro con sus manos y guardando silencio.

Y comenzó a llorar, y comenzó disculparse por todo y nada. Que no sabía que hacer, que me extrañaba y que odiaba esto, la distancia que nos separaba.

Kilometros.

Kilometros.

Y muchos más kilómetros de tantas dudas, inseguridades y miedos hicieron de su mente un revoltijo de emociones.

Ella necesitaba esa seguridad, ese amor cual yo no le di, por lo que buscó otra manera de obtenerla.

Aceptó al primer hombre frente a ella que le procuró amor eterno y se arrepintió igual que como yo me arrepentí cuando me pidió ser su novia y dije que no.

Que se siente del asco y odia ser ignorada por tanto tiempo, que me quiere, que me ama.

Que me ama.

Que me ama.

Que me ama.

Que dejó al tan dichosos novio y manejó hasta aquí, que pasó tantas horas sentada que le duele hasta el culo.

Y me abraza con fuerza, jurándome que nada de eso volvería a pasar.

"Lo siento" me dice repetidamente.

Como si eso pudiera arreglar una relación media rota y un tanto perdida.

Como si eso pudiera curar las heridas ineriores y superfisiales del corazón.

Como si un "lo siento" lo podría solucionar todo.

Pero lo hace, lo hace y me dejo llevar por sus palabras y acepto todo de ella.

Como si no me doliera por dentro.

"Sí, te perdono" digo con una sonrisa triste, queriendo que el tiempo parase en este momento del que puedo asegurar que todo estará más que bien.

Por un para siempre.

Por un infinito.

Por un eterno.

Por un instante.

Más que bien.

Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora