🐳Capítulo 2🐳

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Tsunayoshi sentía su cuerpo desgarrarse ante el dolor que subía desde sus pies hasta su espalda, no sabía que era lo que le pasaba, pero el dolor era tan intenso que le hacía sudar y soltar quejidos

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Tsunayoshi sentía su cuerpo desgarrarse ante el dolor que subía desde sus pies hasta su espalda, no sabía que era lo que le pasaba, pero el dolor era tan intenso que le hacía sudar y soltar quejidos.

Kyoya lo miró preocupado y se anduvo de un lado para otro en la habitación mientras esperaba que el doctor terminara de revisar al joven de cabellos castaños.

—No puedo encontrar la causa del dolor que sufre el joven —el anciano cubrió a Tsuna con la cobija de seda—. Al principio pensé que era un resfriado, pero no es así, su temperatura esta intacta, tampoco es sarampión y ninguna otra enfermedad, lo único que puedo hacer por el joven es darle un té para calmar el dolor.

—Esta bien doctor —el azabache asintió y torció los labios—. Dele lo necesario a las sirvientas.

—Con permiso, Alteza —el anciano salió de la habitación y dejó solos al par de chicos.

El castaño comenzó a llorar en silencio a causa del dolor que cada vez era más salvaje y agarró los costados de su cabeza pues los fuertes mareos no lo dejaban en paz.

"No debí beber lo que ese hechicero me dio" se lamentó y apretó sus puños "No quiero sentir esto... ¡ayuda!"

Kyoya se sentó a su lado y acarició su mejilla con dulzura.

—Si tan solo pudieras hablar y decirme que sientes —el príncipe lo miró de manera tranquila—. No me gusta verte sufrir de esta forma.

Tsuna tragó saliva y llevó su mano hacia la del azabache que reposaba en su mejilla. Sonrió con dolor y quiso gritarle lo que le pasaba pero de su boca solo salieron sollozos.

—Si tan solo hubiese una forma  de quitar el dolor de tu cuerpo, si tan solo pudiera verte sonreír tan dulcemente como en la mañana —Kyoya apretó los dientes—. ¿Cómo puedo ayudarte?

En ese momento la habitación se llenó de un humo negro y el príncipe se puso de pie para correr donde estaba su espada y proteger al joven enfermo.

—Su Alteza —un chico de larga trenza se posó ante él e hizo una reverencia—. Me halaga poder saludarlo.

—¿Qué demonios eres tú? —Kyoya le apuntó con su espada y observó sobre su hombro al chico que aun se encontraba jadeando.

—Soy un hechicero —el pelinegro se sentó en la cama a los pies de Tsunayoshi—. Puedes llamarme Fon, Alteza.

—¿Qué quiere un hechicero en mi reino? —el azabache preguntó firme.

—Yo tengo la cura para que el chico se mejore —Fon miró sus uñas sin mucho afán.

—¿Cómo puede curarse? —Kyoya frunció el ceño.

—Hay una forma —Fon desapareció y reapareció a lado del príncipe y comenzó a acariciar su brazo—. Una forma para quitar lo que tiene.

El príncipe sintió su garganta secarse al notar que aquel hechicero podía desaparecer.

Mermaid [1827] [KHR] [Premios KHR 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora